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Críticas de El Último Blog a la Izquierda
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Críticas 21
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
3
13 de septiembre de 2021
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Tirando la memoria atrás, no me viene a la cabeza haber visto anteriormente ninguna película proveniente de Kazajistan, creo que lo más cerca que he estado del cine del país asiático es Borat... Así que ponemos remedio a ello, y nos estrenamos con Bullets of Justice de Valeri Milev, al que si que conocíamos por sus anteriores obras, Re-Kill y Camino Sangriento 6.

Lo primero que tiene que quedar claro es que no estamos ante un producto "serio", si no que se trata de una propuesta grindhouse repleta de efectos especiales cutres, actuaciones horribles, errores de montaje y ningún tipo de vergüenza en mostrar una locura tras otra, sin necesidad de buscar una coherencia entre ellas. Otra cosa que tenemos que tener clara es la poca presencia de Danny Trejo, ya que su imagen aparece en todos los posters y sinopsis del film, y apenas aparece dos minutos contados en pantalla.

La acción nos traslada a un futuro post apocalíptico, tras la III Guerra Mundial el orden en la Tierra a cambiado y pasa a estar dominada por unos cerdos mutantes, mitad persona, mitad cerdo, surgidos de unos experimentos militares que pretendían crear super guerreros porcinos para combatir al rival.

Dentro de este caos, queda un pequeño grupo de humanos que han conseguido vivir en la sombra y combatir para intentar que todo vuelva a ser como antaño. Rob Justice y su hermana de prominente bigote, Raksha, intentan dar con la "cerda madre" para acabar con su hegemonía y que dejen de reproducirse.


Con este loco argumento, afrontamos una sucesión de escenas pasadísimas de rosca en las que veremos cerdos voladores, robots, un Cristiano Ronaldo de Aliexpress, personas teletransportándose, un villano en tanga, desnudos varios y como hemos dicho anteriormente, un par de minutos del gran reclamo de la película Danny Trejo.

Durante muchos minutos Bullets of Justice consigue captar nuestra atención y que nos lo pasemos muy bien con su absurda propuesta, pero llega un momento que la formula se agota, y la inclusión de elementos como la teletransportación hace que el interés se vaya diluyendo, hasta su desenlace, que como el resto de la película, no hay por donde cogerlo.
El Último Blog a la Izquierda
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8
13 de septiembre de 2021
3 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Candyman, Candyman, Candyman, Candyman, Candyman... Bernard Rose nos enseño en el año 1992 que si repetíamos cinco veces este nombre delante de un espejo, un imponente Tony Todd aparecería para acabar con nosotros. Candyman es uno de nuestros slasher preferidos, y pese que a nunca llegó a la altura de los Michel Mayers, Jason Voorhes o Freddy Kruger, en parte debido a lo irregulares que fueron sus dos secuelas, consiguió hacerse un hueco entre los psycho killers más conocidos de finales del siglo pasado.

Ahora, casi treinta años después de aparecer por primera vez en la gran pantalla regresa de la mano de Nia DaCosta, y obviando sus dos secuelas nos ofrece una continuación a la altura de la obra de Rose, y adaptándolo a la actualidad de nuestros días gracias al guion de Jordan Peele, que como es habitual en su cine, sabe tocar las teclas exactas para plasmar la realidad social que se encuentran los afroamericanos en la sociedad estadounidense actual.

Y es que la brecha social sigue latente pese al paso de los años, y Peele y DaCosta saben acentuarla de manera muy acertada en el desarrollo de la historia, que gira entorno a un artista que conecta a través de su obra con una leyenda urbana que estaba totalmente olvidada, y que las nuevas generaciones desconocían. Comienza a darla a conocer mediante su obra, a la vez que se va apoderando de él hasta hacerle perder el control.

La suma de la acción actual, mas lo sucedido en la primera entrega y unos excelentes flashbacks narrados con sombras chinescas, elevan la figura de Candyman a concepto atemporal, terrorífico y social, desmarcándolo de una sola personalidad o función. Todo ello con un mensaje social, que pese a que en sus últimos minutos resulta demasiado obvio, no deja de ser lo más terrorífico de la película, ya que es algo con lo que convivimos cada día.

Yahya Abdul-Mateen es un digno sucesor de Tony Todd, y ofrece un portentoso descenso a los infernos en el que le veremos perder la cordura a manos de la leyenda de Candyman, y como consigue enlazar esta secuela con la obra de 1992 de forma solvente y directa. El resto del reparto cumple con su labor, dando vida a todos los estereotipos de la sociedad actual, y sin destacar ningún personaje por encima del resto. Para los nostálgicos, podremos ver un fugaz cameo de Tony Todd, la voz en off de Virginia Madsen, y Vanessa Williams que vuelve a dar vida a Anne-Marie McCoy.

Nia DaCosta, muestra desde el primer minuto una gran elegancia y talento tras las cámaras. Introduce de manera natural secuencias fantásticas y gore, con un retrato formal de los artistas actuales y la evolución de las zonas más humildes de las grandes ciudades a hervideros culturales gentrificados.

Candyman es la secuela que se merecía este gran personaje, y nos ofrece una obra que adapta la historia a nuestros tiempos actuales bañándola de sangre, critica social y paranoia.
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8
26 de noviembre de 2017
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una extraña mezcla de curiosidad, miedo y excitación afrontaba el visionado de A Ghost Story en la gala de clausura del Festival de Cine de Terror de Molins de Rei. Sus críticas positivas habían conseguido despertarme un gran interés que se veía contrarrestado por las ínfulas hipster y el aura de modernidad que se le presupone a la obra y que me hacía temer que podría caer el más absoluto de los aburrimientos. Tras su visionado y tras una semana de ello puedo decir que todavía no me he quitado la película de la cabeza, una autentica maravilla, una oda al amor, la perdida, la soledad, el abandono y la desesperanza donde el tiempo es su principal protagonista.

