Nefasta bionovela que narra sobre Beto Pérez un muchacho pobre y sin padre. Su madre era una guerrera para que Beto saliera para adelante. Soportó bullying en el colegio y en la sociedad por lo que no fue impedimento para explotar su talento que es el baile, y creó Zumba un ritmo innovador en el fitness que ha tenido acogida mundial.
En el elenco miro a Julián Román muy solo y quienes lo acompañan los conocerá la mamá de ellos porque su aporte brilló por su ausencia, así digan lo contrario. Sin desmeritar su dilatada carrera, vuelve y le pasa lo mismo con Hasta que te conocí y Valentino el argentino que no tuvo beneplácito del público.
En conclusión, nadie me quita lo baila'o cayó muy bajo en las bionovelas improvisado e impostado sin mover el piso a la audiencia y ya la música se acabó. Y con respecto a Julián Román que pese a que algunas producciones fracasaron, aún tiene el feeling y el talento para seguir explotando tanto en ficciones como en teatro porque es un crack y qué bueno lo que heredó de su difunto padre Edgardo pero con toque más versátil y convincente. ¡Larga vida a Julián Román!

Una historia sin pies, ni cabeza es con Amo de casa homónima de la original hecho en Argentina.
Es la historia de Francisco López en el cual tuvo una vida laboral estable siendo un ejecutivo financiero importante que cogía los lunes como si fuera un día de buena suerte y ni qué decir de su vida familiar con su esposa e hijos, sin embargo, su vida cambió cuando su mayor sueño de ser gerente se estropeó y fue echado del cargo por Roberto Montoya que sí ascendió al cargo de sus sueños, y además debe lidiar con la vecina Bertha que es la esposa de Roberto y lo invita a trabajar con él, incluso le propone cosas indecentes. Y esa relación podría generarle tormentos ya que en sí tiene dos proyectos distintos cada uno con suertes disimiles: Francisco en emprender el negocio de asesorías financieras pero sin éxito, y lo último que no quería hacer es ser amo de casa -valgando la aclaración de hacer los quehaceres del hogar, pendiente de sus hijos y de su mascota canina-. Y la de Bertha era montar un negocio de galletas en el cual sí tuvo éxito porque contaba con el apoyo de sus amigas. Sin embargo, tuvieron que confesar qué fue lo bueno y lo malo que les pasó en cada uno de sus emprendimientos y así nació la amistad, sociedad y finalmente el amor; aparte de que se dan cuenta que sus anteriores cónyugues les tocaba aguantar sus maltratos y humillaciones por igual.
Elenco muy terrible, lleno de sobreactuaciones, tragicomedia que nunca llegó a ningún Pereira, guiones lamentables y le faltó bastante chispa para que fuera más creíble. Más bien dejaba mucha hambre de producción que sólo trajo pereza, bostezo y somnolencia. A mimir que la vida sigue igual y que las obligaciones no se saldan solas.

En aquel 2017, Caracol se echó garra haciendo ficciones costeñas y la mayoría fue con bionovelas.
Esa vez con los Morales en el cual elaboraron la historia biográfica de los K Morales (Kaleth, Kanner y Keiner) y de su hermana Eva Sandrith que son hijos del cantautor valleduparense Miguel Antonio Morales Campo célebre por sus canciones Sirena encantada, Acompáñame, No te detengas, No debí enamorarme, Que me puedas amar, Mi diosa humana, Otra primavera, No puedo vivir sin tí, Dos corazones, entre otros.
El personaje de que van a tratar era de Kaleth Morales (1984-2005) que al principio fue médico y luego se dedicó a ser cantautor vallenato creador de la ya trillada "nueva ola" que tuvo sus momentos buenos así como también sus altibajos. Por eso hubo cantantes de ese estilo como Silvestre Dandgond, Peter Manajarrez, Luifer Cuello, etc. Su éxito que lo inmortalizó fue Vivo en el limbo, y cómo olvidar De millón a cero, Destrozaste mi alma, Mis cinco sentidos y Todo de cabeza. Conciertos, presentaciones, compromisos; pero también hubo descuidos en lo familiar y amores.
Y como toda bionovela de cantantes, accidentes de tránsito que le cuesta la vida con efectos chimbos y calcados de otras ficciones. Y ahí yace la leyenda que nunca borrará. Después surgió los K Morales y que hoy en día, ni suenan, ni truenan.
La mayoría del elenco muy desconocido, guiones calcados de otras bionovelas, escenarios monótonos y cero novedad.
Definitivamente, más bionovelas de esa corte da ganas de meterlo a la vitrola y rayarla a más no poder. O en el mejor de los casos, guardarlos en un lugar recóndito, quemarlos o que lo cojan como objeto decorativo en locales o en la casa. En pocas palabras, úsese y tírese.

