Seven Days War no tiene más pretensión que la de contar un cuento. Fantasioso y de a ratos pueril, pero entretenido y deja un buen sabor de boca.

Me agrada, por un lado, que los protagonistas no sean "excepcionales", sino gente de lo más normal, ningún superhéroe, nadie con capacidades sobrehumanas, y quienes vieron el título y creyeron poder asociarlo con Summer Wars se van a llevar una desilusión. Aquí no hay más fantasía que la de unos chicos jugando a ser rebeldes durante unos pocos días.

Aunque el hilo flaquea por momentos, no se termina de perder y deja un mensaje patente. Fresco, lleno de inocencia. En el que el mundo de los niños se va empañando con el paso del tiempo dando pie a un tejido de problemas de adultos llenos de medias verdades y grandes mentiras.

Tiene un par de giros, relativamente previsibles, pero que no desmerecen una película ligera con un mensaje fácil de digerir, y es que a veces es divertido escapar del mundo adulto, en el que esperan muchas apariencias engañosas.

La animación brilla en los juegos de luces, los contrastes de globos brillantes en la noche y la luz entre los árboles reflejada en los trayectos en coche, pero no son muchos los momentos. Por lo demás, es solvente y sabe elegir sus paletas para el día y la noche. Los movimientos más complejos se hacen por ordenador y los paisajes están muy logrados.

Una excursión en toda regla.

En su origen, DC viene de Detective Comics. Y el celebérrimo Batman es sin duda uno de los estandartes de esta línea de comics que rivaliza de siempre con Marvel, pero en los últimos años, DC en general y Batman en particular nos han sabido deleitar con una visión menos rocambolesca del hombre murciélago que lo que cabría esperar en entregas pasadas, que tocarían fondo con George Clooney en Batman&Robin.

Si bien el listón estaba alto después de una trilogía de Nolan que supo hacer resurgir el personaje y atisbar ciertos toques detectivescos en The Dark Knight (mi favorita, pese a sus fallos) y Snyder nos daba un sorprendente "Batfleck" (al que muchos, en los cuales me incluyo, no creyeron capaz de hacer sombra al Batman de Bale), Reeves hace una apuesta doblemente fuerte, y en mi opinión, doblemente ganadora, aunque no exenta de cierto coste.

La primera apuesta de Reeves es la más evidente- Pattinson como Batman. El resultado es excelente- Pattinson nos da un Batman menos experto, menos "superheróico", y un Bruce Wayne taciturno y traumado, al que nadie asociaría al poderoso justiciero. Esto tiene una contrapartida (En Spoilers).

La segunda es la más notoria de la película- Batman el Detective. El caso de Engima es el hilo conductor de una serie de acertijos, pero también de pistas, sospechosos y víctimas. El resultado también es muy satisfactorio, nuevamente, acusando cierto desgaste (También en Spoilers, aunque se puede decir que le sobra el epílogo sin desvelar nada).

The Batman es una vuelta de tuerca al Batman menos "comiquero" y más detective. No es una película para los ávidos de palomitadas de 90 minutos llenas de explosiones y chascarrillos. Esta entrega del personaje de DC tiene más de D y menos de C, y en mi opinión, es un equilibrio que le sienta bien al murciélago. Giacchino redondea el resultado al alza.

Para los viejales que todavía sentimos cierto rubor de volver al Shoujo, pero no nos arrepentimos de volver a ver "Your Name" o "A Silent Voice", es un viaje en primera clase a la juventud colorida y no por ello menos intensa en los desencuentros y las dificultades.

Your Lie in April es un ejercicio de virtuosismo y preciosismo para contar una historia que, por otra parte, es sencilla: Un prodigio del piano se alejó de una carrera fulgurante en la música al perder a su madre, pero conocerá a una violinista llena de vida que le empujará de vuelta a los escenarios y a redescubrir su pasión y a superar la pérdida.

Técnicamente, es un anime muy cuidado (a pesar de que, lo digo ya, el punto de menos se debe a la cantidad de reciclaje que se puede apreciar en muchas escenas: el plano del público aplaudiendo se repite fácil 5 o 6 veces y la dificultad de mostrar un piano en todos sus detalles hace que con una imágen estática puedan hacer una secuencia entera. Esto lo hacen para casi todos los personajes que no sean protagonistas), un diseño excelente tanto en los escenarios como en los personajes: una pandilla pequeña de amigos, muy cercanos, con vínculos fuertes y bien definidos en escenarios comunes y por lo general solitarios: calles, aulas de instituto generalmente vacías o cafeterías. Lo cual refuerza esa sensación de intimidad y secrecía, adornada con ciertos toques de cotidianeidad: la adecuación de los uniformes de colegio para las diferentes épocas del año y los temas transversales como los exámenes o las temporadas deportivas son un hilo fino pero resistente que entreteje una línea temporal fácil de seguir.