Una joven pareja vive de forma tranquila su día a día, el tiempo pasa de manera lenta, un ruido por la noche rompe su armonía, un accidente de coche trunca sus vidas. C muere, M sufre. C vuelve en forma de fantasma, una sabana, dos agujeros, un alma que busca no ser olvidada. El tiempo pasa, de manera lenta o rápida, depende de cómo apreciemos la eternidad, eternidad acompaña de soledad y olvido. Toda alma tiene una misión, un porque para seguir entre los vivos, algo que debe encontrar, algo que le traerá la paz.

A Ghost Story es una obra diferente en prácticamente todos sus apartados. Con un inicio que puede llegar a ser desesperante debido a su ritmo lento y a su poca acción, todo comienza a cobrar sentido conforme te adentras en las película y entiendes que ese ritmo tiene un porqué, y es que el paso del tiempo es uno de sus principales protagonistas y el director David Lowery juega con el a su antojo.

El formato 4:3 cuadrado con esquinas redondeadas reduce el plano de acción, ajustando toda la acción a un espacio más reducido. La banda sonora encaja a la perfección con todas y cada una de las imágenes que presenciamos y ayuda a potenciar alguno de los momentos más emotivos de la película. La fotografía es esplendida y ofrece algunos planos que se quedan grabados en nuestras retinas.

A Ghost Story es una de las películas del año, una obra no apta para todos los públicos pero que si consigues entrar en ella perdurara en tu mente hasta la eternidad.
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8
21 de noviembre de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En El Último Blog a la Izquierda no somos muy dados a hacer reseñas de cortometrajes aunque esta norma nos la saltamos siempre que aparece una nueva obra del joven director Sergio Morcillo, una de las grandes promesas del cine de género español que con su ultimo cortometraje Gotas deja de lado este estatus de promesa y pasa a convertirse en toda una realidad.

El director madrileño deja de lado la visceralidad y los homenajes que caracterizaban a sus anteriores obras y nos ofrece una propuesta mucho más personal y psicológica en la que todos los detalles están cuidados con un excelente mimo.

Marta es una joven que hace dos años perdió a sus padres en un trágico accidente. Es una chica frágil que sufre unos terribles dolores que le atormentan en su día a día. Cuando descubra el origen de sus problemas deberá plantarle cara con la mayor contundencia posible y luchar contra los monstruos que lo provocan.

En esta pequeña pieza de terror psicológico todo el peso interpretativo recae sobre la joven Marina Romero que ofrece una actuación tremendamente irregular, siendo sin duda lo peor de Gotas. Este hecho lastra mucho el resultado final, ya que en una obra tan personal es imprescindible que su protagonista sepa transmitir todos los sentimientos que contiene el guion escrito por Santiago Taboada, y Marina Romero está muy lejos de conseguirlo al ofrecer una actuación muy plana y amateur.

La representación del trauma de Marta es muy acertada y conseguirá sorprender al espectador en más de una ocasión pese a sus escasos 15 minutos de duración.

Gotas es sin duda un punto de inflexión en la carrera de Sergio Morcillo ya que muestra un grado de madurez y personalidad no visto hasta la fecha en su obra y marca el punto de partida de lo que tendría que ser su esperado salto hacia el largometraje.
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6
21 de noviembre de 2015
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Festival de Cine de Terror de Molins de Rei nos trae una muestra del buen cine de género que se hace en los países de habla hispana, en este caso se trata de la mejicana Luna de Miel dirigida por Diego Cohen.

Jorge (Hector Kotsifakis) es un cuarentón solitario y gris, Isabel (Paulina Ahmed) es una joven cargada de vitalidad que vive con su pareja. ¿Qué une a estas dos personas? La obsesión de Jorge por ella, toda su actividad diaria gira en torno a su vecina Isabel, la espía y cuadra todos sus movimientos para poder coincidir con ella en aspectos tan cotidianos como ir a hacer la compra o tirar la basura, siempre en busca de una sonrisa o una mirada de complicidad.

Pasa el tiempo y Jorge no consigue avanzar en su relación con Isabel, por lo que decide ir un paso más allá, secuestrar a la joven y convertirla en su mujer. El problema es que tampoco se conforma con tenerla secuestrada y quiere que este enamorada de él y cumpla con sus ordenes, por lo que no dudará en implantar crueles técnicas de tortura en busca del amor y la sumisión de su pareja.

Luna de Miel es básicamente un torture porn, ya que la tortura es el eje sobre el que gira la trama y donde nos deja las escenas más potentes de toda la película. Su argumento no es novedoso en ningún momento y sufre demasiados altibajos cuando intenta ofrecernos algo mas transcendental que la tortura explicita de Jorge a Isabel.

Tanto Hector Kotsifakis como Paulina Ahmed realizan unas actuaciones muy solventes, creando una gran química entre sus personajes y definiendo muy bien tanto la personalidad de cada uno como su sufrimiento, ya sea psíquico o físico.

El film de Diego Cohen también destaca en su fotografía y banda sonora, apoyando ese ambiente de opresión que sufre Isabel en el sótano en el que se encuentra encerrada.

Luna de Miel es una película que cubrirá las cuotas de sadismo de las mentes más depravadas pero que en su conjunto resulta demasiado irregular y con altibajos de ritmo que impiden que se convierta en una obra notable.

Crítica completa: http://elultimoblogalaizquierda.blogspot.com.es/2015/11/luna-de-miel.html
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