Se trata de una cinta rodada con clase por Pasolini. La puesta en escena está bien lograda, pero el tema que aborda durante toda la película, está basado en una obra del célebre Marqués de Sade, cuya obra es más conocida que leída. El tema es una exploración de los límites del exceso, del poder etc. cuyo resultado es repugnante. No se yo muy bien cómo encajar esa metáfora sobre el fascismo de la que hablan. Es un tema tan cerrado el que aborda la película que es difícil conectarlo en un espacio externo al escenario donde se desarrollan los hechos. La lectura del Marqués de Sade, es muy desagradable, y cómo en la película, prolonga la tortura tanto de los protagonistas como del lector. Siempre el mal dominador y ultra perverso, frente al dominado cuya identidad se diluye. Algo horrible. En fin, si un tipo te dice que esta película le encanta y que la ve muchas veces, o te encuentras con un serio seguidor del Marqués de Sade. No sé, me parecen amistades peligrosas. Aunque seguro que el Marqués sigue siendo hoy una referencia en los círculos más chalados de la depravación humana.

Yo creo que no lo es tanto. Me pareció una película lo suficientemente sólida como para hacerse presente. Tuve ocasión de verla en el cine, y puedo decir que el público paso un buen rato. Las presencias espirituales a mi lo cierto es que me sugestionan bastante, y hay secuencias nocturnas donde es difícil quedar impasible. Nada nuevo bajo el sol, etc. Pero es un miedo que se disfruta, y se agradece. Aunque al final la película siga pautas más mediocres, tiene su encanto.

Adaptación a la gran pantalla del cuento clásico a su vez adaptado por Perrault a la forma literaria a finales del siglo XVII. Aunque su origen primitivo no está demasiado claro, ya hay fuentes que hablan un origen chino alrededor siglo IX. La película de Branagh muestra la fábula a modo de fresco romántico lleno de un colorido emocionalmente cálido. La narración discurre sobre todo por las virtudes dulces de la protagonista: belleza, generosidad, valentía. En contraposición, tenemos el mal liderado por una Cate Blanchett convincente, pero como decía, la belleza y la bondad llevan la historia, y te puedes quedar con las ganas de un poco más de maldad. La madrastra es muy mala y retorcida, pero nunca se hace con el control de la narración, se queda en personaje secundario. Así la película te lleva por una comarca de fábula europea, con imágenes poderosas, de una belleza nostálgica, con ciertos matices, y una profundidad que va más allá de una estética, o de unos efectos visuales logrados. El espíritu de Cenicienta invade las imágenes de Branagh y es fácil dejarse seducir por Lily James, una Cenicienta hermosa, y golosa. Una actriz a la altura de las circunstancias que se apodera por completo de la historia. En definitiva, un rato muy agradable y profundo en la medida del espectador. Branagh demuestra que tiene corazón, valentía, y capacidad artística para lograr una película que supera en todo momento el cliché infantil. El tiempo dirá cual es su sitio. De momento, es una película disfrutable para cualquier público, aunque lo disfrutará más el género femenino en general, tanto las niñas buenas como las malas.

Interesante paseo social por una norteamérica de principios de los 90. La voluntad de Richard de mostrar un paisaje humano y emocional lleno de realismo sociológico encuentra su recompensa en el espectador. No hace falta ser un público 'freak' ni 'gafapasta' para encontrar un lugar en esta película. Sospecho que los que eso afirman se consideran a si mismos 'freaks', y realmente lo son al reengendrar esas categorias en su pensamiento cotidiano. Los personajes que desfilan por el metraje ofrecen su propio reflejo de esa norteamérica tan lejana y auténtica como cercana y locuaz en sus posiciones. Recomendable para las masas, dejemos que las personas de una en una vayan decidiendo qué opinan.

Interesante película, con un punto de partida que parece un tanto manido, como algunas personas le achancan “es un guión digno de un telefilm barato”. Sin embargo, la película tiene poco de mediocre, sus imágines seducen, y la historia, mediante un interesante montaje : presente, pasado, que reparte voces en off a los diferentes personajes, nos hace acercarnos a ellos con profundidad. Ben Affleck esta convincente en su papel de hombre que no acaba de convencer a nadie, y que deambula por la vida en un estado de estupor, que le viene como anillo al dedo. El papel de Amy, la mujer, es más complejo e interesante, además de ser retorcida, resulta de una textura psicológica muy lograda, dotando al personaje de coherencia. Amy resulta una “psicópata” de los más convincente. A propósito de unos diarios, muchos, que ella escribe para dejar constancia de cómo su marido se convierte en un maltratador, Amy comenta “Y se creía que él era el escritor”.

En definitiva, disfrutable Thriller, que evidentemente no pasará desapercibido para los aficionados. Si bien, por ponerle algún pero a una película que realmente te hace sumergirte en su historia, podría decir, que algunas veces los giros de guión por los que atraviesa la trama judicial, sugieren fórmulas novelescas, a Tom Wolfe, en concreto.

Lo mejor de la película, el acercamiento didáctico hacia la lógica psicopática que implica su visionado en el espectador.