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Críticas de Plácido Eldel Motocarro
Críticas 577
Críticas ordenadas por utilidad
9
16 de julio de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Matrimonio con hijos” es incorrecta -política y moralmente-, impúdica, indecente y antisocial, todo lo que una buena comedia crítica debe ser. Al menos en las primeras temporadas manda al carajo a todo lo que supone el consenso en las convenciones establecidas; a la ecología, al patriarcado, al matriarcado, a los hippies reconvertidos en yupis concienciados y liberales cual sus vecinos, al patriotismo, al modo de vida americano, a los centros comerciales y a los franceses -ojo esto último lo dice Al Bundy no yo-.

“Matrimonio con hijos” fue una irrupción de aire fresco entre los quemados rayos catódicos donde pulularon series de marcado acento familiar como “La tribu de los Brady” o “Con ocho basta” pero la serie de los Bundy no hace parodia de ellas simplemente toma sus argumentos y los destroza con su total ausencia de una sola micra de hipocresía o de complejo de inferioridad, una serie donde sus personajes se sienten orgullosos de ser despreciables y hasta donde el perro sabe que debe buscase el mismo la comida pues esperar que sus amos le alimenten es como si Al consiguiese que Peggy le hiciese la cena.

Como en toda serie hay capítulos mejores y peores, mejores y peores temporadas, y a pesar de que nadie apostó a que durase demasiado lo hizo durante once años, y aunque en algunos de los últimos cediese algo ante lo socialmente consensuado, jamás dio su brazo totalmente a torcer.
Plácido Eldel Motocarro
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9
12 de julio de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre un relato de Rudyard Kipling, Huston realiza una película de una belleza narrativa digna del afamado escritor anglo-indio en la que se ensalza la amistad, la determinación, el espíritu emprendedor, y donde se ofrece una alabanza hacia esos “elementos” que a la hora de la verdad sostienen los imperios de los que otros tanto presumen -esto último, casi literalmente, lo extraje de uno de sus diálogos-.

Fue rodada casi siempre en exteriores pero su belleza no reside en los parajes ni en secuencias de gran espectacularidad -que por otro lado tampoco son su fuerte- sino en la conexión inmediata e incondicional del espectador con el destino de dos aventureros, de dos soldados de fortuna decididos a conformar su propio imperio; personajes representados por dos actores, Sean Connery y Michael Caine, en estado de gracia; en ese preciso momento cuando se tiene el oficio que da la veteranía pero aún persiste el brío de la juventud.

Sin duda lo mejor de ella es un guion repleto de diálogos simples y directos, donde siempre prevalece la ironía y el sentido del humor, declamados por maestros dirigidos con maestría; no en vano el realizador del medio oeste norteamericano también era actor y por lo tanto gran director de actores.

“El hombre que pudo reinar” es una película ante todo entretenida y una de esas películas -no demasiadas- que elevaron el cine de aventuras al cielo del séptimo arte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Plácido Eldel Motocarro
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10
29 de junio de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Insiste Fritz Lang con el trío protagonista de “La mujer del cuadro” y todos ellos se superan con creces, a veces pienso si Lang no se la tomó como una revancha, como si no hubiese quedado satisfecho con la anterior y necesitase resarcirse pero, esto, solamente es una idea romántica por mi parte; la verdad es que los grandes productores entonces, y seguramente ahora, insistían en los cuadros que ya habían dado beneficios. Pero sea como fuese lo cierto es que terminó realizando una película redonda, intensa, y a ratos angustiosa. Donde en el final alcanza Edward G. Robinson la categoría de maestro de la interpretación.

Una historia de amores y desamores perniciosos, de relaciones turbias y turbadoras; dignas de ser examinadas por psicoanalistas, en las que se raya el masoquismo y la… perversidad.

Verla sólo como un thriller es eludir el fondo de sus almas; unas almas oscuras, silenciosas y temerosas que temen, sobre todo, a la soledad, en definitiva; almas humanas.

