Una película del montón para ver cualquier tarde sin grandes pretensiones. Divertida, entretenida, no ahónda en temas serios ni lo pretende, toca vagamente algunos aspectos negativos de la homosexualidad o la transexualidad, así como por momentos amenaza con volverse dramática; pero en realidad no pasa de divertida, lo cual, a veces, se agradece.

Comedia romántica a la española con algunos momentos divertidos. Leonor está muy floja para lo que nos tiene acostumbrados, pero aun así destaca. La Sardá, también algo floja. La escena en que intentan mantener relaciones sexuales por primera vez es divertidísima y la protagonista impregna ésta y otra escenas de un aire a lo Bridget Jones, inocente, insegura, alocada.

Ben Kingsley es lo mejor de la película. El argumento sería inverosímil sin él, pero él lo hace creíble. En su mirada se ve un amor real y, con ello, te crees el enamoramiento, da igual las dudas que puedan surgir y los resbalones del guión, porque Kingsley te atrapa, te conquista y te envuelve, llenándote de su amor, haciendo que te enamores de esa Consuela que, de otro modo, parecería demasiado irreal.
Con sus altibajos, la película me regaló escenas y frases memorables que me recordaron a mis propias escenas en la vida.

Esta es la historia de dos adolescentes como cualquier otras, que se hacen amigas, muy amigas, como suelen hacer las adolescentes. Que, como buenas adolescentes, creen que nadie más en el mundo las entiende, que sus madres las odian, que sus padres las odian un poco menos pero tampoco las comprenden, que son únicas, que triunfarán en la vida, que si no las dejan verse la única solución es el suicidio. Lo que las diferencia de las demás es la manera en que deciden resolver su conflicto. Y lo que diferencia a esta película de cualquier otra es la manera de contar la historia, cómo nos introduce en sus mentes, en sus pensamientos, en sus sueños.
Dato curioso: Juliet Hulme, la "amiga rica", acabaría en la vida real cambiando de nombre y convirtiéndose en la best seller Anne Perry.

Discrepo de aquellos que dicen que esta es una buena película sobre homosexualidad. Lo bueno de este film es, precisamente, que no trata sobre la homosexualidad sino sobre el amor, sobre la soledad, el desamor, la inestabilidad emocional de la adolescencia, los tabúes, los miedos, la incomprensión... El amor de las protagonistas bien podría ser cualquier otro tipo de amor "prohibido". El lesbianismo se trata con naturalidad y erotismo, sin estereotipos. Muy recomendable.