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España España · Asturias - Madrid
Críticas de david
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Críticas 91
Críticas ordenadas por utilidad
8
26 de julio de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
(...)

Esta clase de películas me obligan a dejar el análisis más cerebral a un lado y a hablar de sensaciones. ¿Qué sensación me deja Blade Runner? Tras terminar su visionado me pregunto: “¿no es esta maravilla la quintaesencia de lo sobrevalorado?”. ¿Por qué somos tantos y tantos los que amamos una película tan irregular como Blade Runner?

Creo que es su atmósfera. Blade Runner es atmósfera. Pocas historias cinematográficas consiguen empaparte como esta. Lluvia, humo, neón, noche… Una de las esencias del buen cine es llevarte a otro lugar, a otro tiempo pero hacerte creer que el mundo que estás viendo en la pantalla es real, es posible, aunque haya cyborgs o coches que vuelan. La atmósfera que envuelve la película de Ridley Scott logra que su historia no solo sea creíble, sino que se convierta en indispensable. Blade Runner existe. No es ficción.

Pocas películas me han dejado esta sensación a lo largo de mi vida. Y aunque hayan pasado más de 20 años desde que la vi por primera vez, la emoción es la misma. Es la de penetrar en un mundo misterioso que está a la vuelta de la esquina.

El diseño de producción y la dirección artística de Blade Runner son las responsables de que esta historia transmita estas emociones. La vestimenta de Deckard, su apartamento, las panorámicas de la ciudad, los bares… Todo contribuye a crear una estética única. Porque Blade Runner es pura estética.

Hasta tal punto es estética, que (seguro que a muchos les pasa), si me paseo por una gran ciudad de noche, con oleadas de gente, neones y grandes edificios, siempre pienso en Blade Runner. Siempre. Y si saco una foto busco ese aire Blade Runner.

Hasta ahora no me he referido a lo esencial de una película, a su historia, a su guión. En este aspecto las cosas, desgraciadamente, sí han cambiado. El impacto se ha devaluado. Esto se puede explicar porque la he visto muchas veces, o porque el guión es irregular.

También influye el hecho de haber leído el libro en el que se basa la historia. La mayor parte de fans de Blade Runner llegaron al libro después de ver la película. Y la sensación general siempre suele ser de decepción. ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? es un relato más complejo, más amplio que Blade Runner. Y bastante chocante.

El culto religioso y el asunto de los animales de compañía sorprenden a cualquier lector. Y el final es una paranoia de la hostia, si se me permite el cultismo. También hay que situar el libro en su contexto: finales de los 60…

Lo que hacen Hampton Fancher y David Webb Peoples (el segundo, por cierto, guionista de dos joyas de los 90, Sin perdón y Doce Monos) me parece necesario. Reducen el libro a su esencia buscando un relato más cinematográfico.

Pero en mi opinión Blade Runner tiene algunas lagunas a nivel de guión. Todo sucede demasiado rápido en la segunda parte de la película. Da la sensación de que tenían prisa por terminar. Creo que la historia debería haberse detenido un poco más en los Nexus, especialmente en el papel de Rutger Hauer o también en el personaje de JF Sebastian.

Por otro lado, Deckard (en SPOILER)

Y qué decir del parlamento final de Rutger Hauer que todos sabemos de memoria. ¿No es una sarta de soplapolleces? Pero el mito es el mito. Maradona no regateó a cinco ingleses, burló a todo un imperio.

De cualquier forma, la arruga es bella. Blade Runner, con todos sus fallos, sigue siendo otra cosa. Una experiencia única. A veces, es mejor dejar el cerebro a un lado.

david rubio - las mejores película de la historia en alucine.es
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
david
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4
14 de febrero de 2014
19 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
(...)

La elección de José Padilha como director hacía concebir esperanzas. El director brasileño ha mostrado su oficio en el cine de acción con Tropa de Élite. Robocop se inicia con una secuencia interesante pero engañosa. No pretende ponerse muy seria, aunque al principio lo parezca. Pronto vemos aparecer a Murphy, interpretado en esta ocasión por un fornido Joel Kinnaman. El sueco, célebre por su buen papel en The Killing, no responde a las expectativas. Sabemos que interpretar a un robot debe ser contradictorio y exigente, pero a este Robocop le falta mucho encanto.

Encanto que les sobra a Gary Oldman y Michael Keaton. Oldman tiene mucho más peso en la cinta de lo que cabría esperar y es de agradecer. Si la primera fase de la historia transcurre en un suspiro y no impacta lo más mínimo (al contrario que la célebre escena de Murphy acribillado en la Robocop original), el personaje de Oldman toma el mando en el segundo acto. Tal vez la historia se extienda demasiado en esta parte, pero a nosotros nos resulta la más satisfactoria de la película.