Una de esas historias que fueron posible gracias al blanco y negro; en donde no se podía huir del relato ni de los excelsos diálogos con grandes, bellos, y coloridos planos.
Plácido Eldel Motocarro
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8
27 de junio de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una demostración de cómo con inteligencia, conocimientos, talento y la destreza de un buen navegante surcando los ignotos mares de la intriga se puede obtener una fabulosa película de ciencia ficción a pesar de tener que solucionar los problemas técnicos que plantea su relato con medios arcaicos donde casi resulta imposible que no se noten las cortinas y las imágenes implantadas o superpuestas. Y entonces pienso, sí a veces lo hago, que maravilla no hubieran obtenido si hubiesen dispuesto de los medios actuales. Pero estas conjeturas resultan baladís; no se pueden comparar unas épocas con otras, cada cual tiene sus virtudes y sus pecados. Y sólo cuando el tiempo las sobrepasa largamente, es cuando éste pone a cada obra en su lugar.

“Viaje alucinante” es un relato sencillo, sin complicaciones, que no se pierde en divagaciones científicas o filosóficas. Donde se nos adentra en un viaje alucinantemente insólito y absolutamente increíble con la más absoluta normalidad, como algo que aunque no habitual tampoco resultase tan extraño. Además de las dificultades propias de navegar a través de fluidos humanos entre venas, arterias y alveolos, nuestros protagonistas se deberán enfrentar al suspense de averiguar cuál de ellos es el saboteador, pues ante todo; ésta es una historia de espías e intrigas.

En cuanto al tema, Raquel Welch, no seré yo el que niegue su belleza ni lo bien que le sienta el traje de submarinista, pero creo que su personaje trata de hacernos ver más allá del sex simbol, convirtiéndose en uno de los referentes científicos de la trama junto a los personajes de Donald Pleasence y Arthur Kennedy. O al menos así creo yo que hay que verlo. Si pretenden ver erotismo tienen centenares de películas que le ofrecerán mucho más que ésta, en tal aspecto.

Y una vez más nos hallamos ante el versátil magistral e infravalorado Richard Fleischer. El que una vez más nos demuestra su depurada técnica y su maestría como artesano.
Plácido Eldel Motocarro
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8
23 de junio de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Murieron con las botas puestas” trata de ser la biografía de un controvertido personaje histórico, el general George Custer. Y lo hace tomando claro partido a su favor, y para ello despliega una fabulosa forma de contádnoslo: con un esplendoroso mano a mano entre Errol Flynn y Olivia de Havilland, con una enaltecedora banda sonora, con el mejor despliegue técnico de su tiempo, con la realización de un gran especialista en el cine de acción (Raoul Walsh), algo que se nota, y con un guión inteligente y fluido con ciertas dosis de humor, al menos para los cánones de la época, cargado de diálogos intensos y directos que a veces van imbuidos de un gran idealismo; de ese idealismo que nos habla sobre la gloria… sobre el deber.

Una película para nostálgicos del cine clásico, de las historias enaltecedoras de valores tales como el honor, el valor, la lealtad y la justicia.

¿Histórica?, bueno; depende de quien se la cuente; ya sabemos que la historia es esa gran embustera que narra la vida de hombres, mujeres y naciones según el mentiroso que las reinventa cuando ya no queda nadie para contradecirle. En mi opinión ni se aleja ni se acerca más que otras visiones mucho más antagonistas. Como ya he dicho se pone de parte del personaje y siempre barre a su favor, y no se puede negar que trata con gran respeto a las Grandes Naciones de las grandes praderas.

Sinopsis:

Hubo un tiempo que en yermos y collados,
se albergaba de El Séptimo memoria,
de la caballería y de la gloria,
y de casi mil hombres mal pagados.

Al ritmo de una marcha van montados,
marchando a su lugar entre la Historia,
con las botas caladas de oratoria,
pero con sus dos flancos, descuidados.

Y marchan sin temer a la emboscada,
hacia un pequeño cuerno desprendido,
siguiendo de la muerte la pisada.

Al frente “Cáster” marcha precedido,
por la larga bandera desplegada,
ante ese viento gélido y temido.
Plácido Eldel Motocarro
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