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España España · Madrid
Críticas de endini
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
4
9 de septiembre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los mayores escollos que tiene en su camino al éxito un remake, es la inevitable comparación con la película original. En el caso que nos ocupa, debe enfrentarse a una de las grandes joyas del cine de terror de serie B, 'Posesión infernal', el buque insignia para muchos de Sam Raimi y que trajo a las pantallas al carismático Ash J. Williams, encarnado por Bruce Campbell. En esta nueva película, han contado en la dirección con el uruguayo Fede Alvarez, conocido por sus cortometrajes, del que es más famoso 'Ataque de Pánico!', y con 'Posesión infernal (Evil Dead)' se enfrenta a su primer largometraje, y nada menos que en Hollywod, donde tiene su aciertos y desaciertos.

La historia por lo tanto ofrece un punto de partida algo simple, pero esto ha sido premeditado al basarse en el filme original, y al que se ha querido aportar una excusa más actual que fuera razón de peso para mantener a los protagonistas en la cabaña: la drogadicción. Este nuevo detalle de guión ofrece a los personajes una razón más fuerte para no abandonar la cabaña, por muy destartalada y terrorífica que parezca. En esta ocasión está más justificado el que se mantengan ahí y no huyan despavoridos ante los primeros síntomas de posesión.

Fede Alvarez ha querido mantener la esencia del filme original, pero desvinculándose del humor y haciendo la violencia más explícita si cabe. Es por ello que esta película, aún basándose en la 'Evil Dead' original, marca su propio camino en el tratamiento de la historia: desde posesiones mucho más violentas hasta cambios en el guión y roles de personajes. Es por ello de agradecer que no haya sido un remake plano-a-plano al uso, y que mantenga cierta intriga en el espectador que haya visto la cinta original, ya que aún conociendo de antemano el filme en el que se basa, consigue desvincularse de él y ofrecer un producto nuevo, siempre regado de guiños a la historia original, para los fans más atentos.

La actriz protagonista, y sobre la que recae la mayor importancia de la historia es Jane Levy, que encarna a Mia, la primera y principal poseída. Ante un papel de tanta importancia, y donde el maquillaje y la violencia, además de un cambio de registro cuando está o no poseída, hace de este personaje el más atractivo del filme, y a su actriz, a la mejor ubicada en él, ya que pasa por diferentes fases a lo largo de la película y se encuentra desenvuelta en cada una de ellas.

El protagonista masculino de la historia es David, encarnado por Shiloh Fernandez, y que se convierte en un protagonista que no llega a conectar del todo con el espectador, siendo incluso algo inexpresivo. A lo largo del filme también hará ciertas acciones incoherentes, en pro de una historia que requiere situaciones peligrosas para los personajes, pero que se acaba convirtiendo en un personaje que no llega a encandilar, mucho menos cuando la historia de por si no da los suficientes detalles sobre los protagonistas, y éstos no son lo suficientemente atractivos para añadir carisma y un baraje previo al personaje.

Lou Taylor Pucci hace de Eric en la cinta, y su personaje tiene subidas y bajadas, ya que por momentos se encuentra fuera de lugar (sobre todo con unos diálogos irrisorios), mientras que en otros momentos tiene mayor peso en la historia que el propio protagonista, e incluso llega a desatar más simpatía que él. Si bien en un principio no llega a conectar con el espectador, esto se va diluyendo a lo largo de la película gracias a los golpes del guión.

Las actrices Jessica Lucas y Elizabeth Blackmore completan el reparto, con unos papeles correctos en cuanto a su fase más entrada en el "caos", pero que pecan de evidentes en cuanto a expresar miedo se refiere. A esto me refiero a que parece que todos los personajes padecen de unos temblores algo exagerados cada vez que se encuentran en una situación de tensión, por lo que parece que toda la gama de sentimientos que son fruto del terror se expresen solo en estos temblores, un detalle que puede pasar desapercibido, pero que limita en cierta medida la gama de sensaciones que puede expresar el actor o actriz en el filme.

