Infumable cinta que no se sabe muy bien ni de dónde sale -tal vez de la influencia de series B de Estados Unidos- ni cómo es posible que unos actores tan brillantes se prestaran a semejante despropósito. Evidentemente en aquella España casposa el cine de ciencia ficción o de política ficción no era ni mucho menos su punto fuerte. El resultado, pobre, inconexo, deshilado hace aguas por todos los lados. Y de hecho pasa por ser casi por completo desconocida si no fuera por su exhibición en un canal televisivo dedicado en exclusiva a películas españolas. Lo dicho. Una cutrez sin paliativos.

Es de suponer que a Sorrentino no le deben faltar ofertas de trabajo en el mundo de la publicidad dada su capacidad de plasmar con creatividad, ingenio y brillantez el mundo de los deseos. Pero de ahí a mentar a Fellini..... Gran trecho. Larguísimo. E inalcanzable. Y es que no vale con rodar en Roma, contar con monjas o con negros de dos metros de alto para recrear un mundo que solo pudo ser captado una vez (y solo una) por Federico Fellini. Los primeros 45 minutos, interesantes. El resto, soporífero, cansino y falto de vida.

Todos tenemos facturas, préstamos y recibos que pagar. Hasta el entrañable y buenazo de Tom Hanks, al que seguramente alguna de sus cuentas bancarias le dio un susto y le forzó a embarcarse en esta cinta (no tenía idea de que fuese germana) del todo pretenciosa, floja, tópica y deshilachada, donde se mezclan unos personajes forzados y unas situaciones por completo absurdas e inverosímiles. Preocupante que un actor de su talla acceda a experimentos tan endebles e insustanciales.

Como fiel devoto de Szifrón y su genial serie "Los Simuladores" el visionado de "Relatos Salvajes" me deja un poso de decepción. Sin duda alguna Szifrón es maestro de los relatos cortos: guiones perfectos, actores y personajes muy bien enhebrados y una exquisita selección de la banda sonora. El problema es que de todos los relatos, solo los dos últimos -y especialmente el último- parecen responder a la mordacidad y fina ironía que subyace a una descripción sociológica y antropológica del urbanita bonaerense, víctima de mil trampas y objeto de injusticias varias. En cualquier caso, una delicia.

El impagable programa de La 2 dedicado al cine español sigue ofreciéndonos pequeñas joyas por completo desconocidas para gran parte de los cinéfilos y de difícil o imposible acceso. Muy agradable sorpresa esta cinta, una extraña mezcla entre comedia, drama y retrato sociológico de una dura y destartalada España emigrante que transmite sinceridad por todos los poros. Sin duda es un cuento con final feliz, un final soñado por miles de gentes que hubieron de abandonar el terruño para buscar un mejor porvenir. Evidentemente la cinta no tiene la dureza de "Surcos" y se decanta por tintes más amables de la mano de un genial Antonio Casal y donde tenemos el enorme placer de ver aparecer los rostros de Manolo Morán, Erasmo Pascual o un genial Fernando Sancho además de José Marco.