Película que responde a todos los estereotipos de las denominadas buenas películas francesas actuales, con temática y ambientación oriental, o árabe, o mesopotámica… y que por supuesto cuenta una historia muy sencilla en demasiado tiempo: un señor se enamora de una señora y por lo que sea (no voy a desvelar nada) le está dando vueltas toda la vida.
El problema es que la película no es tan buena como hace presagiar el principio y como ella misma presume de ser, y es por la decepción que causa que uno se enfada. Yo me enfado porque, ya que se permite burlarse de las americanadas, podría haberse alejado de las creaciones francesas de moda, y no lo ha hecho. Ahora me río yo de la película esta, con el mismo cuento de siempre. Que si el misticismo oriental , que si el color y la luz sepias, que si la historia debe ser contada, con tiempo… ¡Pero tampoco nos pasemos, que ya aburre! A la hora ya te has percatado de lo que va esto: me la han vuelto a colar, pero ya que estamos aquí, veamos cómo acaba.
Y llega el final y… mal, la verdad. Me deja indiferente, como la obra en general. Una pena porque le daría un 6 si no fuese porque encima es pretenciosa

Película muda de dibujos, muy delicada, no para niños pequeños desde luego. Historia bien ambientada, siendo los escenarios la gran sensación de la obra. Falta una buena banda sonora, que yo le pondría a todas las cosas, no solo a las películas.
En realidad la historia del mago no es la que le da fuerza a la cinta, pues es un señor muy apagado. Es más bien la participación de su acompañante la que agiliza la película y le proporciona algo de gracia. De vez en cuando, sobre todo al final, hay algún guiño al humor, pero no es más que una breve chispa de alegría entre la melancolía y la aflicción de la historia.
Por la falta de diálogos, los colores apagados, la poca música, el carácter del personaje principal, la película resulta algo gris. Por una vez, al final del todo, esto se arregla en cierta manera: aparece la música y las historias se cierran, Bueno, hay que esperar al final de los títulos de crédito para que todo se cierre de verdad. Je, je…
L’Illusionniste posee un romanticismo propio de los paisajes escoceses que tan magistralmente recrea.

Las aventuras de un niño llamado Nicolás y sin mucha chispa, y sus amigos, sin mucha chispa. Tiene una enamorada que apenas aparece, sin mucha chispa. Los padres intentan educarlo como pueden, y como suele pasar en la realidad no lo hacen muy bien porque están más pendientes de otras historias. Pero bueno, con la ayuda de todos el pequeño Nicolás saldrá adelante (amigos, escuela , familia y amores).
Mala elección de reparto salvo en el caso de los padres. Menos humor del esperado. Buena fotografía. Banda sonora insulsa

Aunque es una película de dibujos, también la pueden disfrutar los mayores. Es muy bonita, con un diseño y un grafismo diferentes, originales, frescos y delicados. La historia acompaña el estilo que describo con estos cuatro adjeticos, donde dos culturas (Oriente-Occidente) chocan y se unen en pos de una bella acción. Las dos culturas están representadas por dos chicos criados por la madre de uno de ellos. Y no le doy un 8 porque le falta un poquito de humor que enganche más, habiendo creado personajes que están para eso y que considero muy personalmente que se han desaprovechado un tanto.

Pues sí, esto es lo que es: una comedia romántica que todos hemos visto (¿¡protagonizado!?) en algún momento, made in Hollywood pero con el aire francés en esta ocasión. Yo digo que si no hay nada que hacer una tarde de domingo que está así como que llueve, pues bueno, podíamos echar un rato. No me han gustado las canciones porque ya que han elegido temas muy conocidos, podían haber estado menos vistos (oídos). En fin, yo no he aprendido nada viéndola. Bueno, sí, que ya no me acordaba de lo separados que tiene los incisivos centrales superiores Vanessa Paradis. A veces parece guapa, y otras parece más fea. ¡Qué cosas!, ¿no?