Nos encontramos ante una película que, desde una visión algo adolescente, quiere volver a traer el terror a las pantallas, pero que no logra conseguirlo del todo. En el filme los mayores sustos suelen ser por medio de secuencias rápidas y fuertes sonidos, a la vieja usanza, y el filme no logra mantener la tensión a lo largo de la historia, donde casi lo que espera el espectador es la siguiente carnicería más que el miedo a cada momento, casi siempre debido a unos diálogos que no hacen más que justificar el guión, y que incluso pueden hasta ser algo irrisorios, lo cual produce una desconexión del espectador más atento y que se quiera introducir en la historia, la cual como hemos comentado es muy simple, y por lo tanto no veremos a personajes memorables ni historias que rebosen carisma.

Bienvenidos, amantes del gore

Aún así, este filme será un gozo total para todo amante del buen gore, algo de lo que puede estar orgulloso Fede Alvarez. Un exquisito maquillaje, litros y litros de sangre y mucha violencia explícita es lo que más se puede ver en pantalla y lo que mejor conseguido está, que al tener esa atmósfera tan "artesanal" y cercana, aún queriendo apartar la mirada de pantalla, se mantiene en ella por lo bien conseguido que están todos estos efectos, desde desmembramientos hasta lluvias de sangre, todo son alardes para el fan del gore, ya que éste se convierte en el mayor atractivo del filme, como lo fue en el original, mas que en la cinta de Sam Raimi teníamos a un Bruce Campbell del que todos queríamos ser amigo, y en este filme, por momentos, se les quiere a todos muertos.
endini
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5
9 de septiembre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director detrás de 'Sound of My Voice', Zal Batmanglij, presenta su segunda película, 'The East', un thriller donde el eco-terrorismo, la moral, la infiltración y el compromiso van de la mano. Una de las mayores bazas de la película es su reparto, que cuenta con Brit Marling (que también ejerce de guionista), Alexander Skarsgård, Ellen Page, Toby Kebbell y Shiloh Fernandez.

El largometraje nos presentará a Sarah Moss, empleada brillante de una poderosa compañía privada, que debe cumplir una misión: infiltrarse en un grupo anarquista de ecologistas radicales que están causando problemas a algunas empresas mediante sus actos reivindicativos. Todo ello se complicará cuando el carismático jefe de la banda comience a enamorarse de ella.

El peso interpretativo principal recae en Brit Marling, y es algo que por momentos, le cuesta mantener. Si bien la actriz no consigue otorgar un carisma muy fuerte a su personaje, a lo largo de la historia vemos poco a poco la evolución de su personaje, en un primer momento frío y corporativo, se va convirtiendo cada vez en más humano y concienciado, algo bien conseguido. Aunque aún así, no sale muy favorecida con ciertos diálogos algo simples y en algún momento clave del filme, peca de sobreactuada.

Diferente fortuna corre Alexander Skarsgård, que con su papel de líder de la organización, logra un personaje fuerte y carismático, que consigue ser atrayente a la vez que interesante, logrando por lo general, una buena actuación. No se trata aún así del papel de su carrera, pero ha sabido interpretar bien la esa moral ambigüa que desprende su rol. En definitiva, sabe mantener el foco en él, eclipsando en muchas escenas a la protagonista de la historia.

Una actriz que siempre me parece un valor seguro es Ellen Page, que en cada escena tiene un aura de fuerza, de compromiso y de buena situación dramática: en ningún momento del filme la encuentras "fuera de onda" o haciendo simplemente su papel por contrato. Esta profesionalidad y la sutileza que sabe darle a su actuación solo tiene una pega en todo el largometraje: se hace corta.

Si hablábamos de que Skarsgard daba a su personaje la fuerza y la carisma, el papel de Toby Kebbell ofrece una serie de matices que sorprenden a lo largo del filme. En el cómputo global de roles del largo, el personaje de Kebbell se convierte en uno de los más atractivos, aún siendo un secundario, su interpretación de un doctor frustrado por unos temblores que le impiden coger un bisturí, le da un aura especial, cercana y en momentos tierna, que se sirven de un actor que ha sabido interiorizar a su personaje, otorgándole algo suyo que le hace estar muy suelto y sincero en sus escenas.

Shiloh Fernández también consigue un personaje aceptable, pero que más bien se ve arrastrado por su caracterización más que por su interpretación. Esto provoca que, pese a no hacer un mal papel, no llega a encontrar del todo su sitio fijo en la cinta. Aunque también su rol era complicado, y no estamos hablando de Johnny Depp.

