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España España · Barcelona
Críticas de El Criticón
Críticas 1.371
Críticas ordenadas por utilidad
6
23 de noviembre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La desmitificación del mito de Hércules es uno de los mayores valores de este péplum a medio camino entre la comedia y la película de acción digital que entretiene pero poco más. A diferencia de otras películas, este “Hércules” tiene el merito de no tomarse demasiado en serio nada de lo que cuenta y eso la hace ir un paso por delante de otras películas como “300” o “Pompeia” o “Conan” donde sus directores creían que contar una historia épica ha de hacerse desde la sobriedad más rancia. Si a eso le sumamos un despliegue de actores sorprendente liderados por un The Rock que parece nacido para el papel. Entonces pocas cosas puede ir mas en este péplum de segunda que resulta de lo más divertido. Puede que no tenga el rigor necesario, puede que algunos de sus momentos sean infantiles, puede que abuse de los efectos digitales. ¿Pero que más da? “Hércules” es puro entretenimiento sin insuflas de nada más que eso, cine clásico bien engranado y que se olvida a los cinco minutos pero que no defrauda mientras el proyector está funcionando. Esto es un blockbuster de verano, ni ofrece mas ni hay que pedirle mas. Y encima con el grandioso Ian McShane en un hilarante papel de oráculo incapaz de acertar una sola de sus predicciones, los geniales actores ingleses John Hurt y Joseph Fiennes y Peter Mullan como villanos de la función y un Rufus Sewell en un papel menor pero dando perfecta replica a The Rock. Lo dicho ¿Qué mas se puede pedir? ¿Qué sea buena? Eso ya sería demasiado…
El Criticón
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5
15 de agosto de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inclasificable película a medio camino entre el surrealismo y las historias costumbristas que tiene algunas virtudes que son superadas por sus defectos. Entre las virtudes están unos actores soberbios (con ese inmenso Emilio Gutiérrez Caba a la cabeza) y ciertos logros estéticos que funcionan. Entre los defectos se encuentran la irregularidad (quizás a causa de tener tres directores diferentes), una historia que no da para un largometraje y también un uso del blanco y negro en pocos escenarios que la acercan más a un experimento de amigos con una Súper 8 que a lo que entendemos como largometraje. ¿Curiosa? Sí, mucho. ¿Mala? No tanto, es un estimable intento que a veces funciona. Arriesgarse no siempre tiene su recompensa, sobre todo cuando el argumento es demasiado pobre y acaba por aburrir al espectador que no entiende por qué algo tan breve está tan innecesariamente alargado. Soy un gran defensor de los directores que arriesgan, aquí lo han hecho, pero también hay que reconocerlo cuando el experimento acaba resultando medio gaseosa, medio champagne francés.
El Criticón
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7
3 de mayo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil hacer una crítica de una película que te guste y te parezca entrañable, cuando en realidad sabes que está repleta de defectos. “Monuments Men” no es el mejor trabajo de George Clooney como director pero es una película que se disfruta con ese regusto del buen cine de antaño. De George Clooney como autor se espera algo más que toda esta tibieza (o falta de ideas) que demuestra “Monuments Men” pero eso no hace que la película sea mala porque como entretenimiento funciona perfectamente y nos recupera el mejor (y más inocente) cine bélico de todos los tiempos. Se nota que Clooney quiere desmitificar el sentido de la guerra, solo hace falta ver cómo trata todos los momentos de acción que casi rondan lo ridículo o surrealsta porque esta versión moderna de “Doce del patíbulo” se queda a medias en todo. Las pocas veces que George Clooney pretende transgredir (como la escena del francotirador o la escena de navidad) se queda en nada, en puro ejercicio de estilo sin demasiada personalidad. El discurso sobre si es más importante una obra de arte que una vida humana, es un discurso menor que solo se resuelve en menor medida con ese esplendido monólogo/epílogo pero durante toda la película George Clooney parece más preocupado en construir un gran fresco histórico que en contarnos una historia. Los actores están todos excelentes aunque algunos parece que pasaban por allí, la historia paralela con Cate Blanchett está descafeinada y los momentos épicos parece que tampoco le importan demasiado a Clooney. Es de esas películas que parecen hechas por encargo y dirigidas por un director impersonal que se limite a poner en imágenes lo que les explica el guión. Desde luego hay momentos estupendos en la película, momentos de gran cine, pero son los que menos. El resto es un “hazañas bélicas” descafeinadas cuya mayor virtud es la de entretener sin atreverse a ir mas allá. A mí personalmente me ha gustado, mucho, pero eso se debe a que el cine bélico clásico es uno de los géneros que mas me interesan y “Monuments Men” es eso, un magnifico ejercicio de cine bélico clásico, pero nada más. Esperábamos más de Geroge Clooney que este divertimento ligero y sin discurso.
