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Críticas de FATHER CAPRIO
Críticas 641
Críticas ordenadas por utilidad
9
4 de noviembre de 2008
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Bajo su apariencia benigna, la historia atacaba a la estructura misma de nuestra sociedad. Y no obstante, al principio no había querido presentar al público una obra de vanguardia, sino una peliculita normal."

Este párrafo, extraído de la autobiografía de Jean Renoir, creo que ilustra adecuadamente lo que es y lo que significó La Regla del juego. En poco más de dos líneas, Renoir define su película y sus intenciones. Y con toda sinceridad les digo que eso es lo que vi. Una película que pretende, al menos de partida, ser una comedia acerca de la volatilidad del amor en un entramado de clases sociales no tan distintas en el fondo. Volatilidad del amor que me recordó, salvando bastantes distancias, especialmente culturales, Los peligros del flirt de Ernst Lubitsch.

Pero Renoir fue derivando su "peliculita normal", su comedieta ligera, al terreno de la pintura, del retrato o mejor, de la caricatura. Probablemente sus antecedentes pictóricos no fueron ajenos a ello, y poco a poco va esbozando el dibujo de una clase social ociosa, aburrida y desubicada en su tiempo. Y en esta deriva, Renoir pierde una comedia comercial y gana una obra magistral. Muchos espectadores de su tiempo no lo entendieron. Otros, probablemente los más, lo entendieron pero no les gustó como habían salido en la foto. Resultado: Fracaso en las box-office, en las castizas taquillas. ¡Qu,est que ce, ce merdé! exclamaría la audiencia al respecto de esa nobleza que impúdicamente aprovechaban la oscuridad de la representación teatral de esqueletos danzarines para meterse mano o que, como enfants terribles se arrojaban almohadas y simulaban combates de florete. Y todo ello en la misma Francia que decapitó los privilegios nobiliarios.

La crítica y el paso de bastantes años pusieron las cosas en su sitio, que no es otro que el de un trabajo genial de Renoir en todos los sentidos, incluso en el de actor, haciéndolo francamente bien como Octave, piedra angular de toda la película. Y de esta forma, la leyenda de esta película fue tomando forma hasta ser considerada en la actualidad una imprescindible película de culto.
FATHER CAPRIO
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10
26 de agosto de 2008
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda el mejor trabajo de Robert Mulligan, entre los dos ó tres mejores de Gregory Peck (y éste tiene unos cuantos) y entre las mejores películas de la historia del cine. Estos son los poderes de Matar a un ruiseñor, film sobre el racismo más radical, el de los 60 en los Estados sureños estadounidenses, basado en una obra magistral de la escritora nacida en Alabama, Harper Lee, premiada con el Pulitzer de 1961 por este libro que se ha convertido, por derecho propio, en objeto de estudio y punto de referencia obligada en los Institutos norteamericanos.

Pero ¿cuántas veces un mal guión ha destrozado una espléndida novela?. No es el caso. Hasta el punto que la estatuilla al mejor guión adaptado es de las que no admiten discusión. Porque, sin necesidad de ser eruditos en estructuras argumentales cinematográficas, los espectadores nos damos cuenta que la trama que tejen la novela, el guión y el propio Mulligan nos envuelve con suavidad, nos va llevando de una cosa a la otra, de la casa misteriosa al niño de vacaciones, de la señora gruñona en su mecedora a la conmoción popular por la violación de una muchacha blanca. Son las crónicas de un pueblo versión USA. Una sucesión de aleluyas cantadas y contadas por Scout, la niña con modales de chico cuyo crecimiento será marcado a fuego por una sucesión de acontecimientos que, rompiendo la ardiente monotonía sureña, se incrustarán en sus recuerdos.

Sin embargo, esos acontecimientos aparentemente deshilvanados, acaban perfectamente conjuntados en un desenlace tan hermoso como sorprendente, donde la cordura parece imponerse al desatino y el sentido común reclama su lugar en la función. Donde aquellos hilos aparentemente dispersos durante toda la película se cruzan un instante para hacernos un regalo que ningún amante del cine podrá olvidar.

Dejo para el final a Gregory Peck no por olvido sino por deferencia y respeto al que seguirá siendo nuestro eterno capitán Ahab, a quien, por esta excepcional interpretación, justamente premiada con el Oscar al mejor actor, no nos queda más remedio que rebautizar con el apellido Atticus.
FATHER CAPRIO
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7
17 de septiembre de 2010
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que Quine es un director más que interesante y que sin estar en el Olimpo de mis preferidos, entre los que sí se haya Hitchcock, me parece un realizador competente y de talla muy superior a la media.

Traigo esto a colación porque mi crítica a Pushover (La casa número 322) resultó aguijoneada al haber tenido la osadía de afirmar que la sombra de La ventana indiscreta era evidente. Alguien debió suponer que acusaba a Quine de plagio o cosa similar y que además lo hacía desde el desconocimiento de la obra de Hitchcock al no tener ni siquiera votada dicha película. Conclusiones erróneas. Pocas películas he votado del mago del suspense pero les aseguro que he visto la mayoría de ellas mas de una vez e incluso una en particular (Con la muerte en los talones, ¡hasta 8 veces!). Por otra parte, únicamente constataba un toque "voyeur" en ambos films, lo cual resulta evidente, sin entrar en juicios de valor u opiniones infundadas.