Michael Keaton, por su parte, tienen dificultades para contener su gestualidad, pero sigue siendo agradable verle en pantalla, aunque esté en modo espídico. Más allá de la trama empresiaral de Omnicorp y de las escenas protagonizadas por Keaton y Oldman, la película hace aguas. El guión del desconocido Joshua Zetumer es el principal responsable. ¿A qué viene la presencia constante de la familia de Murphy? Algunas escenas familiares rayan la ridiculez. A mitad de metraje casi perdemos la esperanza. Robocop de Padilha va a ser otro olvidable remake.

En descargo del director brasileño hay que decir que algunas escenas de acción mantienen la tensión y están rodadas con oficio. A destacar la entrada de Murphy en la comisaria patada en la puerta impartiendo justicia. Pero hay que respetar un guión. Y el guión de Robocop 2014 es de manual en su última y lamentable media hora. Hasta ese momento la cinta de Padilha, a pesar de su irregularidad, mantenía el tipo. Pero la resolución de la cinta es más que convencional.

El problema de esta película es, esencialmente, que se debate entre el superhéroe y el thriller futurista. Entre los recursos y las estrategias dirigidas a un público infantil o infantilizado y la seriedad de un mensaje un poco más adulto. Al final, pesa más el superhéroe, el guión se pliega a la moda del cine inspirado en personajes del cómic. Porque insistimos, la Robocop de Verhoeven tenía un componente complejo más allá de sus recursos estéticos de serie B. Todo ello se pierde en el remake de Pradilho.

Lo Mejor: La presencia de Oldman y Keaton. El momento concierto de Aranjuez. Alguna escena de acción.

Lo Peor: El final. Joel Kinnaman no convence. La molesta presencia de la familia de Murphy. Samuel no se pierde una. Robocop no era un superhéroe.

[critica publicada en alucine.es]
david
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4
28 de febrero de 2014
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué peligro tienen las películas con mensaje! Una “buena” película con mensaje, debe estar, además, basada en hechos reales. Pero no nos cansamos de repetirlo: cualquier objetivo que tenga una obra artística es respetable, pero no debe olvidar que su esencia es la propia condición artística. Stephen Frears pone el piloto automático en Philomena y nos entrega una cinta con mensaje, de fuerte crítica a la Iglesia Católica, pero que no pasa de ser un ejercicio rutinario creado para satisfacer al espectador biempensante.

Frears se basó en el libro de Martin Sixmith sobre una mujer mayor que decide buscar a su hijo robado en una institución religiosa irlandesa en los años 50. Logra contactar con el periodista que, tras comprobar que se trata de una buena historia (una historia publicable), decide ayudarla. Y ayudarse a sí mismo, por supuesto. A veces nos preguntamos por qué no se hace un documental con historias reales de este tipo. Esa es la forma más honesta de denunciar. Si optamos por la ficción, debemos respetar otras premisas. Pero con un documental se llega a menos gente… Y se gana menos pasta.

“Estaría bien que el Papa viese esta película. Me interesa su opinión“, comentó Frears durante la presentación de su película durante el Festival de Venecia. Judy Dench, que interpreta a la protagonista de la historia, dijo así mismo, que “el objetivo de la película es hacerla justicia”. A Philomena. Bien. Correcto. Loable. Pero, peligroso. Si una cinta parte de estos supuestos (atacar a la Iglesia Católica y homenajear a una de sus terribles víctimas), tiene que esforzarse mucho para no caer en la rutina de telefilm, tiene que poner mucho de su parte para no ser otro cuento moralizante de buenos y malos. Y Frears no ha sudado mucho con Philomena…

(...)

Lo mejor de la película llega en los tiempos muertos, en los momentos cotidianos que viven Martin y Philomena. Gran trabajo de Steve Coogan (24 Hour Party People) como el altivo y condescendiente periodista. A Judi Dench no la vamos a descubrir a estas alturas, pero a veces nos da la sensación que determinados intérpretes tienen la nominación al Oscar por decreto. No obstante, Dench cumple como Philomena, como era de esperar.

La película transcurre a tirones a partir de su presentación. Por momentos, casi convence. Pero no tarda en caer, de nuevo, en el convencionalismo y la rutina a través de diálogos y situaciones intercambiables con otras películas de temática similar. Un ejemplo de todo ello es el cierre. A un clímax interesante, con un parlamento de Philomena que llega a emocionar (y tal vez, sorprender) le sigue un anticlímax decepcionante. Un ataque de ética periodista final bastante increíble que solventa el personaje de Judi Dench para el “bien” de la historia. Y es que si no, no la habríamos visto, ni leído…

Philomena es una película indicada para aficionados a las historias turbias basadas en hechos reales. Aporta un mensaje crítico y necesario, pero a nivel ficcional (esto es una película) no convence.

