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España España · Asturias - Madrid
Críticas de david
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Críticas 91
Críticas ordenadas por utilidad
5
22 de octubre de 2014
54 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que una película en la que te aburres, no puede ser muy buena. No me refiero a que sea lenta, árida o hiperrealista, hablo de aburrimiento, de ser previsible. A veces también me aburro de mi mismo, de decir una y otra vez lo mismo. Y en este caso, me voy a repetir y me aburre: tocar un tema social (o político) comprometido, poniéndose del lado de los derrotados no convierte (automáticamente) a una película en buena. Dos días, una noche presenta una temática muy actual, pero poco habitual en el cine comercial. En ese sentido, es una cinta reivindicable, pero la presenta con una forma y un fondo que no convence.

Por eso, Dos días y una noche no es la obra maestra (buff, qué aburrimiento) que casi todo el mundo dice que es. Es una película necesaria, pero no es buena. Y más, decir que esta película es buena, o una obra maestra, no nos convierte en mejores personas. ¿Qué nos convierte en buenas personas? Ser buenas personas. Pero eso es como pedir a un buitre que deje de comer carroña.

(...)

Esa es la película. Sandra de piso en piso, de casa en casa. Defendiéndose, luchando, mendigando y humillándose. Pero también señalando a sus compañeros, comprometiéndoles, mostrándoles su verdadera cara. La idea es buena. Dos días, una noche, nos muestra las diferentes caras de las personas, exhibe la fragilidad, el cinismo, la falta de solidaridad, la frustración, el odio y la fraternidad. De todo hay. ¿Qué personaje encarna mejor nuestra forma de ser? Es un ejercicio interesante. A buen seguro que todos renunciaríamos a nuestra prima. Porque yo lo valgo.

Entonces, ¿qué pasa? ¿Por qué Dos días y una noche no es buena? Porque a la media hora me cansa. Porque ya podemos visualizar lo que queda de película. Porque creo que no son necesarios 90 minutos para contarnos esta historia. No porque la historia sea pequeña, que no lo es, es muy grande, pero su desarrollo lineal, cansa.

Y más. El desarrollo de la película esconde algunos elementos efectistas detrás del entramado hiperrealista “yo solo pongo la cámara y rueda lo que pasa en el mundo”. Los hermanos Dardenne juegan a dos bandas. Tal vez a ellos mismos les parecía un poco aburrido el desarrollo de la historia y nos cuelan un (spoiler1) y un par de situaciones poco creíbles (la reacción de dos parejas a la visita de Sandra).

Por otro lado, el personaje del marido de Sandra tampoco convence. No entiendo su actitud. Parece ser el encargado de espolear la película con su pesada presencia. A medida que el final se acerca, el aburrimiento deja paso al enfado. Me enfado por lo que muestra la cinta, y ese es uno de los objetivos de la misma, pero me enfado también por la actitud de los protagonistas. ¿Es esto luchar? Entiendo la situación por la que pasa Sandra, necesitada de un argumento para seguir, de volver a sentirse útil, aunque su proyecto no llegue a buen término. Pero no creo que ese sea el camino. Y menos aun entiendo que el marido no sea capaz de verlo. Esto no es luchar, amigo. Esto es una mierda.

No sé, quedarse en el paro con una familia que mantener es muy jodido. ¿Dignidad o pan?, parece preguntarse la película. Dos días, una noche es una cinta que debe verse. Su discurso obliga al debate, y eso siempre es bueno. Pero el desarrollo narrativo de la película aburre y algún personaje exaspera. Cuando llega el final, y vemos sonreír a Sandra, nos alegramos y nos cabreamos. ¿Por qué no empezamos por ahí? ¿Por qué todo lo anterior? Dignidad y pan.

Lo Mejor: Marion Cotillard. Crea debate.

Lo Peor: Aburre. Algunas situaciones son efectistas y no cuadran con el estilo de la cinta. El personaje del marido enerva.

[crítica de david rubio publicada en alucine.es]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
david
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7
24 de julio de 2014
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
(...)

