No sé, debo de ser un tipo raro, pues no le veo a esta producción esas virtudes que según algunos la convierten en una obra maestra. Quizás lo sea para aquellos que andan un poco flojos de memoria histórica, que no se han molestado nunca en leer un buen libro de ciencias políticas o que tratan de dárselas de "intelectuales" poniendo por los cielos una película que a ratos me hacía preguntarme "¿Pero qué carajo hago yo viendo esta tontería?". Porque sí, es una tontería, formalmente muy bien revestida y atractiva, pero tontería al fin y al cabo.

Puede que para un público adolescente que se cree que el mundo nació con él y que no sepa nada del fascismo, del nacionalsocialismo y del estalinismo esta película (y el comic que pretende adaptar) le suponga una revelación de verdades ocultas, pero para los que llevamos algún tiempo más sobre este planeta y hemos visto y estudiado ya muchas cosas muy poco agradables, sencillamente nos resbala.

¿Qué el poder totalitario manipula los miedos racionales e irracionales de la población para perpetuarse en el poder? Pues vaya noticia. ¿Qué una dictadura fascista es capaz de sacrificar a su propio pueblo con tal de alcanzar sus propios fines? ¡¡Anda!! ¡¡No lo sabíamos!! ¿Qué un gobierno dictatorial usa y manipula a su antojo a los medios de comunicación y elimina toda disidencia interna y se ceba contra los colectivos "alternativos" que puedan suponer un desafío a su tendencia uniformadora? ¡¡No me diga, no me lo puedo creer!!

Esta ridícula mezcla de "El fantasma de la Ópera", "El Zorro", "Matrix", "La Bella y la Bestia", "El Conde de Montecristo" y "1984" te hace reflexionar... pero sobre lo bueno que es en comparación el cine político de Ken Loach o de Gillo Pontecorvo. Por lo menos van directos al grano y no se las dan de pseudo-revolucionarios-intelectuales-terroristas con pretensiones.

Menos mal que la vi en la tele anoche y no tuve que pagar ni un euro por ver esta mamarrachada.

En fin, remato en el spoiler.

He gastado algunas horas se mi siempre valioso tiempo (por escaso, ser multimillonario no significa que no estés muy ocupado) viendo la serie de anime “PLANETES”, alabada por el mundo mundial como la leche en bote de la ciencia ficción dura.

Bueno, pues me ha dejado indiferente. Eso siendo generoso.

A ver, sí, hay mucho respeto a la mecánica orbital circunterrestre, se manejan conceptos y situaciones con bastante solvencia, no hay ruiditos en es espacio, las cosas flotan, aceleran o frenan siguiendo la lógica newtoniana (aquí se nota el asesoramiento de la JAXA, la agencia espacial nipona), aunque en lo que se refiere a la ciudad lunar se han tomado bastantes libertades en lo que al movimiento de los personajes a un sexto de gravedad se refiere y sobre todo con esos coches y autopistas lunares…), por no hablar de esos cabellos que, en gravedad cero, se comportan como si estuvieran en la Tierra. Pero bueno, aceptamos barco como animal acuático y obviamos esas pequeñas libertades en pro de no complicarles la vida en exceso a los animadores nipones y tiramos “pa lante”.

Pero señores, es que fuera de eso la serie es un tostón. Muy japonés y muy de anime, sí, pero un tostón de tomo y lomo. Los personajes y su diseño (extranjeros incluidos) son tan nipones como los de Mazinger Z, el prota masculino es un borde y maleducado de cuidado, un malote en toda regla del que la delicada flor veinteañera que es su contraparte femenina se enamora como está mandado y le disculpa todos sus desplantes, insultos, cretineces y faltas de respeto que el pollo le regala en casa episodio. Curiosa forma de entender el amor romántico la de las chicas niponas. Menos mal que para compensar hay un par de féminas (una de ellas no japonesa) que se comportan con mas sentido común. Se ve que en 2075 seleccionan la los astronautas con el mismo criterio que lo hacen en “Alien Prometheus”: cuanto mas idiotas y descerebrados, mejor. Por lo demás, rollos románticos a parte, la vida privada de estos personajes a la que tanto tiempo dedica la serie me importaba menos que un comino.

Lamentablemente, y fuera de alguna excursión lunar o (al final) a la nave que llevará a 17 personas a Júpiter (por cierto, ese movimiento terrorista “salvador del espacio” es total y absolutamente ridículo en sus planteamientos ideológicos), la serie está muy limitada al devenir de los protas en su curro limpiador de basura espacial en la órbita terrestre. Pero insisto, casi todo el tiempo la “acción” transcurre en el interior la estación espacial “Seven” (muy lograda, con esas dos secciones contrarotatorias magníficamente representadas), aunque me sigo preguntando… ¿realmente en 2075 se necesita tanta gente en una estación espacial?