Compañerismo amateur

La dirección de Zal Batmanglij tiene sus pros y sus contras: mientras por momentos se muestra resuelta con los planos (se nota el cuidado en las escenas a bosque abierto), por otros momentos parece casi amateur (quizás por un comienzo que peca de parecer un vídeo de YouTube). Si a ello le sumamos cierto envoltorio que no deja de ser un panfleto ecologista en ocasiones poco sutil, la moraleja final del filme puede verse algo empañada.

Aún así la cinta consigue añgunos buenos picos de tensión, y el ambiente cercano y de compromiso que logran el grupo de actores que forman la organización 'The East' cuando están juntos, muestra un compañerismo del que es difícil no sentir simpatía.

Todo ello, sumado a una clara marcha a favor del medioambiente y una ambigüedad moral que va oscilando entre los diferentes protagonistas, consiguen que el largometraje cumpla con lo que promete, y sin ser la película del verano, logre ser entretenida, aunque es mucho más atractiva para todo aquel espectador más concienciado con el cuidado del planeta Tierra.
endini
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6
21 de enero de 2014
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La cinta respira esa atmósfera teatral de la obra de William Shakespeare, con la curiosidad de que el texto se ha mantenido fiel a la obra del inmortal autor, mientras que la acción ha sido trasladada a nuestros días, siendo por lo tanto una mezcla un tanto curiosa, que si bien tarda un poco en asentarse, una vez estamos acorde con el lenguaje que se la ha dado a la película, acabamos por disfrutar de esta producción independiente que nos enseña cómo hacer un cine más humilde y artesanal sin con ello llegar a la banalidad ni a la pretensión, sino simplemente, hacer cine por el mero hecho de pasarlo bien y mostrar esa soltura al público.

Amy Acker tendrá el rol femenino principal del filme, y la verdad es que la actriz sabe caer bien en pantalla, y con su gracia y manera de recitar el texto, convirtiendo las palabras de Shakespeare en algo tan natural, es bastante creíble en su rol. A ello debemos añadirle que tendrá también algún momento dramático interesante, al igual que algún toque de comedia, lo cual hace de su papel algo bastante redondo, y no la encuentro desubicada en ningún momento, lo cual es realmente destacable cuando la mujer está recitando unas palabras llenas de términos ya en desuso y con tanta naturalidad. Sin duda, se trata de una buena aportación a la película el trabajo de Acker, que demuestra que se puede tener su gracia sin caer en poner caras o hacer por hacer, sino partiendo desde la honestidad de uno mismo.

El rol masculino protagonista ha recaído en Alexis Denisof, un actor que también ha sabido trabajar muy bien su papel con Amy Acker, y demuestra que tiene química con la actriz, haciendo que veamos sus acciones más veraces si cabe. También es destacable su punto sutil de comedia, ya que el actor se mueve muy bien, y hace veraces sus monólogos en voz alta, además de que verle intentando esconderse para oir una conversación, o intentado posar para parecer interesante, sea algo muy humano, con una soltura y una humildad que provoca que nos caiga bien casi de primeras, algo muy importante si tenemos que estar con él cuando comienzan sus monólogos, que siendo un actor menos sincero con su trabajo, pecarían de ser irreales. Esto no le ocurre a Denisof, que ha demostrado que puede armar a un personaje vivo y real, y con ese encanto y juego que tan bien le viene al papel.

En el resto de personajes secundarios, veremos varios matices, ya que mientas algunos hacen un buen trabajo con su texto y acciones, hay otros a los que se nota que no llegan a tocar lo que pide el texto o la acción, y casi parece que algunas de sus tomas son más bien ensayos en lugar de escenas listas para llevar a la gran pantalla, algo que afea un poco el resultado final de alguna escena, ya que parece que se queda a medias debido a que el actor o actriz en cuestión, parece no haberse dado el tiempo necesario para prepararse la acción, y es por ello que queda en algunos momentos, todo a medio gas, lo cual es una pena pero a su vez puede llegar a ser comprensible dentro del contexto de rodaje de la cinta.

