Aunque aquí la puntuación media hace pensar lo contrario, creo que El reino de los cielos tiene aspectos sobresalientes tanto en su factura como en su fondo. Me ha gustado especialmente ese idealismo que desprende la película a través de la exaltación de valores como la conciencia, el honor, el respeto al contrario, el alma inquebrantable, la piedad...; valores que el autor nos presenta como el verdadero “reino de los cielos”. Es muy interesante también el contexto histórico de las Cruzadas en el que se desarrolla la historia y, concretamente, las luchas por la toma de Jerusalén.

Quizá al principio los acontecimientos se suceden de forma algo precipitada. Pero cuando la acción se sitúa en Jerusalén, la película gana intensidad y alcanza toda su grandeza con una espectacular batalla, en la que la acción se une a la emoción y en la que Baliant y Saladino, dos personajes antagónicos, son presentados como hombres de honor. La película está llena de detalles y frases memorables, pero entre las muchas escenas dignas de elogio, destacaría especialmente una que, en mi opinión, refleja perfectamente el espíritu de esta película (spoiler). Mención aparte merece también la preciosa banda sonora, que engrandece aún más la película.

Comparto en parte la opinión de los que afirman que el papel le queda algo grande a Orlando Bloom que, aunque encaja bien en el aspecto místico del personaje y en las escenas de acción, creo que le falta más fuerza y expresividad. Por lo demás, es una película con interesantes personajes bien definidos y buenas interpretaciones.

Imprescindible para los amantes del cine épico clásico con fondo. Pocas veces podemos disfrutar de películas de esta magnitud.

Una encantadora comedia romántica de las de siempre. No destaca por su originalidad, es cierto, pero se ve con agrado. Superado el primer cuarto de hora, que es lo más flojo, la película cambia totalmente cuando Ana llega a Irlanda. El accidentado viaje que llevará a la pareja protagonista a Dublín está lleno de simpáticas anécdotas que provocan más de una sonrisa y otras situaciones más tiernas y románticas, con diálogos muy agradables. La película se ve favorecida por un buen guión y las interpretaciones de Amy Adams y Matthew Goode, que están realmente encantadores y con muy buena química. Destacan también unos preciosos paisajes de Irlanda. Creo que no defraudará a los amantes del género.

En unos pocos minutos este cortometraje nos cuenta una buena historia con un guión muy efectivo que mantiene el interés hasta el final. A medida que avanza vas imaginando los giros que puede dar sin sospechar el final. Me ha parecido muy acertado el tono que se da a la historia, entre la comedia y el drama, porque aunque la situación planteada es cómica, en el fondo, se apunta a temas mucho más dramáticos que llenarían perfectamente un largometraje.

Como película de acción “The Town” es bastante efectiva, resulta un buen entretenimiento. Sin embargo, creo que hubiera sido mejor de haberse profundizado más en la historia y en el desarrollo de los personajes y sus motivaciones. Se ha puesto especial cuidado en ofrecer buenas dosis de acción (algo repetitiva), con un comienzo especialmente trepidante y atractivo, que eleva el nivel de expectación. Quizá por eso mismo he tenido la sensación de que ese atractivo e intriga iniciales se han ido diluyendo un poco en una trama bastante simple, con pocas sorpresas y algo forzada a veces (espoiler). A pesar de ello es recomendable si no se le exige más que entretener.

Como dice en la película el personaje de Juan Diego en una de sus irónicas sentencias: “¡Ay hijo, que a estas alturas creas que un libro es bueno sólo porque tenga una portada bonita...” O viceversa, podría añadirse. Y con esta película ocurre algo similar. Lo que puede parecer la típica comedia española boba, vacía de contenido y de humor zafio (eso me hizo pensar el tráiler) es en realidad una notable y entretenida comedia, con un buen guión, una historia bien contada y con un buen texto. Me ha encantado y me he reído bastante. Los gags más cómicos podrán hacer más o menos gracia, eso va a gustos, pero entre risa y risa la película tiene también momentos muy inspirados, con contenido y con su punto de ternura incluido.

Javier Cámara (genial, como siempre) y Carmen Machi interpretan estupendamente a los encantadores personajes de la historia central, que con ironía y sentido del humor ponen en evidencia la poca gracia que tiene vivir acomplejado por el físico, ser objeto de burla y rechazo, y que en el fondo, de una forma u otra, todos buscamos ser ese “tú” de la canción. Pero la película también es una comedia coral que presenta con salero toda una galería de atractivos personajes secundarios que aportan algo con su propia historia: la madre que quiere ver feliz a su hijo, el marido que abandona a su mujer por otra, el padre egoísta que sólo piensa en él, la esposa que ha sacrificado su futuro como escritora por la familia, el guaperas graciosillo de turno, el tonto del pueblo, las abuelas cotillas, la lesbiana que quiere ser madre, el cura enrollado, el tío de Eliseo que sentencia con ironía y sorna sobre las cosas... En fin, que con tantos personajes la película se llena de detalles y situaciones que se presentan con bastante buen gusto y acierto.

A destacar también la excelente fotografía de la película, así como los preciosos escenarios naturales de la provincia de Huesca en los que está rodada y el encantador pueblo que recrea. Muy apropiada la banda sonora y genial el juego que da la canción “Eres tú” en la película.

No entiendo por qué algún crítico califica esta película como “tan rancia como cualquier obra costumbrista del landismo de los setenta", pero en fin, él es el experto. Yo me alegro de haberla visto con otra mirada y haber encontrado una comedia encantadora sin más pretensiones que la de hacernos pasar un buen rato.

Por otra parte, lo que menos me ha gustado...