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España España · las palmas
Críticas de miguelotex
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Críticas 12
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
4
8 de junio de 2010
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal vez me haya pillado en un mal momento, con la cabeza en demasiadas cosas y poco tiempo para centrarme en una película, pero precisamente puse Kick-Ass para que me ayudara a desconectar, a echarme unas risas, para ver una historia diferente, un enfoque original sobre los superhéroes -vamos, lo que nos han vendido- y pasados los días esas risas todavía las estoy esperando, la historia no es más que un truñaco de venganzas personales, más que previsible, y el enfoque original, bueno, me hizo gracia al principio.

El caso es que Kick-Ass se está evaporando de mi memoria tan rápido que si no escribo este posta ahora es probable que esta tarde no recuerde ni el argumento.

Anodina, Kick-Ass me pareció trivial, aburrida incluso. No dijo nada en todo el metraje excepto la enésima reiteración del adolescente yanki, o la visión que en Hollywood tienen de él: perdedor, pajillero, sin futuro.

Bueno, igual así son ellos. El caso es que uno de estos pringaos de toda la vida decide ponerse a trabajar de superhéroe. Y me hizo gracia su primera aventura, y la somanta de hostias que le meten. Tal vez Kick-Ass, personaje, me interesara un poco, pero enseguida la película tira por una manida trama mafiosoide policiaca de pacotilla que no sólo me desconectó, sino que me sacó completamente de la cinta.

Aparecen por ahí un expolicia y su hija psicópata cuya primera aparición es sencillamente delirante, lo mejor de la película. Sin embargo, como pasa en el resto de Kick-Ass, más allá de la presentación de los personajes, el resto -su fondo, su desarrollo, su interés- es nulo.

Ni el Big Daddy de Nicolas Cage ni su hija aportan nada más a la cinta que su peculiaridad psicopático friky por las armas. Lo demás, una cutre venganza de todo a cien con unos mafiosos de pacotilla que desde el principio sabes cómo va a acabar. Kick-Ass casi desaparece de la película entre ese maremagnum de personajes estereotipados y aburridos.

Al cabo, Kick-Ass deja la puerta abierta a una secuela, que desde luego, yo veré desde la cama en una de esas noches de insomnio.
miguelotex
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8
23 de mayo de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía muchos años que nadie se atrevía con Sherlock Holmes y no es difícil adivinar por qué. Lo hemos visto en videojuegos, a cuál peor, y en reediciones de las películas de Rathbone, perpetuando un icono universal pero bastante alejado de la obra de Conan Doyle. Quién iba a lanzarse a poner cara y piel al mito de Baker Street, con un legado tan pesado a sus espaldas.

Guy Ritchie lo ha hecho, y de qué manera, dejando a un lado -casi- sus cansinos y disparatados tics de creador flipado (ese tiempo bala absurdo, esos cambios de ritmo videocliperos) y poniendo en manos de un buen guión pero, sobretodo, de un dúo de actores en estado de gracia el clavar y redondear una película digna del personaje literario.

El Sherlock Holmes que llega ahora a nuestras pantallas no sólo es el más fiel a la obra de Doyle representado hasta la fecha sino también el más divertido, más emocionante y sin ninguna duda más entretenido de ver, sin desmerecer ni un ápice las películas de Holmes más clásicas, pero son tiempos distintos y estilos diferentes.

Guy Ritchie ha tenido el acierto de quedarse en un segundo plano y dejar que Robert Downey Jr. componga un Holmes moderno, divertido y dinámico, un tipo de acción, y que Jude Law se recree en uno de sus mejores trabajos, el aguerrido y valeroso Doctor Watson, ex héroe de guerra, que nos brindó Conan Doyle.

En el trabajo de estos dos genios en su mejor momento es donde reside en especial el éxito, para mí sorprendente, de una película en la que tenía puestas muchas dudas. Pocas veces -tal vez desde Arma Letal- una pareja de colegas me había divertido tanto en una peli de acción y sin duda son ellos dos los que levantan la producción a lo más alto.

