Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Soñador compulsivo
<< 1 3 4 5 6 7 8
Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
8
7 de noviembre de 2021
24 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en la génesis de la República Popular China efervescía la tensión ideológica, las turbas y sus improvisados juicios populares, podían decidir sobre la vida en base a alucinaciones tan variadas como la imaginación permitía. El desafío a los valores rigidísimos, podía ser real, o inventado, era grave aunque no fuera consciente, aunque fuera fruto del desvarío de un acusador malintencionado, una distorsión semántica, estética, y había que cuidarse de generar la más mínima duda en tus compatriotas fanatizados.

El caso de esta película, es la duodécima prueba de lo que ponen de relieve los estudios sobre la cuestión de la viralidad; al contrario de lo que dice la propaganda política, la viralidad de los contenidos conservadores es exponencialmente mayor, y la propia Facebook, reconocía en sus documentos internos recientemente filtrados, que a penas podían identificar el 3% del odio vertido en su plataforma. El odio campa a sus anchas, y estratégicamente se renombra a sí mismo como “lucha por la libertad de expresión”, parasitando una batalla que es digna y necesaria. Los nuevos moralistas, contagiados de tan admirables valores, nos recuerdan con sus fustas que, ahora, los derechos humanos, el humanismo (que siempre ha caracterizado a los superhéroes de Marvel), son cosa de la “corrección política”. Por supuesto, no nos lo recuerdan siempre. A veces, solo. Cuando toca, cuando viene bien. Con esta perversión del lenguaje, es difícil hablar de nada, sin hablar primero de todo.

Como todo el mundo, he sufrido el ataque de los clones narrativos de Marvel a las salas del mundo entero, arrastrado por colegas, amigos y pareja a cada cita ineludible con los héroes de cartón piedra. Marvel ha producido sistemáticamente la misma película, y entrado en choque con directores comerciales nada sospechosos de artistas indomables, hasta sedar cualquier valor narrativo en su cine de refritos y recalentados. Ese es el punto de partida, y no, no parece imposible que cualquier ingrediente, por pobre que sea, mejore el sabor de una receta tan predecible y manida.

Resulta que voy a ver “Eternals”, como he ido a ver todas las peliculitas de los Avengers, las de Thor, las de Iron Man, las del Capitán… Me han dicho que me debo preparar para lo peor de la misma fórmula, para el intento más fallido, y el menos esmerado. Me han advertido con estridencia de supuestos ingredientes políticos, de no sé qué agenda. Yo tengo mis propias preocupaciones, y entro en la sala aterrado ante la expectativa de otras 2 horas y media donde el único pasatiempo sea una caja de palomitas que se acaba demasiado pronto.

Para mi sorpresa, cuando miro el reloj, han pasado dos horas. Dos horas de giros razonablemente interesantes, de arcos de personajes que eran impredecibles, de imágenes embriagadoras, de música estimulante, de algo parecido a arte, que, sin embargo, no pierde en ningún momento la firma de la factoría, con sus protagonistas embutidos en ridículos trajes, con sus dilemas del fin del mundo, alivios cómicos constantes (algunos de los más divertidos de toda la saga Marvelita) y su acción a raudales. Pero hay algo más. Me recuerda a ese intangible de Guillermo del Toro en Pacific Rim, capaz de entregar un trabajo bello, detallista, de orfebre, a la orden de un producto de la factoría, de una patochada autoconsciente.

Percibo otro tipo de coreografía en la acción, estilosa, la cámara crea belleza, crea un ritmo interno, una estética coherente durante toda la película, perdiendo, por fin, ese carácter televisivo, arbitrario, que a penas pudo rectificarse en la celebrada “Endgame” (me divirtió entonces el entusiasmo del personal, como si no asesinar todos los objetivos artísticos de una película, equivaliese al descubrimiento del fuego). Durante sus dos horas y media, la fotografía define un estilo, con reminiscencias a Terrence Malick, el último ser humano que esperaba recordar viendo una peli de Marvel. Durante sus 157 minutos, me descubro interesado y conmovido por los personajes (nunca amé a Iron Man, nunca sentí nada por el Capitán América, nunca percibí el más mínimo interés por la Viuda o por Ojo de Halcón). “Duende” tiene el peinado de la Campanilla de Julia Roberts, y uno de los Eternals la compara con el personaje del cuento, al señor de los láseres en los ojos lo llama Peter Pan, y a los demás, niños perdidos. Mi sonrisa es sincera con la referencia. Un personaje convierte en árbol a un ser diabólico, en un plano cenital precioso que es inundado por una tromba de agua.

La película no es perfecta. Marvel nunca lo habría permitido. Da lo mismo de siempre, pero mejor. Es tan obviamente superior a sus hermanas, que siento una punzada cuando termina y recuerdo que me han dicho que debo odiar esta película. Intento recordar por qué, y me llegan ecos de supuesta connotación política, que no veo por ninguna parte. Hago memoria y recuerdo a un personaje homosexual. Por un momento desprecio la maldad y la estupidez de tanta gente coordinada en un review bombing. Otra cosa que cae en la lista de productos culturales linchados por las masas, más poderosas que nunca, más vulnerables que nunca a la propaganda, tan crecidas como se sienten con sus botoncitos de "like" y sus redes hackeadas por algoritmos ciegos. Pues vale.
Soñador compulsivo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 3 4 5 6 7 8
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow