Esto es lo que dijo de ella A. O. Scott, crítico de The New York Times, y la verdad es que no puedo estar más de acuerdo.

La película empieza bien. Parece una auténtica obra maestra de intriga policíaca, misterio y tensión, con ciertos toques que recuerdan levemente a Hitchcock. La banda sonora es algo estridente y machacona, pero se lo perdonamos porque las actuaciones son excelentes (sobre todo la de Leonardo Dicaprio, aunque también me llamó mucho la atención la excelente interpretación de algunos locos, que saben expresar perfectamente con los gestos, palabras y voz cuándo están serenos y cuándo tienen una crisis, cuándo mientes y cuándo dicen la verdad).

El ritmo va volviéndose más rápido (lástima que algunas escenas oníricas excesivamente largas lo corten un poco, sobre todo al principio), la tensión va in crescendo... y de repente llegan los 20 minutos finales donde la confusión toma al asalto el guión de la película y todo acaba bruscamente con un final tan ambiguo como incomprensible.

La verdad, me ha decepcionado. Es una lástima que tan buen planteamiento inicial y tan buenas actuaciones al final queden en agua de borrajas por culpa de un guión tramposo que, personalmente, me ha dejado más fría que un témpano. Por supuesto, entenderé que haya gente admiradora de Scorsese a la que le guste la película y la alabe como una obra sobresaliente del thiller psicológico, pero a mí, personalmente, me gusta salir del cine sabiendo de qué ha ido la película.

En todos los años que llevo acudiendo al cine, esta es la primera vez que abandono la sala antes de que acabe la proyección. ¿La razón? Desesperación causada por el aburrimiento más absoluto.

Para empezar, yo ni siquiera iba a ver "Stone". Yo iba a ver "Ga'Hoole", pero cuando llegué al cine resultó que la información en internet estaba mal y que sólo la proyectaban los fines de semana (era miércoles). Así que eché un vistazo a la cartelera. "Ciudad de ladrones" y "La red social" me llamaban la atención, pero faltaba más de una hora para que empezasen. Y, de pronto, me llamó la atención un cartel en el que aparecían los nombres de Robert De Niro y Edward Norton. Como son actores cuyos trabajos me gustan, entré, sin tener ni idea de qué iba la película.
Fue uno de los mayores errores cinematográficos de mi vida. Milla Jovovich no produce morbo en su papel de paleta guarrilla, sino vergüenza ajena. De Niro y Norton hacen lo que pueden... pero lo que pueden no es mucho si estamos hablando de una historia soberanamente lenta, aburrida, increíble y tediosa, con personajes esperpénticos y sin interés alguno. El prólogo, los cinco primeros minutos, es lo mejor de la película... y luego resulta que no aporta absolutamente nada a la trama. Después, la película no hace más que empeorar, con unos diálogos absurdos y una historia lenta y a ratos tan absurda como los diálogos, que personalmente no me interesó lo más mínimo. De hecho, me resultó tan cargante que, como ya he dicho, decidí que seguir viendo aquello era una pérdida de tiempo y una hora después del comienzo del filme salí de la sala y regresé a mi casa.

En definitiva: no vayáis a verla, os lo ruego. No malgastéis vuestro dinero como hice yo, sobre todo ahora que estamos en crisis. Quedaos en casa y observad girar la lavadora, o crecer la hierba, o borbotear el agua en una olla, o poned al día la contabilidad del hogar y las facturas. Cualquiera de las actividades que acabo de ennumerar es más interesante y entretenida que ver "Stone".