Les secundan un intenso pero breve Mark Strong y una sosa y casi accesoria Rachel McAdams, pero es en el guión donde encontramos los mayores aciertos que complementan a Downey y Law. Diálogos brillantes, la astucia de Holmes recreada al máximo, una trama intrigante, al menos hasta destaparse el pastel, donde todo queda un poco más en el aire.

Ésa es la pega que le pongo a Sherlock Holmes, que dentro de la fiel representación de un clásico como éste, con la que he disfrutado como pocas veces, me queda la sensación de que el motivo de todo, el malvado plan del malvado villano, es una gilipollez como un castillo.

Con todo, lo mejor son sus dos actores principales, una recreación espectacular, increíble, del Londres victoriano, y que la esencia de Sherlock Holmes se respira en cada fotograma. Lo peor, que es demasiado larga, con un final para mi gusto estirado y un ley motiv tirando a flojeras.

Ahora, cómo mola Sherlock Holmes, hay que verla.
miguelotex
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5
23 de mayo de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo un nudo en el cerebro con esta película. Un nudo porque empezaba genial, interesante, claustrofóbica y apuntando buenas intenciones, pero a mitad de camino se decide por la rutina, lo previsible y el tedio.

Pandorum dura casi dos horas y mientras la estás viendo te preguntas por qué, cuántas veces tienen que atravesar las mismas puertas, cuántas deben correr por los mismos pasillos cableados y oscuros, a cuántos bichos iguales tienen que matar o de cuántos más tendrán que escapar antes de que realmente pase algo.

Hay muy pocos momento en los que "pase algo" en Pandorum, cinta inconsistente que mezcla tremendas escenas de acción con minutajes lentísimos en los que la trama se explica no una sino varias veces, para que quede clarito. Es una película que juega con el contraste al máximo, con la mínima luz y el escenario -genial por otra parte- sumergido en la sombra más absoluta.

Vamos, que en la mayor parte de las escenas, en especial en las de acción, rodadas a ritmo frenético y compulsivo, en Pandorum no se ve un carajo.

Dos tripulantes de la nave espacial Elisyum despiertan de su hibernación desmemoriados, desorientados y aparentemente solos. Algo le ha pasado a su misión, que todos han desaparecido, la nave está escacharrada y no tienen ni idea ni de a dónde van ni de dónde vienen.

A poco que empiecen a investigar descubrirán que en la nave les acompañan unos seres tan malvados como estereotipados, con mucha hambre y ganas de liarla parda.

Pandorum juega la baza psicológica del horror en espacios cerrados, de la incapacidad de escapar, de la soledad del héroe ante la plaga de enemigos. Todas esas bazas se van a la mierda cuando resulta que la nave es tan grande como todo Texas, que tiene más escondrijos que los bolsillos de un mago malo y que incluso hay viajeros por ahí de paseo que llevan meses escapando de esas criaturas que conforme avanza la película parecen más ineptos.

Pandorum consigue en determinados momentos dar miedo con algunos sustos bien medidos, consigue también ineteresar, cuando la trama científica parece apuntar a algo, pero sobretodo consigue dar asco con ese final de mermelada que te deja preguntándote a qué venía todo lo anterior.

En fin, con un grandísimo trabajo de diseño de producción muy de destacar y un más que correcto equipo de actores, lástima que el director tirara por el videoclip y la repetición para dar "entidad" a una idea que por sí sola hubiera bastado. Pandorum se queda a medias, una gran oportunidad desaprovechada.
miguelotex
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8
23 de mayo de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para esto se viene al cine. Es lo que pensaba durante la hora y pico de decorados góticos, de bruma victoriana, de bosques burtonianos y música de Danny Elfman. Y para colmo me ponen a un hombre lobo de los de ley, rudo, salvaje, brutal y sin miramientos.

El Hombre Lobo de Benicio Del Toro no es más que un remake desatado de un clásico inmortal que ha resistido el paso del tiempo bastante mal, un remake alargado, pasado por el CGI, ampliado, exagerado y, sobretodo, adaptado a los nuevos tiempos hasta el límite de sus posibilidades.

El Hombre Lobo pretende respetar y revivir todos los clichés de aquellas películas míticas de la Universal por las que el cine de Terror de hoy existe. Como digo, la bruma, el goticismo recargado de los decorados, la atmósfera misteriosa y envolvente, agobiante, pero también el ritmo lento, parsimonioso, de su puesta en escena.