Lo Mejor: Contenida. Coogan está bastante bien.

Lo Peor: Rutinaria, autocomplaciente.

[crítica publicada en alucine.es]
david
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9
10 de julio de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
(...)

¿Qué tiene Ford que no tienen otros directores? Una película como El hombre tranquilo te enamora sin cursilería, te hace reír sin caer en el tópico, te fascina sin que puedas encontrar el truco… Ford es uno de los mejores narradores cinematográficos de todos los tiempos. Sin estridencias técnicas, sin estrépitos estéticos, un amante del detalle, de ese toque que convierte una escena vulgar en inolvidable. Y un amante del guión, de los diálogos ingeniosos, de dar carácter a los personajes con los recursos más sencillos pero más efectivos. Cine de la vieja escuela.

El mismo año que Ford estrenó El hombre tranquilo, Welles hacía lo propio con Otelo. Las dos caras de la misma moneda. La vieja escuela y la nueva escuela, pero el mismo objetivo: hacer buen cine. Uno trata de explorar nuevas tendencias creativas, el otro maneja los recursos clásicos con la elegante sencillez de un maestro. Dos genios, de los de verdad, de los que salen cada muchos años.

Sean Thornton vuelve a casa después de pasar dos décadas en Estados Unidos. Innisfree le espera. El bar, la iglesia, el campo y Mary Kate. No será recibido con los brazos abiertos, ni mucho menos. Pero Thornton tiene el culo pelado y no se amilanará.

No quiere volver a pelear, pero va tener que hacerlo. De hecho, el bueno de John Wayne participa en una de las peleas más largas de la historia del cine. Tal vez tampoco quiera enamorarse, pero quién se puede resistir a Maureen O’Hara. ¡Qué mujer, por el amor de Dios!

El hombre tranquilo invita (más bien, obliga) al espectador a amar la vida. Y es lo mejor que se puede decir de una película. A amar el campo, el whisky, a los amigos, a los enemigos, a las pelirrojas, a los boxeadores. El hombre tranquilo te deja una estela de emoción que puede perdurar más o menos según el día. Tal vez, con el tiempo, se olvide. Entonces, es momento de volver a verla. Y volver a amar.

por david rubio - las mejores películas de la historia en alucine.es
david
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7
15 de octubre de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Divertida, amena, con un sutil sentido del humor, cándida, pero enjundiosa, “Una muchacha sin historia” es una película que se disfruta sin esfuerzo. Al contrario que en buena parte de su filmografía posterior, Kluge opta por una historia lineal y fluida, donde, no obstante, ya puede verse la mano del peculiar director alemán.

Estéticamente atractiva, gracias también al papel de Alexandra, hermana del director, la película no esconde sus objetivos en una parábola como hará posteriormente con “Artistas”, mostrándose menos dura, pero igual de ingenua, que “Ocasional trabajo de una esclava”. Los mejores momentos de “Una muchacha” llegan en sus escenas de diálogo, como en la inicial del juicio, donde el director ironiza sobre el papel de la justicia y por ende, sobre sí mismo, jurista de profesión; la absurda entrevista de trabajo, o especialmente, la reunión con el profesor universitario, sátira del academicismo y la incomunicación.

En este sentido no puedo pasar la oportunidad de recomendar el visionado del programa de la televisión alemana que aparece en la caja “Integral Alexander Kluge”, donde se desarrolla una furibunda y alocada discusión entre el director, y otros profesionales del cine y del arte en un debate que llevaba por título “Cine y sociedad”. En él, podemos sorprendernos con la sobrecogedora erudición del director. Pero también con sus contradicciones, y su incondicional amor por el arte. Algunos de sus adversarios en el debate, ponen argumentos de peso sobre la mesa que ponen en solfa su propuesta artística, mientras que otros, escasos de argumentos y presos de la envidia, optan directamente, pero sin mirar a los ojos, por la descalificación personal. Kluge tampoco se queda corto y tras dos horas de polémicas termina concluyendo: “este debate solo puede tener éxito si dos personas de esta mesa son eliminadas”. Todo ello en un escenario de enternecedor humo marxista.

En fin, “Una muchacha sin historia” es una película muy interesante de un extraño director, cuyo trabajo incansable como productor en los 70 y su influencia en las altas esferas permitieron a otros jóvenes alemanes como Fassbinder o Herzog sacar adelante sus carreras.
david
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