La dirección de Whedon tiene diversos matices, ya que valiéndose de un escenario que no es precisamente un portento para sacar una buena fotografía, sí que ha sabido ofrecer una mirada humilde y sin muchas complicaciones de lo que quiere enseñar, y pese a que el escenario no da mucho de si, sí que ha logrado alguna escena digna de mención por la composición de la imagen. El mayor acierto del director ha sido el de dotar a la cinta de ese aura de obra de teatro, con algunos sutiles planos secuencia en los que el reparto continúa con su texto de manera espontánea y seguida, sin esos planos y contraplanos tan habituales para dar vida a una conversación, y en esta ocasión, todo es más natural y ligero, lo cual lo hace más creíble también. Con estos detalles tan teatrales en su tratamiento, la película es más recomendable para quien disfrute del teatro en si, ya que verá con un ojo más amable la puesta en escena de la producción, que como hemos comentado, es bastante simple.

Al ser una película tan atada al texto, se convierte en momentos en algo espesa, demasiado decorada de florituras, y al fin y al cabo, algo irreal debido al contexto que trata, lo cual tiene su punto bueno, y a su vez, si no hemos logrado contactar con su esencia, puede hacer que acabemos algo hartos de la manera que se ha enfocado el filme. Es por ello que decía que para los amantes del teatro esta producción tiene un plus de interés, pero para aquel que quiera buscar una comedia romántica al uso, va a tener que abrirse un poco más a la propuesta de Whedon.

Como conclusión, la estética en blanco y negro del filme, sus pocos complejos para llevar una historia clásica de William Shakespeare a los días actuales sin importar que el texto vaya por otro lugar, su reparto principal bien escogido y algunos momentos cómicos muy vivaces y reales, la cinta de Josh Whedon es una buena adaptación a la pantalla grande de la obra 'Mucho ruido y pocas nueces', tratada en esta ocasión de una manera más liviana y sin la presión de que haya sido escrita por el maestro inglés. Los amantes del teatro verán el largometraje con otros ojos, más amables o críticos dependiendo de las escenas mostradas, y aquellos que busquen una comedia romántica, y sepan adentrarse en el texto y la puesta en escena humilde de la película, también pueden encontrar en este filme un buen entretenimiento, todo ello rodeado de esa atmósfera del "hecho por placer" que tiene el metraje, donde casi podemos compartir el alivio que siente su reparto de encontrarse en una película casi grabada entre amigos y que muestra que se puede hacer cine sin hacer explotar nada y simplemente, por el placer que es el de hacer una película con ese toque mágico que tiene el teatro.
endini
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3
2 de octubre de 2013
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Lo primero que a uno se le viene a la cabeza cuando se enfrenta a 'The Bling Ring' es un nombre propio: Emma Watson. La nueva película de Sofia Coppola ha jugado la baza de que la popular actriz se quiera desentender poco a poco de su encasillamiento como Hermione Granger, y pese a que su papel está acertado, no es tampoco el redescubrimiento de la actriz, tanto como esta cinta no se acerca a la mejor realización de Coppola (a mi gusto, 'Lost in Translation'), y definitivamente, provoca la sensación de que el metraje de la cinta ha sido alargado hasta la saciedad porque la historia no tiene más donde sacar.

La pandilla protagonista del filme la componen Katie Chang, Israel Broussard, Claire Julien, Taissa Farmiga y como no, Emma Watson. Este grupo de protagonistas destilan en todo momento un halo de superficialidad que tiene un doble filo: sí es cierto que en su conducta podemos ver cierta crítica a todo el mundo del famoso, glamour y modo de vida descerebrado y sin más metas que tener el nuevo bolso de la marca de moda, es también grave en el punto actoral, ya que todas las interpretaciones se quedan justo en eso: la superficialidad.

Por lo general, los personajes son algo sosos, en especial el encarnado por Israel Broussard, que siendo casi el principal hilo conductor del filme, lo que en un comienzo parece ser un chaval que puede enganchar al espectador, poco a poco vemos uno de los escollos más palpables del largometraje: sus personajes no avanzan. Esto provoca que, al no tener un especial apego por ninguno de ellos, no sientas que haya algo muy interesante que contar en pantalla.

Emma Watson, la chica que copa casi todas las fotografías de promoción, ofrece al igual que sus compañeros un personaje superficial tanto en la forma como en el contenido, y si bien sí que demuestra que no todo acabó en 'Harry Potter', no aporta tampoco lo que prometía, y aún siendo correcto, sigo pensando que en caso de tener que enseñar una cinta en la que no sea Hermione, mejor que escoja 'Las ventajas de ser un marginado', en lugar de esta producción.