El Criticón
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9
29 de marzo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravilloso juego de espejos que convierte una historia mínima en un brillante ejercicio de estilo que intenta mostrarnos que los que tienen más no son realmente los que más tienen. Doloroso (y divertidísimo) retrato de la burguesía italiana que desmonta cualquier prejuicio o admiración y demuestra que se puede contar una historia desde el más absoluto de los vacios argumentales. Pero este vacío argumental (y el poder visual) los utiliza Paolo Sorrentino como excusa para construir los diálogos más brillantes jamás escritos en una película de estas características que se convierten en puñaladas de color (literales en algún momento) que dibujan a unos burgueses que se limitan a ir de fiesta en fiesta sin más futuro que evitar la resaca, tener alguno que otro momento de sexo con alguien más jóvenes que ellos mismos y que no se les arruguen los caros trajes. “La gran belleza” es la primera película que, sin ningún esfuerzo, demuestra la banalidad de cosas que nos da vergüenza no entender. La película podría resumirse en esa conversación donde una amiga intenta explicar a la otra quien es una de las famosas de una fiesta pero no es capaz de entenderlo repitiendo una y otra vez que no sabe quién porque no tiene televisión a lo que se amiga le dice “ya sé que no tienes televisión, te encargas de recordármelo cada día”. Hay tanta banalidad en lo justo como en lo injusto, en lo bueno como en lo malo, en el exceso como en el defecto. “La gran belleza” demuestra que lo interesante, en exceso, acaba perdiendo todo su interés. Todo ese arte estúpido que esos burgueses admiran no es más que un ejercicio de ego tan grande como el foro romano frente al que vive su protagonista. Todo en “La gran belleza” es maravilloso y está maravillosamente vacio. ¿Qué pretende Paolo Sorrentino con esta película? Quién sabe, pero lo que consigue es un fascinante retrato de una parte inaccesible de nuestra sociedad. “La gran belleza” es “La Dolce Vita” del siglo XXI, construida en torno a tres fiestas, la primera (el cumpleaños del protagonista) que nos presenta a unos personajes encantadoramente vacios, la segunda (la fiesta del coleccionista de arte a mitad de película) donde todos siguen siendo igual de superficiales pero el protagonista comienza a humanizarse gracias a Ramona (y comprobamos esa humanización en el dolor y la posterior frase “me había olvidado lo que significa querer” cuando NO hace el amor con Ramona) y la tercera (que comienza con el protagonista ya absolutamente borracho diciendo la frase lapidaria “las congas de nuestras fiestas son maravillosas porque no llevan a ninguna parte” como alegoría de todo cuanto son). Una máquina de humo que lanza frente a nuestros ojos unos personajes vacios y ostentosos moviéndose en la noche romana. Una obra maestra con escenas irrepetibles dignas de Fellini (la primera fiesta, la escena del doctor que inyecta botox, la escena de la Jirafa o de las grullas, la noche en los palacios, etc). Una película llena de juegos de prestidigitador, de esas películas que son obvias pero te hacen creer que has hecho un esfuerzo por entenderlas (como las películas de Woody Allen que te hacen creerte un falso intelectual) pero una película totalmente coherente con lo que cuenta: el vacio más hermoso o lo que es lo mismo… la gran belleza.
El Criticón
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2
27 de marzo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Uwe Boll se pone serio es realmente un peñazo de esos que convierten un espectador en una máquina de bostezos. Siempre he defendido a Uwe Boll como una creador de basura divertidísima, un transgresor alemán en el estilo norteamericano de narrar. Uwe Boll intenta ser bueno y acaba siendo el peor pero es divertido. El problema de "Objetivo presidente" es que ni es bueno ni es divertido. Tenemos a los actores que siempre utiliza Boll a los que hay que sumar un aburrido Ray Liotta para contarnos una historia de patriotas malísimos que quieren aprovechar una parada del presidente norteamericano en un pueblecito para asesinarlo. La película es soberanamente aburrida y no deja espacio al espectador ni para media sonrisa cómplice. Todo en "Objetivo Presidente" es desapasionado y burdo. Los personajes están desdibujados, la película está mal rodada y todo está tiznado de una apatía insostenible. Así no Uwe. Vuelve a ser el Ozores del cine de acción, pero no te pongas serio porque aburres hasta a las pantuflas del abuelo.
El Criticón
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