Adaptación para la gran pantalla del absorbente tocho de titulo homónimo de un, en la cima del mundo, Stephen King, dirigida por Fraser C. Heston (hijo de Charlton Heston y el bebe que hacía de Moisés en “Los 10 mandamientos”), con un reparto en el que destacan Max von Sydow en el papel de conseguidor diabólico, Ed Harris como el sheriff y J.T. Walsh como el malvado Danforth Keeton III y un desarrollo que esquematiza de forma brutal el contenido de la novela de King.
En la primera visión recuerdo que quede bastante defraudado por la cantidad de subtramas de la novela que quedan fuera (por otra parte comprensible si tenemos en cuenta que estamos hablando de 780 páginas del mejor Stephen King), pero hace un par de años la volví a visionar y debo de reconocer que me la trague sin pestañear, por lo que deduzco que si no has leído la novela o no la tienes fresca en la memoria es recomendable su visionado.

Producción italiana coproducida por HBO y emitida en dos partes en la televisión transalpina, en la que se nos cuenta de forma cuasi documental los inicios y ascenso hasta fiscal antimafia del tristemente malogrado Giovanni Falcone, acabando con la recreación de la explosión que alcanzo al coche en el que iba en compañía de su mujer y su guardaespaldas y que acabo con sus vidas.
Magnifica ambientación (como no podía ser menos estando HBO por medio) y un excelente y comprometido trabajo por parte de todo el elenco actoral, entre los que destacaría a Chazz Palminteri en el papel de Falcone, a F. Murray Abraham como el arrepentido Tommaso Buscetta, a una guapísima Anna Galiena como su sufrida pero fiel acompañante esposa (como se conocieron y las circunstancias que pasaron juntos hasta su muerte son uno de los pilares de la película) y al actor que hace el papel de guardaespaldas, sin olvidar la inquietante caracterización que de Totò Riina realiza Victor Cavallo.
Absolutamente recomendable y excepcional documento histórico.

Un tipo (Paul Naschy) llamado Gilles (como el personaje histórico en estaba inspirado su Alaric de Merniac: Gilles de Rais) del cual sospechamos que tiene un turbio pasado, es recogido cuando hacia auto stop por el sur de Francia, por una mujer que tiene un brazo ortopédico y tras aceptar la proposición que esta le hace de que vaya a trabajar a la casona en la que vive con sus dos hermanas, este acepta, encontrándose a una de las hermanas en silla de ruedas y a la otra pelín ninfómana.
A partir de aquí y con el tipo ya instalado, empiezan a suceder sangrientos asesinatos de atractivas mujeres que aparecen sin ojos (nunca vemos al asesino, solo los zapatos y que va envuelto en un gabán), amén de un totum revolutum entre las atractivas y en edad de merecer mujeres de la casona ante la llegada del atractivo macho.
Historia truculenta (atención a la matanza del cerdo) y erótica con acusados tintes fetichistas, con una atmosfera, las mas de las veces enfermiza, en la que se juega de forma magnífica con el suspense, ya que hasta el final no sabemos quién está provocando las muertes, a la que quizá le hubiera venido bien una fotografía un poco más luminosa y en la que los actores realizan un buen trabajo (como venía siendo habitual con este tipo de producciones, al doblar las voces de los actores, te encuentras con casos chirriantes, como por ejemplo la voz que le han puesto a Luis Ciges), con el plus añadido de la belleza de las implicadas en la función.
Recomendable.

Infravalorada producción, que aun hoy en día se deja ver con agrado y que adapta de manera más o menos fiel el universo del comic que adapta y que debido a la factura pelín oldie, (para la época en la que se rodo era todo un lujo) para los que la vieron en su época guardaran buenos recuerdos de ella y para los espectadores del nuevo milenio les puede parecer una antigualla.
Como dato anecdótico diré, que su edición en video para los pioneros de los sistemas Dolby surround caseros, era una gozada cuando al principio de la película, según la sombra se iba moviendo alrededor del tipo del puente, la voz sonaba ora en un bafle, ora en otro, con lo cual alucinábamos y dábamos la barrila a todo aquel que pilláramos por delante.
Recomendable.

Una verdadera joya, no por la calidad de su guion, ni por lo mas o menos divertidas que sean las peripecias de estos desertores de la Navidad, sino por ver a la gran Jamie Lee Curtis, que tras deslumbrarme y enamorarme con su gracejo y contundente belleza en Entre pillos anda el juego, Un pez llamado Wanda y Mentiras arriesgadas, (las tres películas en las que más bella ha lucido), me ha acabado de ganar para la causa con la naturalidad y la desvergüenza que luce su cuerpo en la madurez, en una época y una industria en la que cualquier contemporánea solo se hubiera atrevido tras múltiples, (y en la mayoría de los casos innecesarias), visitas al puto quirófano. Pues eso…