Sofia Coppola intenta mostrar una crítica a la sociedad de consumo, la 'jet-set' de Hollywood, el modelo norteamericano de éxito, los excesos y el pseudo-glamour y lujo, y si bien en un comienzo parece que va bien encaminada, acaba zambullida en su propia temática, y en lugar de criticar, parece que se embriaga de todo ello, y acaba ofreciendo un largometraje que no sabe ofrecer nada memorable, cayendo en su propia trampa.

Esto provoca que hayan grandes retahílas de nombres de marcas, bolsos, zapatos y ropa, que veamos algunas escenas que parezcan anuncios (hay una específica con un perfume a cámara lenta que hace que quieras aprovechar para levantarte e ir al baño), lo cual acaba desviando la atención de su trama, la cual acaba dejando la sensación de que este hecho real, no daba para tanto.

El guión del filme se estructurará de una manera real y alarmantemente simple: la pandilla localiza la casa del famoso que quieren desvalijar por Internet, entran y roban, se van de fiesta, se drogran y echan fotos, y vuelta a empezar. Esto provoca una de las sensaciones más arraigadas en la película: el metraje se dilata en demasía. La cinta tiene una duración de unos 90 minutos, y no exagero cuando digo que en cada robo podemos estar contemplando durante cinco minutos como las 'fashion victims' de las protagonistas ojean ropa, hablan de cual es el mejor complemento o simplemente nos enseñan todo el fondo de armario de las celebridades.

Un artículo sí, pero una película...

Hay que tener en cuenta eso sí, que el argumento está basado en una historia real (extraído de un artículo de Vanity Fair de título 'Los sospechosos llevaban Louboutins'), y como está el patio, no es increíble el pensar que las verdaderas ladronas se comportaran como las protagonistas de la cinta, pero es por ello mismo, que al tratarse de un evento que realmente ocurrió y cuyos protagonistas están ahí, con vida, y con historias a sus espaldas, no llego a comprender el porqué no se les ha otorgado la profundidad suficiente para llegar mejor al espectador. Quizás echo de menos alguna explicación de porqué los protagonistas se comportan como se comportan, y echo de más tantos minutos gastados en probarse ropa y hablar de marcas de zapatos.

En definitiva, nos encontramos una película a la que la superficialidad se le va de las manos, con una historia que si bien no es merecedora de un Oscar, podía haberse enfocado de muchas maneras para hacerla más atractiva, pero que finalmente lo que muestra es un retrato de una pandilla de 'fashion victims', seguidoras de la vida fácil y únicamente interesadas por las vidas privadas de los famosos, y que nos deja con la sensación de que acabamos el filme como lo empezamos: sin conocer de dónde vienen, y lo peor de todo: sin importarnos a dónde van.
endini
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4
9 de septiembre de 2013
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'The Purge: La noche de las bestias' presenta un escalofriante e interesante argumento, y es una lástima que una idea tan original, no tenga un guión y dirección a la altura.

Este ejercicio de clichés y poco presupuesto está dirigido por James DeMonaco, el cual es su segundo filme como realizador, y su reparto protagonista lo componen Ethan Hawke, Lena Headey, Adelaide Kane, Max Burkholder y Rhys Wakefield.

Ethan Hawke interpreta al patriarca de la familia, James Sandin, un empresario que se dedica a la venta de sistemas de seguridad para hogares, enfocado a convertirlas en fortalezas para salir con vida de La Purga. El actor se enfrenta a su papel de manera resultona, sin destacar especialmente, pero tampoco decepcionando como protagonista, más sabiendo que no nos encontramos con un musculoso protagonista, sino más con un hombre al que todo se le complica. Quizás la falta de conciencia que tiene en alguna ocasión sobre lo que ocurre a su alrededor, pueden ser algo irreales en cuanto a la imagen de padre protector, como por ejemplo, no salir corriendo en busca de su hija, pero que más bien de ello hay que culpar al guión, más que a la interpretación del Hawke, que como hemos comentado, es correcta.