En todos estos aspectos El Hombre Lobo cumple y resulta un disfrute para todo aficionado al género harto de psycokillers repetitivos y muchachas siliconadas asediadas por terrore japoneses. La película de Joe Johnston no defrauda en lo primero que quiso proponerse: acercar al público del nuevo milenio el Terror artesanal que mamaron los genios de este circo.

Pero no todo puede ser clasicismo ni ambiente gótico en este siglo XXI, el espectador de hoy pide algo más, y es ahí donde El Hombre Lobo a menudo sorprende y no pocas veces descarrila. La violencia de la bestia es de lo más explícito y brutal de lo visto en pantalla ultimamente, no puede ser de otro modo, es cierto, para resultar creíble, pero eso no quita para que en una atmósfera tan clásica sorprenda el cambio de ritmo, espectacular, que suponen las escenas de acción en esta película.

El mayor riesgo que asume una película acerca de hombres lobo, un riesgo del que se libran otros monstruos inmortales como el vampiro, el frankestein y demás, es el peliagudo -jaja, qué recurso tan chisposo- asunto del maquillaje de la bestia. La fina línea que separa el hombre transfigurado en bestia del actor con pelos pegados en la cara y poniendo muecas de gilipollas ha arruinado demasiadas películas licántropas. Recurrir al ordenador para recrear las bestias normalmente es sinónimo de chapuza o de engendro raro-frío-poco creíble.

En este sentido me parece un acierto el mix que consigue el maestro Rick Baker entre lo uno y lo otro, de manera que cuando el lobo se está quieto y podemos apreciar el trabajo del actor debajo de los pelos resulta un disfrute que jamás se alcanzará con un ordenador, sin embargo, cuando el tipo empieza correr, ya sea por bosque o tejado, el CGI canta para mi gusto demasiado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
miguelotex
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5
23 de mayo de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La palabra que me viene a la cabeza al hablar de esta película es "desfase". Desfase por la cantidad de elementos que mezcla en una sola trama, por la variedad de personajes relevantes en la historia, por la locura de algunas escenas, gore sin paliativos, violencia gratuita a mares, por la extravagante manera de terminarla...

Todo en [REC]2 parece a punto o muy cerca de salirse de madre, me preguntó cuántas veces su dupla de directores, creadores del elemento, se miraron a los ojos durante el rodaje con caras de "esto ya va a ser pasarse".

El caso es que [REC]2, con todo, no sólo me resultó más interesante, también me dio más miedo que la primera, el problema es que, en la misma proporción, también me pareció peor película.

Con [REC]2 me sucede algo extraño. Sé que se están riendo de mí al verla, sé que no han tenido tapujos en colar cuantas más burradas mejor y que además se lo han pasado en grande. Pero es que creo que también han mejorado los puntos más flojos de la primera.

En [REC]2 se grita menos, que para empezar ayuda a ver la película. En [REC]2 hay suspense de principio a fin, ahí ayuda el que entremos a verla con el runrún de la primera todavía en la cabeza, con todos esos cabos por atar. Pero sobretodo, en [REC]2 hay una historia, un argumento, estúpido, sí, pero al menos no se limita sólo a una sucesión de sustos y puertas por abrir.

El problema, y gordo, es que esa historia desbarra por todos lados. Colar la religión en un asunto como éste es hilar muy fino pero mira, te lo acabas creyendo, sirve a sus fines.

Pero al final, el rollo Harry Potter de cosas mágicas invisibles y cámara infrarroja... Bueno, dirán, si cabe el demonio cabe la magia negra... Sí, cabe, y en tu culo una peonza dando vueltas si tú quieres. Pero canta, canta un huevo.

De manera que pudiendo ser un ejercicio más maduro, una manera de pulir los defectos de la primera y dejar caer un peliculón claustrofóbico y tenso, [REC]2 al final se queda en un desfase sin pies ni cabeza, divertido y acojonante sin duda, pero que te deja tonto de tan tonta que resulta.

Y aún no sé si me gusta más que la primera...
miguelotex
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