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España España · Cinecittà
Críticas de Xavier Vidal
Críticas 640
Críticas ordenadas por utilidad
8
3 de junio de 2011
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por qué la mosquitera? La mosquitera, dentro de la lógica de la película (que, por lo demás, es una cinta dominada por la sinrazón), puede tener dos significados. La primera, que la mosquitera sea esa red que se convierte en escudo o barrera, que nos separa de la realidad y que acaba afectando a nuestra rutina, reducida a un micromundo que en la cinta es también el espacio del desasosiego, la incomprensión, la sorpresa. Y como sus personajes vienen y van como una especie de naturaleza muerta, siluetas amorfas y mórvidas que navegan (y moralmente naufragan) en aguas estancadas, también es posible una doble lectura, y que la mosquitera sea ese filtro, esa capacidad de retener ciertos instintos primarios y convertir al ser humano en un individuo activo y racional, diferente a perros y gatos, algo que no ocurre con los personajes de la película. La mosquitera también habla de los límites y los deseos, pero sobre todo de los mecanismos que llevan a una familia más o menos pudiente a perder cualquier noción del tiempo y del juicio, como si la sociedad moderna sólo supiera crear monstruos incapaces de querer pero muy capaces de herir.

La mosquitera es la radiografía tarada de una familia que se derrumba, y sobre el papel una película suicida, llena de planos interiores y diálogos turbios. Tanta excentricidad y tantas ganas por describir los lazos afectivos y las relaciones de poder, así como un estilo cortante, con más interrogantes que respuestas, comedia oscurísima en sus situaciones más absurdas y una tragedia griega ante todo, convierten La mosquitera no sólo en la película española más radical del 2010, sino en una suerte de Canino local que logra desconcertar hasta el más resabiondo.

