Gracias al equilibrio de fuerzas que se ha venido estableciendo en el mundo, ya los Estados Unidos de Norteamérica están comprendiendo, ¡por fin!, que invadir territorios para apoderarse de sus riquezas y seguir fortaleciendo su imperio no es un buen negocio. Pero, como ellos nunca desistirán de querer mantener sus grandes negocios a como dé lugar -hasta que no les pase lo que al imperio romano-, en las últimas décadas se inventaron el maldito Fracking, el cual -como se explica en la película-, “se trata de taladrar en la superficie terrestre un agujero de unos 4 mil metros de profundidad, luego, en forma horizontal hacer otro tanto, y seguidamente, volarlo con explosivos. A continuación, una mezcla de agua y arena + un cóctel de numerosos productos químicos altamente tóxicos (ácidos, cloruros, poliacrilamida, etilenglicol y un largo etcétera), se introduce a 5 mil atmósferas de presión… y todo esto llega hasta los acuíferos, los ríos, los lagos, los embalses y todas las demás fuentes con las que sobreviven las culturas indígenas, los pobladores y los animales de grandes territorios a la redonda, contaminándolas hasta convertirlas en venenos mortales. Literalmente, el fracking es comparable en sus efectos a la megaminería a cielo abierto”.

Pero, nada de esto importa a los grandes emporios industriales y tampoco a los gobiernos lacayos de América Latina que saben que, su permanencia en el poder depende de que hagan la vista gorda y se dejen sobornar por un puñado de malditos dólares. En muchos países de Europa el fracking está prohibido, y en EE.UU., como se ha comprobado, está produciendo los mayores desastres ambientales de la historia.

El director -y senador argentino desde 1913-, Fernando E. Solanas, vuelve a poner el dedo en la llaga con un responsable y riguroso documental en el que demuestra, con fehacientes imágenes y entrevistas a gente muy calificada, el terrible mal que, para nuestra América, significa la aplicación de la tecnología del Fracking, el cual es un recurso infame que solo sirve a las oscuras multinacionales que, por tantos años, han desangrado nuestros territorios.

<<LA GUERRA DEL FRACKING>>, no se limita a poner al descubierto este grave problema, sino que también dará cuenta de que para enfrentar la crisis energética, el fracking no es la única alternativa como han querido hacernos creer, sino que existen cosas como la Aerogeneración (Energía Eólica) y la Energía Solar Termoeléctrica, las cuales serán explicadas de tal manera que podamos comprenderlas.

Solanas visitará los espacios donde vienen trabajando las grandes corporaciones. Primero, llevándose el petróleo concedido mediante privatizaciones que nunca repusieron las reservas que se llevaron; y luego las mineras que, como aquellas -afirma él-, funcionan sin seguros ambientales, pues, cuentan con la complicidad de los gobiernos provinciales para quienes las leyes del ambiente no son más que letra muerta.

En los últimos minutos, veremos la inconformidad y las protestas de las comunidades afectadas por esta explotación inmisericorde de los recursos naturales y también se hablará de las demandas que empresas como la Chevron han tenido que cubrir. Queda bien claro, el fracking es una técnica que beneficia a las multinacionales en contra de la vida y las necesidades de los pueblos.

Aunque ya un sacerdote lo sugería en este importante documental, lo voy a decir a mi manera:
Las elecciones, aunque no son más que una falsa pose de democracia, dan a los políticos licencia legítima para gobernar… pero cuando éstos no cumplen lo prometido, el pueblo adquiere el derecho legítimo de protestar.

Quien desee ver (o leer) una bella historia en la que se hable de valor, respeto por la naturaleza, lucha por la sobrevivencia, trabajo en equipo… y donde, entre otras cosas, quede bien expuesta la grandeza de las especies animales, en el <<EL LIBRO DE LA SELVA>>, encontrará todo esto y además plasmado con una técnica visual de primera línea y con una ambientación sencillamente fabulosa.

Es esta una nueva versión libre de la inmortal recopilación de cuentos de Rudyard Kipling (1865-1936), primer escritor indio-británico que fuera galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1907, y quien pasaría a la historia por sus memorables reflexiones morales y su ferviente exaltación de la naturaleza. La trama -que parte de los primeros 11 cuentos- nos habla de una pareja cuyo bebé se extravía cuando tratan de escapar de las garras de un feroz tigre de bengala llamado, Shere Khan, y luego es adoptado por una manada de lobos que lo acogerá como uno de los suyos y lo llamarán Mowgli (Rana, nombre que le dan porque, al ser un bebé, carecía de pelo).

Las aventuras de este pequeño -cuando alcanza los 8 años- con su entrenador Bagheera (una pantera de formación casi militar), con el oso Baloo (tan meloso como leal) y con otras criaturas de la selva entre las que su acérrimo enemigo será Shere Khan, es lo que se nos cuenta en esta aleccionadora historia que divierte, impresiona y nos deja hondamente aleccionados.

Partiendo de la versión que la Productora Disney realizara en 1967, este remake nos ofrece un alto virtuosismo visual, donde el único actor visible es el pequeño Neel Sethi (Mowgli) y los escenarios parten de verdaderos paisajes de la india luego digitalizados. Los demás animales, son un complejo ejercicio de mocap (captura de movimiento) representado por actores que prestaron su imagen y sus gestos para los diferentes personajes, y al verlos, sentimos que estamos ante seres reales en una selva que también parece absolutamente real.

Recordado por las películas, “Iron Man” y “Iron Man 2”, el director Jon Favreau -quien partiera de un guion muy bien ajustado por Justin Marks, consigue un filme intachable a todo nivel y sus modificaciones personales -reducción de las canciones a dos o tres temas; menor presencia de la serpiente Kaa (una sola escena bastará para dejarnos impresionados); aumento de la secuencia con el gigantopithecus Rey Louie y sus aguerridos monos, soberbiamente realizada y con un claro guiño a “Apocalypse Now”; más una brillante introducción con la que quedamos atrapados hasta el fin, nos dejan un grato sabor a cine hecho con ese sello de la perennidad que se merecen muy pocas películas.

En numerosos festivales internacionales (Oscar, Bafta, Satellite Awards y otros), <<EL LIBRO DE LA SELVA>>, se alzaría por unanimidad con el premio por Mejores Efectos Visuales… y en alguno incluso por Mejor Fotografía. Reconocimiento más que justo que, además, debió incluir un premio especial para el pequeño, Neel Sethi, cuya labor -sin entrar durante el rodaje en contacto visual con ninguno de los personajes- es el de todo un profesional.

¡No se la pierdan! Esto es Cine para Aprender a Vivir.

Desde el siglo XII, en Suramérica existió una de las más poderosas y prósperas civilizaciones de la historia indígena. En la época de su mayor apogeo (siglo XV), se extendió desde el norte de Chile, Bolivia y Perú, hasta llegar al sur de Colombia. Conocida como Imperio Inca, fue esta una comunidad próspera y altamente organizada que vivía de la agricultura y la ganadería (en especial llamas y vicuñas); mantenían una gran preocupación por el bienestar de su gente y tenían como capital a Cuzco (palabra quechua que significa: “el ombligo del mundo”), territorio peruano donde se encuentra Machu Picchu, una fortaleza y ciudad sagrada que aún nadie se explica como transportaban las enormes piedras con que construyeron gran parte de ella, siendo que en aquella época aún no se había inventado la rueda.

El Imperio Inca tuvo diversos reyes o gobernantes, y entre ellos, los más conocidos fueron, Manco Cápac a quien, junto a su esposa Mama Ocllo, se atribuye la fundación del imperio tras ser enviados por Inti (el dios Sol), para que, con una vara de oro, señalara el sitio de fundación en el lugar del norte donde ésta se hundiera en la tierra. Desde entonces, los incas hablan de la Pacha Mama (Madre Tierra) como una expresión de profundo respeto por la naturaleza. Pachacútec (“Digno de su tierra”), el cual incrementó el prestigio de los Incas; influyó hondamente en la hermandad entre su pueblo; y fue el que conquistó a la nación Ichma. Finalmente, Túpac Amaru (“Serpiente resplandeciente”), el último de los cuatro Incas de Vilcabamba que se enfrentaron al desmantelamiento del imperio por parte de los invasores. Pero esa es otra historia…

En los hechos aquí relatados, podemos hallar explicación para los nombres de los personajes que se utilizaron en la película, <<EL EMPERADOR Y SUS LOCURAS>>, otro de esos filmes infantiles con los que la productora Disney logró un verdadero acierto. Con mucha eficacia visual y una sensacional banda sonora, la historia tiene altas dosis de comedia, drama, elementos históricos… y muy especialmente, una lección de humildad y lealtad en la que, el proceso de transformación de la obtusa mentalidad de un “todopoderoso”, será el más alto objetivo.

El guion, escrito por David Reynolds, basado en una historia de Chris Williams y Mark Dindal (quien hizo las veces de director), es encantadoramente fluido y los personajes resultan admirables por su astucia y recursividad, cualidades que encontramos tanto en los que buscan hacer el bien como en los que pretenden hacer daño con sus afanes de poder. Sin duda, se bebió un poco de fuentes como, “El Príncipe y el Mendigo” de Mark Twain, “Historia del Califa Cigüeña” de Wilhelm Hauff y otras, pero el resultado es una aventura ingeniosa y muy aleccionadora.

Pacha, es un magnífico ejemplo del súbdito cumplidor y recursivo; Kuzco es la suerte de noble que parece incapaz de un acto de nobleza; e, Yzma, es esa clase de mujer resentida capaz de las peores argucias para salirse con la suya. Pero, contra todo esto, cada personaje tiene su encanto; su accionar es ampliamente divertido… y la película pasa volando en este Juego de Poder donde ya se verá cuáles son las armas más poderosas que podemos usar los seres humanos… sobre todo cuando lo que buscamos es la felicidad.

¿Se aplicará aquí la ley que reza que, “cada quien recibe su merecido”?

Título para Latinoamérica: <<LAS LOCURAS DEL EMPERADOR>>

En general, América Latina es una inmensa zona con abundantes recursos humanos y económicos que permitirían hacer grandes cosas si no contara con esa larga historia de abominables gobiernos que la explotan para su propio bolsillo… o que la entregan a las multinacionales esperando lucrarse siempre ¡aún en contra de los intereses del pueblo! Estos saqueos han traído despojo, pobreza y miseria a enormes sectores de la sociedad; se incrementa la falta de educación y de formación para la productividad; y los que logran un título universitario y/o una especialización, buscan fugarse del país tan pronto se enteran de que, en otros países industrializados, hay mayores oportunidades de especializarse y ejercer lo que, hasta ahora, aprendieron.

Al director, Fernando E. Solanas, le dolía en el alma que en un país como Argentina -su tierra natal-, con un recurso humano altamente calificado; una extensión territorial casi tan grande como Europa occidental; y con una riqueza mineral e industrial que se la querrían muchísimos países del mundo entero, ocurra lo mismo que en tantas otras naciones de nuestro continente: No hay un consecuente y justo emprendimiento del Estado y, al contrario, la disposición general es al despilfarro, la ausencia de estímulo, el abandono… y la entrega infame a las multinacionales extranjeras.

Haciendo un amplio recorrido por la extensa geografía del país, Solanas llevó a cabo una profunda y documentada investigación -en colaboración con la socióloga Alcira Argumedo-, con la que demostrará el fuerte desarrollo que, en las diferentes áreas de la ciencia y la industrialización, había alcanzado, Argentina, hasta los años 60-70 del siglo XX, y mediante objetivas entrevistas a diferentes especialistas en cada uno de los campos de la ciencia y la educación, entrará a denunciar la precaria situación en la que se encuentra gran parte de lo logrado, ante la llegada de los deplorables gobiernos que se tomaron el país en las décadas siguientes.

Fechado en el año 2007, <<ARGENTINA LATENTE>>, es de esa suerte de documentales que dan rabia, impotencia… ¡y hasta ganas de llorar!, cuando comprendemos cómo ciertos gobiernos acaban con el bienestar y las aspiraciones de millones de seres humanos emprendedores, honestos y comprometidos, solo para satisfacer su voracidad monetaria; y no puedo evitar preguntarme, ¿cómo una sociedad que “llegó en barco” con sangre europea y con ese potencial de emprendimiento del que se sienten tan orgullosos -que, valga la verdad, pocos tienen en América Latina-, ha permitido que la clase política cometa con el país la suerte de atrocidades que le ha cargado durante tantos años?... Parece que, Solanas, tampoco lo entiende y por eso hace esta valiente radiografía de unas condiciones sociales que, ¡nadie en nuestro continente debería aguantar más!

Frases para recordar:
“En Argentina hay 1.300.000 estudiantes, 38 universidades del Estado y 41 privadas, pero el presupuesto de la enseñanza superior no cubre las demandas básicas. La Universidad Nacional de México y la de Sao Paulo, invierten 6 veces más por alumno que la de Buenos Aires”.
“Cada año crece la brecha entre los que más ganan y los que menos ganan”.
“La escuela sigue enseñando el valor del esfuerzo y la cooperación. La televisión es prácticamente la enemiga de lo que puede hacer la escuela. Parece haber una confrontación de valores antinómicos entre lo que transmiten los medios y lo que transmite la escuela”.
“¿Cómo explicar el abandono de la escuela pública cuando hay en el país millones de recursos naturales que son del pueblo?”
“Careciendo de un proyecto estratégico que oriente la ciencia a las necesidades del país, la masa científica (20 mil investigadores) se desperdicia, emigra o sirve a las multinacionales”.

Desde los tiempos del virreinato, en México se conocía como sierra a una montaña que, de manera aislada, se eleva sobre un terreno llano. Lo que, en tiempos más recientes, se conoce como La Malinche y el Nevado de Toluca, originalmente se llamaban Sierra de Tlaxcala y Sierra de Tolocan respectivamente. Como, Sierra Negra, se conoce a un estratovolcán muy antiguo –ahora extinto- ubicado entre los municipios de Chalchicomula y Atzitzintla cubierto por un bosque subtropical donde habita una gran variedad de fauna (lagartijas espinosas, coyotes, venados, búhos…)

En la llamada Brecha de Sierra Negra, transcurrirá parte de la historia de, <<EL CAMINO DE LOS ESPANTOS>>, la última película en la que aparecieran juntos los inolvidables comediantes, Viruta y Capulina, quienes, a partir de entonces decidieron partir cobijas ante ciertas diferencias que tuvieron con sus shows televisivos. Pero, éste título, cierra con broche de oro una colaboración de más de treinta películas (35 para ser exactos), con las cuales le ofrecieron a Latinoamérica y otras partes del mundo, ese humor blanco que encantaba a los pequeños, regocijaba a los adolescentes, y hacía pasar amenos ratos también a los mayores.

Dirigida por Gilberto Martínez Solares, la película cuenta de nuevo con ese gran talento que fuera, Roberto Gómez Bolaños, como autor del guion; y en una eficaz entremezcla de comedia y terror, se nos cuenta la historia de un grupo de personas que, a la espera del tren en una estación, se les informa que éste tardará ¡entre 6 y 7 días en llegar!, debido a que el puente que hay a cierta distancia se cayó como consecuencia del invierno. Para su “suerte”, en esos momentos llega un camión cuyos dos ocupantes (¿adivinen quiénes son?), al no poder recoger la alfalfa que esperaban, se ofrecerán a llevarlos, ¡siempre y cuando paguen lo que ellos piden y estén dispuestos a viajar como ganado! Y, por supuesto, Viruta se asegurará de que, las dos guapas chicas que hay entre el grupo, viajen gratis y se sienten a su lado.

La historia nos guarda una que otra sorpresa y nuestros “héroes” van a verse enfrentados a una serie de terroríficos y muy astutos “fantasmas”, mientras enamoran a Adelita y a Valentina, las dos guapas muchachas que viajan junto a ellos. En el grupo estará también un capitán de la policía que carga con un “peligroso” reo al que conduce a prisión; y una familia de padre diminuto, madre gorda y su “niño” de ¡21 años! Entre todos ellos, nos harán pasar un rato francamente divertido.

Martínez Solares, logra ofrecernos una eficiente ambientación y unos trucajes bastante ingeniosos, y la trama tiene bastante ritmo y elementos sorpresa, asegurando así que nuestro ánimo no decaiga ni un segundo. Es posible encontrar muy buenos apuntes en los diálogos; y el reparto fue cuidadosamente seleccionado como para que, cada quien, hiciera lo suyo como corresponde.

Llama la atención la presencia de la bella cantante española Salomé (n. María Rosa Marco), quien dos años después, co-ganaría el Festival de Eurovisión con su canción, “Vivo cantando”; y también es grato ver en el rol de, “el niño”, a un actor que a veces firmaba como Arturo Rossen, pero, quien es ¡nada menos que Arturo Ripstein!, el director que ya había debutado con “Tiempo de morir”, y quien pronto se convertiría en uno de los nombres más representativos de México. Por aquella época, era común verlo como actor secundario en títulos juveniles como, “Dile que la quiero”, “Los Novios de mis Hijas” o “Mariana”.

En fin, que lo que hemos visto es una película que nos trae gratos recuerdos, y con la que hemos vuelto a pasar un rato divertido en la eterna y muy grata compañía de los por siempre recordados, Viruta y Capulina.