Bueno, es mi opinión. Si no la habéis visto, echadle un vistazo en Youtube. Los 26 episodios de su primera y única temporada están ahí.

Soporífero tostón sobre las aburridas vivencias de un grupo de viajeros a bordo de un navío británico en 1812 camino de Australia. Lo único interesante es el interior del barco en sí y la forma de vida a bordo. Pero las experiencias, reflexiones e intereses de los estirados y clasistas pasajeros de “primera clase” (cuyos “camarotes” no eran las que infectos cuchitriles) no te interesan lo mas mínimo.

Quizás una de las más aburridas miniseries de la BBC que he visto. Absolutamente prescindible. Hay mejores cosas que ver en Amazon Prime.

Aburridísima película de presunta ciencia-ficción, adaptación de las fantasiosas historias "pulp" de principios del siglo XX de Edgar Rice Burroughs. Trufada de diálogos sin el más mínimo interés y escenas de acción confusa y atropellada, en vez de divertir, adormila. Encima, guionista y director van de pedantes por la vida y tratan de meternos de soslayo un discurso moralizante que parte del traumático pasado del protagonista, pasado que al espectador, todo hay que decirlo, se la suda... Como casi todo lo que ocurre en esta majadería marciana.

Y es que hoy sabemos infinitamente más sobre Marte de lo que pudieran siquiera llegar a imaginar nuestros bisabuelos. Y ahí reside uno de los errores del desafortunado guión: tratar de trasladar sin más el universo fantástico de Burroughs, concebido en una época en la que la gente veía canales artificiales en Marte y se imaginaba Venus como un vergel habitado por dinosaurios, conduce directamente al ridículo. Para tener un mínimo de verosimilitud que permita al espectador hacerle el juego al cineasta y poner en marcha el mecanismo de la suspensión de la incredulidad, las aventuras de Carter tendrían que haber sido adaptadas de alguna manera a lo que hoy más o menos cualquier espectador sabe sobre ese pedregal rojizo y asfixiante que es Marte: tal vez un viaje a un universo paralelo, o a un pasado remoto en el que Marte pudiera ser más o menos habitado podría facilitar la complicidad de espectador. Pero no. Un sudista que huye de los indios se mete en una cueva y, gracias a un absurdo talismán, aparece en Marte. Por favor...

En cuanto al resto de la trama, pues tampoco es que sea demasiado interesante; al espectador le traen sin cuidado las complejas relaciones político-militares entre las culturas "humanas" de Marte y el idioma de esos "marcianos" más "auténticos" del que se nos da un cursillo intensivo sin subtítulos hasta que un alma caritativa (la hija del jefe) le da al protagonista un mejunje de un botijo y... ¡alehop! Ya los entiende (y los entendemos) a todos. Menos mal. También le podría haber dado al guionista una pastilla para activarle las neuronas de los diálogos con chispa y las situaciones divertidas, que buena falta le hacen a este truño.

Mención a parte merece el super-perro marciano (parece una salchicha con esteroides) y los ridículos hiper-saltos del protagonista, así como sus increíbles habilidades para la lucha cuerpo a cuerpo, que le llevan a derrotar el solito a todo un ejército.

Para terminar, le pongo un dos por la fotografía, algunos elementos de diseño (como las naves) y los hermosos y agrestes paisajes en que ha sido rodada. Si no, se iría con un 1.

De nuevo Netflix nos deslumbra con su infinita capacidad para llenar su catálogo de soporíferas producciones de medio pelo que parecen adquiridas con el único fin de cabrear a los suscriptores para hacerles echar pestes y decidirles a abandonar la plataforma. “BETTER THAN US” es una larguísima y aburrida producción rusa que no es mas que un plagio de “HUMANS” y en parte del videojuego “DETROIT BECOME HUMAN” pero con muchos menos medios, efectos y guión. Y eso por no mencionar alguna que otra escena que parece sacada de “BLADE RUNNER”.

Un Moscú supuestamente del año 2029 pero lleno de coches y furgonetas de los 90, efectos especiales de Cinexin, pésimo maquillaje de las “robots” y en general una producción cutrecilla protagonizada por actores sin gracia que solo te transmiten aburrimiento.

Le pongo un dos porque sale Moscú y es bueno conocer otros lugares.