Retazos de decadencia y desapego, imágenes de tristeza, depresión, soledad e incomprensión. Una película provocadora, ligeramente ácida, siempre negrísima. Una metáfora del monstruo que todos llevamos dentro y que no parece contar con referentes cinematográficos españoles, algo que la convierte en una película pequeña de marcado acento europeo, carne de festival y centro tanto de las alabanzas como del azote de cierto sector crítico.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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4
25 de marzo de 2011
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Venezuela concursó en en los Oscar 2010 con una película de lucha, miseria y superación. Vaya, nada nuevo. El cine venezolano quiere reivindicarse y ha utilizado esta película como representante de una cinematografía en auge. Hermano nos devuelve a ese terreno hostil, de extrema pobreza e ilusiones de hierro que ya vimos en títulos como Ciudad de Dios o Tropa de Élite. Como ocurría con Sin nombre, todas ellas sudamericanas, Hermano es una película que conectará con el discurso triunfalista norteamericano. Hermano me parece almibarada; y sin ser un gran experto en temas futbolísticos, las remontadas en el campo que protagonizan los hermanos protagonistas no me parecen creibles (directamente, y lo digo con la boca pequeña, están mal filmadas: véase el final de Invictus como antítesis y modelo a seguir). Prefiere hablar de una historia que ocurre en un contexto pero sin tratar ese contexto, y eso es un error de fondo y forma considerable. No hay ni crítica ni estilo.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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7
1 de octubre de 2015
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Marc Recha siempre ha tenido en la familia uno de sus temas recurrentes: ahí está la historia de reencuentro y luto de 'Pau i el seu germà', la camaradería de las criaturas que poblaban el universo fronterizo de 'Les mans buides' o el viaje fraternal que emprenden los personajes de 'Dies d'agost'. En 'Un dia perfecte per volar', Recha llega a la cumbre de su cine sensible y minimalista con la historia de un padre que entretiene a su hijo con la historia de un gigante imaginario. Dos únicos personajes y el paisaje empordanés llenan los 70 minutos de esta preciosa alegoría sobre la infancia, la paternidad y la imaginación. Una película en la que se cuentan historias: el niño escucha fascinado las fabulaciones del mayor, y los espectadores, igual de embobados, evocamos en nuestra cabeza las estampas del cuento. Con la familia, de nuevo, como protagonista silencioso de la trama. Una obra cargada de amor y sensibilidad, de regusto amargo y espíritu vitalista. Puede parecer una película menor, pero pocos films son tan sinceros y sencillos (que no simples) como la crónica de este día de excursiones y cometas. Una belleza.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
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Xavier Vidal
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6
13 de octubre de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Capa caída es un ejercicio pintoresco, chanante y cinéfilo que rinde culto a la figura de Magno, un superhéroe caído en desgracia en cuyos superpoderes y comportamientos queda parodiada gran parte del 'ser español', algo que ya hacía, salvando las distancias, el Torrente de Segura. Capa caída es un juego entre amigos, un capricho de estética retro trufado de momentos absurdos pensados para saciar ciertas audiencias hooligans o frikis que congrega un festival como Sitges. La película de Santiago Alvarado, contra todo pronóstico, resulta fresca, original, inclasificable y muy divertida, e incluso merece trascender la anécdota y estrenarse por las vías habituales y portales virtuales. Un falso documental al que le faltan muchos hervores y que tal vez se hubiese podido reubicar como corto o mediometraje (a veces la premisa no da para más), pero en conjunto la sensación predominante es la de haber asistido a un experimento audiovisual muy consciente de sus limitaciones y muy respetuoso con los referentes cinematográficos que homenajea. Una broma con mucha chicha: Magno es un personaje digno de estudio.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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7
26 de septiembre de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Álex de la Iglesia siempre ha sido eminentemente masculino, pero en el fondo sus tramas están controladas por mujeres. Ellas, según el esquema de De la Iglesia, complican y dan sentido a la existencia de ellos. La guerra de sexos es la base de Las brujas de Zugarramurdi, película que tras sus capas de magia, thriller y parodia esconde el discurso de toda la vida ampliado y desvirtuado. En esta ocasión, las mujeres son unas brujas dispuestas a hacer la vida imposible a dos ladrones de poca monta que intentan fugarse a Francia tras atracar una tienda de 'Vendo oro'. A ello se le suma la novia desquiciada de uno de los atracadores, dos policías con secreto y una profecía en la que aparece 'una esponja amarilla'. ¿Que suena raro? La película lo es todavía más.

De la Iglesia tiene un sentido del humor y del thriller impresionante: como espectador te coge, te zarandea y no te suelta. Las brujas de Zugarramurdi invita a la risa, tiene algunas escenas bastante terroríficas, y por tener hasta presume de un Carlos Areces y Santiago Segura vestidos de mujer mayor. El film tiene un problema grave: va tan deprisa, se sabe tan loca y está tan desbocada que al final acaba estampándose contra la cuneta, uniendo momentos sublimes con otros directamente ridículos. El film no deja de ser un juego, una función más del circo de los horrores que tanto interesa a De la Iglesia y que cita de forma directa en su surrealista epílogo. Por la calidad de su reparto y de sus aspectos técnicos, cuestiones que seguramente serán valoradas en los próximos premios Goya, estamos ante un film con potencial de obra de culto, algo que ya sucedió con El día de la bestia. Y a pocos días para su estreno en salas, cabe destacar que estamos ante un film de vocación popular que se disfruta más con la sala llena conteniendo el aliento o soltando risotadas: en épocas de baja asistencia a las salas, el film propone una catarsis colectiva en pantalla grande.

En resumen, una batidora que tritura cualquier sentido de la lógica, y la diversión de Crimen ferpecto o La comunidad es sustituida aqui por una sensación de grandilocuencia y saturación. Cuesta articular palabra tras los primeros títulos de crédito (no diremos por qué) y uno no sabe qué decir cuando se abren las luces. ¿Conclusión? Las brujas de Zugarramurdi es un film demasiado loco, incluso para venir firmado de alguien tan desquiciado como De la Iglesia.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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