La madre está interpretada por Lena Headey, la cual va perdiendo fuerza a lo largo de la película debido a unos diálogos que no dejan explotar del todo su valor como actriz. Aún así, Headey hace de su personaje el que más carga emotiva consigue transmitir de todo el reparto, que si bien no es difícil de superar, sí se agradece que en momentos logre hacer de su papel algo veraz, sobre todo en sus dilemas morales y en la protección de sus retoños. Una pena que en ciertos puntos de la cinta, sus decisiones son sean las más coherentes con la situación que viven los personajes.

Y hablando de los pequeños de la casa, podemos abrir el libro de los clichés y estereotipos y, eligiendo páginas al azar, crear a los personajes encarnados por Adelaide Kane y Max Burkholder. En el caso de Kane, la hija mayor de la familia, será justo lo que tristemente, se espera de ella: vestida con su traje de colegiala durante todo el metraje, será la caricatura perfecta de "chica-pibón" que pasa sin pena ni gloria por pantalla, y cuyo comportamiento llegará a ser exasperante a lo largo de todo el camino.

Pese a ello, el plato fuerte lo tiene Burkholder. El joven actor, convertido en detonante de la historia, parece que no ha trabajado su personaje lo más mínimo antes de comenzar a rodar. Esto se nota cuando, dando por hecho que las noches de La Purga se celebran desde hace unos 10 años, y la edad del actor en el filme es de unos 14-15 años, quiere decir que toda su etapa consciente ha sabido lo que son Las Purgas, las ha vivido durante 10 años, y saben lo que causan. Teniendo este detalle básico en mente, es incomprensible ver en pantalla a un chaval que, incluso, llega a preguntar en voz alta "¿Qué está pasando?" cuando lleva una hora de metraje viendo las consecuencias de lo que, supuestamente, ha estado viviendo durante dos tercios de su vida. Es por ello que este personaje resulta irreal, sin carisma y, en momentos, incluso irrisorio.

Un caso a parte es el papel de Rhys Wakefield en la cinta. El actor, con su ensayada sonrisa durante todo el viaje, encarna al líder de los enmascarados psicópatas que tocan a la puerta de la familia protagonista. Su interpretación intenta ser un cruce entre Alex DeLarge de 'La naranja mecánica' y Paul de 'Funny Games'. Sin comentar la más clara influencia del personaje interpretado por Michael Pitt en el filme de Michael Haneke, lo que consigue Wakefield es un esbozo de niño-burgués-psicópata que, pese a tener algún discurso digno de aportar carisma a su pe

Con el productor de 'Paranormal Activity' detrás de la película, se esperaba de ella algún punto de tensión memorable, o cuanto menos, paranoia bajo la luz de la linterna. Pero como conclusión, ni una cosa ni la otra. La cinta cuenta con dos partes muy diferenciadas: la primera de ellas más calmada, que busca el terror psicológico con poca iluminación y movimientos lentos, y la segunda parte, todo un festival de acción, tiros, hachas y ruido. Y si en individual, las escenas de "terror" no dan miedo, y las de acción están resueltas sin florituras ni sutileza. En la suma total, nos encontramos en la dirección de James DeMonaco un inexistente interés en innovar, lo cual es una pena, ya que las situaciones que podía provocar la historia daban pie para ello.

El guión, por otro lado, se queda muy corto y poco ambicioso ante una idea que, a priori, resulta tan atractiva. El no saber crear unos personajes creíbles, la moralidad masticada que expone, las situaciones cliché y la simplicidad de todo su argumento, provoca una enorme decepción para quienes esperaban una nueva muestra de cine de referencia para el género, que pese a tener una buena idea original, no ha sabido explotarla como lo merece.

Para finalizar, destacar que aún así el atractivo de su sinopsis puede atraer a su público, pero que no ha de ser muy exigente con 'The Purge', ya que no nos encontramos con lo que prometía ser en un primer momento, y su mayor virtud es ver alguna que otra muerte, las máscaras de los antagonistas, y sobre todo, las conversaciones y controversias que pueden surgir tras ver el filme sobre la moral, la sociedad, el futuro incluso, si se cumpliera la sinopsis del largometraje: una noche, 12 horas en las que todo está permitido. Estoy seguro que en los debates que puedan surgir de esta idea puede salir un guión mejor que el de este filme, así que no olviden apuntar sus ideas y enviarlas al productor, porque habrá segunda parte.
endini
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