Dicho esto, afirmo que Intriga en el Gran Hotel es una película entretenida, lo cual significa mucho en los tiempos que corren y con un tono de comedia bastante favorecedor. Los artífices de ese "éxito" entre comillas, Richard Quine, la novela de Arthur Hailey, la fotografía de Charles Lang y los actores: Rod Taylor, Catherine Speak, Merle Oberon y muy especialmente Melvyn Douglas y Karl Malden, dos clásicos auténticos fueras de serie.

El éxito de la novela de Hailey, autor también de Aeropuerto, germen del cine catastrofista de los 70, se propagó al cine y muy especialmente a la pequeña pantalla dando lugar a la serie Hotel donde en un formato "tipical" Aaron Spelling (recordemos Vacaciones en el mar) se contaban las peripecias cotidianas tanto del personal del hotel como de sus clientes. Ahí recordamos a James Brolin o Connie Selleca e incluso a Anne Baxter como ex directora de un establecimiento que la película sitúa en Nueva Orleans y la serie en San Francisco.

La película cuenta las dificultades económicas por las que pasa el Hotel Saint Gregory y que le hacen presa codiciada por los peces gordos de la especialidad. La defensa del glamour y las viejas tradiciones frente a los nuevos aires modernistas obsesionados con la cuenta de resultados es el argumento principal sobre el que giran en círculos concéntricos otras historias que introducen más allá de las puertas giratorias la vida humana y sus circunstancias.

Sin duda voy a seguir viendo otros trabajos de Richard Quine.
FATHER CAPRIO
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3
19 de diciembre de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque con dificultades encuentro diez razones para ver esta película: Allison Hayes, Allison Hayes, Allison Hayes... y por último una tal Allison Hayes, actriz de altura y que interpretó también El ataque de la mujer de 50 pies, película que habrá que intentar ver para comprobar como se ve el mundo desde balcones tan elevados.

El caso es que es de Roger Corman lo cual siempre tiene su gancho aunque como en este caso nos lleve "road to perdition", a la perdida del tiempo y las velas. Si es que hasta se apagan esas pocas luces que a duras penas protegemos de tramontanas "Corman and similares" pero, lo peor de todo no es eso. Lo peor es que debemos tener algún ancestro entre brujeril y masoquista que nos impele a seguir la estela de su filmografía a sabiendas que no todo el monte es orégano y que en el camino rodarán cabezas, en sentido real, no figurado.

Demonios con tridentes, enterradores cantarines, científicos locos, akelarres "mira quién baila", brujas con escoba "limpio mi cementerio", viajeros temporales despelotados y hasta una especie de enano saltarín sobre la chepa de la bruja más fea que Picio, eso sí buena. Aunque alguno en la farmacia podrá preguntar "¿tienen alguna bruja mala para soñar?"

¡Que sarta de tonterías para decir algo sobre un film que no tiene nada! Lo voy a calificar con un tres. Two points for A.Hayes (naturally) y "one point" porque al menos alguien se dio cuenta de que cambiar la historia significa cambiar el presente. Moraleja: ¿Porqué no volvemos al pasado para impedir que se llene de mierda nuestro mundo?. Lo mismo estoy dando ideas para una película. Se admiten royalties.
FATHER CAPRIO
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8
8 de marzo de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para muchos, Anastasia será siempre aquella película de la factoría Disney que vieron de niños y quizás para algunos otros sea el nombre de una leyenda. Pero también es el título de esta película de Litvak que, adaptando un trabajo teatral de Marcelle Maurette trata de acercar al gran público la figura de Anna Koreff, presunta,con muchos interrogantes, Anastasia, heredera de la fortuna del imperio Romanov.

Litvak es un director excelente que por sus orígenes había bebido de las mismas fuentes de que se nutría su historia y que conduce el film por la estrecha línea de lo posible pero dejando en todo momento esa sensación de duda razonable. En ese sentido, Litvak se ajustó a unos hechos ocurridos en unos años donde las pruebas de ADN o la modificación evolutiva de los rasgos por ordenador ni siquiera entraban en el terreno de las palabras comprensibles. Es por ello que su película juega con los espectadores al "quien es quien" meciéndonos entre el tal vez si y el tal vez no al son de la excelente partitura de Alfred Newman Y, precisamente por la misma razón tampoco ofrece conclusiones dejando que seamos nosotros quienes elijamos el final de la historia.

Estamos ante una obra interesante que sabe retratar con una creíble fidelidad la magnificencia decadente de la aristocracia rusa en el exilio parisino y danés así como sus todavía intactas esperanzas de recuperar los paraísos perdidos a manos de un pueblo, el ruso, harto de hambres y miserias. Y Litvak es un excelente retratista que sabe utilizar de forma conjuntadamente perfecta color y decorados. Pero todo ello, historia, color, música y decorados se hubiese quedado en simple bisutería sin ella, sin una Ingrid Bergman regresando de su exilio italiano y europeo para enfrentarse a la misma sociedad enfermizamente puritana que le volvió la espalda cuando abandonó los Estados Unidos para unirse extramaritalmente a Rossellini y que ahora, auspiciada por David O. Selznick´s la otorga el máximo galardón cinematográfico por su trabajo.

Junto a ella, actores de la talla de Yul Brynner, Helen Hayes o Akim Tamiroff. Excelentes, especialmente los dos primeros. Claro que la actuación de Ingrid Bergman tiene mucho de eclipse por lo que hace al resto del reparto. Eclipse que sin embargo no impide admirar un buen trabajo cinematográfico de un director del que ya hablé bien en La noche de los generales o en Voces de muerte y que sale reforzado de esta empresa.

Francamente interesante y recomendable.
FATHER CAPRIO
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