Cómo olvidar una de las obras insignias literarias del modernismo latinoamericano gracias al diplomático, escritor y poeta huilense José Eustasio Rivera Salas en el cual antes de plasmar su obra ocupó el cargo de un miembro de la Comisión Limítrofe colombo-venezolana y partió a la selva amazónica para conocer a los colonos que explotaban los recursos naturales y el sempiterno abandono estatal. Es allí que preparó un informe de todas las injusticias y las brutalidades criminales en contra de los colombianos en dicha región.
Y bien, al cumplir con su misión ya pudo crearla en el cual trata del poeta Armando Cova que tenía su amante Alicia que les tocaba huir de los perjuicios y prejuicios sociales a principios del siglo XX y fueron a la Orinoquía en el cual cruzaron los más caudalosos y profundos ríos pero por cuestiones de azar Alicia se perdió en las inmensidades acuáticas. De ahí en adelante, tenía que buscarla en la región llanera e incluso la amazónica donde Armando será testigo de la esclavitud a la que se someten los trabajadores subordinados por los colonos en busca del caucho por prate de la choza de la peruana Arana. Eso sin contar las traiciones y pasiones que se suscitan en la historia. Nada alejado de la realidad social de lo que vive Colombia desde tiempos inmemoriales.
Elenco genial que supo darle dinamismo a la historia y con una miniserie es más que suficiente ya que si se da el alargue termina aburriendo quitando y poniendo cosas innecesarias.
Cómo me gustaría que hicieran lo mismo en obras literarias que ha sido un hit así como le pasó a La casa de dos palmas. El todo si las cadenas televisivas se interesen, o si no, que lo intenten en Netfix, Amazon, Paramount, Disney, etc., que ojalá mantengan la esencia de la historia, pero también su estilo se mantendra. ¡Buen provecho!

La última buena historia que creó Tevecine antes de extinguirse es con Tabú. La historia de un devaneo entre un hombre y una hijastra cuya diferencia de edades es de 20 años. Pero su mujer lo engaña con otro.
Un elenco bien notable y tocaba temas sensibles como la fornicación o el adulterio, violencia psicológica, corrupción, drogas, hostigamiento, homosexualidad y otros temas sociales que deberían hacerle más eco pero lo hacen de manera selectiva.
El producto de tantos males es porque la misma sociedad tolera y acepta todos los males y ni qué decir lo que vienen desde arriba (las altas esferas). Si la educación empieza desde el hogar, es ahí que se le debe brindar varias directrices pero también hablando esas experiencias que de por sí son repudiables generando debate y qué soluciones se puede hacer para que no se repitan.
No puedo pasar inadvertido por algunas escenas que fueron bastante crueles pero había que contarlo ya que aún hay mucho advenedizo, moralino y morrongo que elabora tanto prejuicio que genera perjuicio, y tanto amor, religión y política da para todo.
Bueno, se intentó realizar estas histoias de amor que no debería tener edad, raza, color, estratificación, religión o cualquier credo para que halla felicidad pero no faltan desaveniencias que puede generar agravios y si no se soluciona de raíz, es mejor decir adiós y buscar otra experiencia, ilusión que podría hallar la felicidad y aprovecharla cuanto antes.