Hay una cantidad interesante de flashbacks, y a veces "pica" un poco su posicionamiento (por ejemplo, acaba un capítulo en un momento decisivo, y el siguiente empieza con un flashback, cuando estabas esperando ver el desenlace), pero forma parte del sabor de la serie. Your lie in April sabe a nostalgia, a recuerdos que no siempre son dulces y pueden llegar a ser realmente amargos, pero que no apagan el colorido y la intensidad emocional de la adolescencia.

El color es otro aspecto muy cuidado aquí. Sin pecar de ser excesivamente "pastel", sí se aprecia la primavera rosada, las noches claras de verano, el otoño parduzco, el invierno nublado y lluvioso. Los paisajes y los escenarios son deliciosos. Un emplatado de calidad para servir diálogos y situaciones que, como ya he dicho antes, son íntimos dentro de lo cotidiano.

¿Melodramática? Inevitablemente. Aquí se siente mucho, se llora mucho, se suda otro tanto, se exagera el castigo físico al que se somete un músico. Pero tiene suficiente "comic relief" (lo siento por el protagonista, la mayoría de esos momentos son palizas físicas y verbales al pobre Kousei-kun)

¿Clichés? Se pueden entrever unos cuantos, pero a la parte estereotípica se le añaden capas de complejidad a las que se les dedica el "screen time" suficiente como para darnos personajes entrañables. Sirva de ejemplo Watari, el ligón de la pandilla: de su apariencia frívola y hedonista (cliché total) se desprende un amigo leal, con sus batallas internas, sus fracasos grandes y pequeños, y eso que Watari es el más "secundario" de la pandilla.

Se puede contar mucho más sobre Your lie in April sin caer en spoilers, pero se resume en que es una propuesta eficaz con un exquisito sabor a plenitud juvenil y sentimientos descubiertos y desatados. Más que recomendable. Sabe a primavera.

Inception supuso el primer y definitivo paso para que Nolan se adentrase en la ciencia ficción, jugando con convenientes dilataciones temporales. Desde entonces, parece haber inaugurado un "trend" de películas de sci-fi de alto presupuesto.

Si en la historia del misterioso Cobb podíamos tener cierto hilo conductor, ese hilo conductor se fue diluyendo en pos de cierto postureo intelectualoide que se magnificó en Interstellar. Ahí probó Nolan las tentadoras mieles de jugar con paradojas temporales para hacer argumentos en "bucle" que se proyectan hacia el pasado para cerrar un ciclo. Esto no es nuevo, "La jetée" de 1962 tiene la misma estructura de base, salvo porque a Nolan le gusta más jugar a la prestidigitación de lo que se puede y no se puede hacer con la física, para colártela en un parpadeo y que de repente, el tiempo pase a ser lo que a Nolan le da la gana ¿Cómo lleva a cabo tal truco? Sencillo: te marea. Te cambia el escenario, te cambia los personajes, te mezcla una conspiración con una media verdad, con una dosis de apocalipsis y ¡Tachan! Una nueva "obra maestra" para deleite de sus fans.

Seguimos en spoilers, aunque imagino que ya todos la hemos visto.

No diré gran cosa sin entrar en spoilers. Pero Top Gun: Maverick es lo que esperábamos de una secuela de Top Gun.

Y es triste que una secuela que tiene lo que se espera de ella sea precisamente la "rara avis" en este momento de cinematografía fallida con tanto remake, spinoff y secuela exprimida más allá del punto de lo nauseabundo.

Top Gun no peca de eso. Y si has visto la primera, sabrás lo que significa "carta de amor a una saga" cuando veas Top Gun: Maverick. En lo bueno y en lo ¿Malo?

Pero ¿Cuál es el secreto? Por un momento creí que serían las escenas de vuelo sin CGI, pero resulta que "Les chevaliers du ciel" también tienen y muy buenas, pero eso no -hace- una película. El secreto está en que esas escenas mágicas son el aderezo de una deliciosa americanada de buenos vs malos, de valores de los de antes: de respeto, de esfuerzo, de familia y de ganar a los malos porque ¡Somos los buenos! A ser posible, con motor 6.0 atmosférico, que se sirva con una banderita en algún lado, con la vista del vuelo en cámara lenta de un águila calva y el sonido de un halcón de cola roja, todo ello levantado a pulso por un Tom Cruise bendecido con la juventud eterna.

Cocinado con mucho cariño, en un metraje de dos horas que se harán muy breves, apuntalado por personajes de un crecimiento modesto, pero apreciable y la guinda en el momento perfecto, cortesía de Val Kilmer. Sabor ochentero en pleno siglo XXI. Bienvenido Mister Maverick. Le recibimos alto y claro, y con alegría.