Acostumbrados a las fantasmadas a las que nos tienen acostumbrados las series norteamericanas, la "normalidad" que vemos en Rush es un soplo de aire fresco. No, no hay grandes efectos especiales, ni unos guiones donde la lógica es tan complicada que casi te la crees, ni hay unos guapos guapísimos... nada de eso. Es un grupo de policías, de gente normal, con un trabajo muy difícil, que en cada capítulo intentan cumplir su deber lo mejor que pueden; son personas normales, no son todos "super-amigos-super-compis", pero sin malos rollos. Es una serie creíble (por fin), con unos casos interesantes en cada capítulo.

Irregular porque así como hay actuaciones excepcionales (Kline, Tucci, Steathairn) hay otras que son francamente malas (Everett, West). Supongo que llevar esta obra al cine no tiene nada de fácil, porque es una obra de teatro (eso lo primero) y porque es muy onírico, uniendo el mundo real con el mundo de las hadas. Y aun siendo difícil, sale airosa.

Algunos tachan este film de "típica", y lo es, pero no por ello es mala; al revés, es muy buena; de las películas de terror, una de cada mil realmente te dan miedo: ésta es una de ellas. Si no fuera la típica, no sería de terror, sería otra cosa, pero tiene los ingredientes para ser una buena típica película de terror.

La verdad es que para estar hecha en el año en que está hecha, los efectos digitales se notan demasiado. El guión es un poco flojo; la música, regular; las actuaciones, histriónicas... en fin, que tanto dinero para esto da pena. En las primeras imágenes uno no sabe si está viendo una película o está jugando a un videojuego, y cuando llega la ola, para qué contaros... hasta los muertos dan risa. No es digno de Petersen.

Es de ésas películas "no comerciales" en las que se ve un actor cotizado, lo que da una idea, antes de verla, de lo interesnte del guión. Muy buenas las interpretaciones (Javier Cámara está muy bien), y la historia llega al alma. Es una película en la que se manifiesta la importancia de que todas las personas tengan una oportunidad para ser comprendidas y amadas. Es lenta, pero no se hace pesada. Es triste, pero no deja mal sabor de boca. La he visto dos veces, y os aseguro que la segunda vez he descubierto más detalles del guión que en la primera.