No entiendo el prologo con pretensiones sociológicas totalmente innecesario que meten, cuando en realidad es un thriller genérico sobre un esquizofrénico violento mal medicado.
Las escenas de persecuciones son lo único bueno o mejor dicho entretenido, después cada vez que los protagonistas se bajan de sus respectivos vehículos se viene abajo, incluso creo que el clímax hubiera sido más coherente que sucediera en la autopista.
No mucho más que decir, destacar que Russell Crowe se está convirtiendo en el nuevo Orson Welles o Marlon Brando de su generación.

Es muy meritorio el naturalismo que maneja, y el retrato de un grupo de infantes pobres, sin caer en el morbo, logran retratar esa vida en la que se ven sumergidos según el tipo de madre que tengan, porque en la mayoría de los casos los padres brillan por su ausencia, interesante también que de los 4 chicos que salen en la película, ninguno tiene un hogar donde sus padres estén juntos, y tampoco por lo que se ve tengan contacto con uno de sus progenitores, solo con el que viven, también los peligros que los acechan, excelente e hiper realista la escena del pedófilo.
Lo que me molesta es su condescendencia con la madre, está bien que no la juzgue y trate de entenderla, pero se pasan, la tipa es una persona nefasta, marginal, de lo más autodestructiva que puede haber, vulgar, haragana, viciosa, violenta (no con su hija, pero si con el resto), con una absoluta incapacidad para hacerse cargo de alguien, bueno, ni de sí misma.
También creo que dura más de lo necesario y se regodea en la simpatía de la niña, esos minutos se los podrían haber dedicado al personaje de William Dafoe, del cuál dejan entrever cosas, pero nunca llegamos a saber nada concreto de su vida.

Bien dicen las criticas de los diferentes diarios, como thriller, es una buena comedia de humor negro, todo demasiado predecible, demasiado rancio, este tipo de historias ya son piezas de museo, estaban bien para la clase B de los 80, pero hacerlas ahora, es cómico, y no sé si conscientes o no de eso, en el plano del humor negro es donde mejor funciona, algunos de los diálogos del psicópata son lo único que entretienen en esta más que predecible propuesta.
La interpretación mediocre como siempre lo son las de Jennifer Lopez, que de profesora de literatura clásica, tiene lo que esta película de obra maestra, se carga unos vestidos que dan más para que trabaje en un burdel que en un colegio.
El muchacho que es su amante, su mayor mérito es estar buenísimo, nada más, su desempeño es acorde con la historia, de humor involuntario.

Hace un abordaje intenso sobre un caso real, trata de reflejar la vida de esta mujer que lucha por saber qué pasó con su hija mayor, mientras cría a sus otras dos.
La historia tiene una factura de telefilme, diría que es su principal fallo.
En lo demás es intensa, respetuosa, no trata de que estas mujeres queden como heroínas perfectas ni mucho menos, las muestra como lo que son, seres humanos llenos de errores, con relaciones disfuncionales que hacen lo que pueden contra unos policías a los que les importa poco y nada el resolver el caso y descubrir al culpable.
Amy Ryan está excelente.

Pretencioso y fallido thriller, no logra encontrar su elemento, ya que el guionista no tiene la habilidad para crear buenas trampas y acertijos, ni le da para dotar a sus personajes de la humanidad necesaria para que nos importe si viven o mueren, por lo que tampoco funciona a nivel psicológico.
Es aburrida, y sus actores van de lo mediocre a lo pésimo.
Tal vez lo único logrado a medias, sea la descripción de ese grupo de amigos super snob, que no saben como divertirse y se meten solitos en la boca del lobo.