En nuestro caso, valoramos mucho la rápida y certera caracterización de personajes, incluyendo a los secundarios, y la creación de diálogos eficaces, originales, auténticos y que contribuyan, también, a caracterizar al personaje. Si eso se añade una buena historia, con un punto de singularidad o, al menos, un punto de vista especial, es difícil que esa película no nos gane. The Kings of Summer tiene todo lo mencionado anteriormente gracias al fantástico guión del debutante Chris Galletta.

Si bien el concepto básico de The Kings of Summer ya se ha explotado en infinidad de ocasiones, especialmente en el cine juvenil de los 80 (un grupo de amigos que se van a vivir una aventura para intentar dejar atrás sus problemas), la película del también debutante Jordan Vogt-Roberts consigue un difícil equilibrio entre humor, drama, aventura sin ser una cinta abiertamente nostálgica. Gracias a su guión, especialmente a sus diálogos, The Kings of Summer está lejos de Los Goonies o Cuenta conmigo. Los personajes de esta cinta son actuales y auténticos, no son Gordi ni Bocazas. Y se agradece.

Mención aparte merecen los personajes secundarios de la película y muchas de las escenas por ellos protagonizadas. El talento, el sentido del humor, la capacidad de observación y la imaginación demostrados por Galletta en el planteamiento de estos personajes y situaciones nos hace concebir muchas esperanzas sobre sus siguientes trabajos. Desde el resentido, gris e irónico pasado de vueltas padre del protagonista, hasta el novio de su hija, incluyendo a los frikis padres de Patrick, la pareja de policías, el hindú de la comida rápida… Y Biaggio. Lo de Biaggio merece un spin-off o algo. Impresionante.

A pesar de todas sus virtudes, The Kings of Summer tiene algunos detalles que chirrían. Al margen de algunas situaciones un poco inverosímiles (de mayores, estos chavales serán arquitectos, sin duda), los interludios músico-líricos y las cámaras lentas acaban cansando por reiteración. Y el final es más conciliador de lo que nos hubiese gustado.

Pero The Kings of Summer tiene suficientes argumentos para gustar a diferentes tipos de espectadores. Como en su día ocurrió con Mud, que actualizó las cintas de aventuras juveniles de los 80 desde una perspectiva dramática, The Kings of Summer lo actualiza desde una óptica de comedia. Una pequeña gran película que no debería pasar desapercibida.

Lo Mejor: Los diálogos, la caracterización de personajes, los secundarios, en suma, el guión. Biaggio.

Lo Peor: Abuso de los minutos musicales y las cámaras lentas. Tal vez el desenlace no está a la altura del resto de la película. El bigote y la barba están pintaos, si no le sale, no le sale…

[critica publicada en alucine.es]
david
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3
15 de agosto de 2014
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
(...)

Es puro Besson, con un poco más de presupuesto que tiempo atrás, con tres actores de gran renombre internacional, incluyendo a Min-sik Choi alias Old Boy.

Pero es evidente que la película gira en torno a Scarlett Johansson. Estamos empezando a cansarnos de que productores y directores exploten a la Johansson. Nos explicamos. Los responsables de una película que logran contar con la neoyorquina se frotan las manos. Piensan algo así como: “la ponemos en la pantalla y fuera, ya tenemos película, no necesitamos ni guión ni nada. Total, está tan buena que la gente va ir a verla igual, aunque sea un plano fijo durante 90 minutos“. Johansson es un valor seguro, pero su sola presencia no hace una película. Tenemos el caso de Lucy o el de Under the Skin, otra cinta que vive y respira gracias a la actriz norteamericana.

Me quedo sin espacio y aun no he dicho nada concreto sobre Lucy. Bueno, Lucy es otra paranoia de Besson. No hay más. Tras una gran introducción, llena de tensión, la historia se dispara y ya no se detendrá. Todo sucede tan deprisa y de forma tan atropellada que al final te quedas como estabas, degustando la buena intro de la peli.

Y luego está el tema de que el personaje de Johansson comienza dominar su capacidad cerebral a fondo. El asunto de que solo usamos un 10% de nuestro cerebro es un mito, otra paranoia. Y aunque así fuese, la evolución que tiene el personaje de Johansson la convierte en (SPOILER 1)

Es evidente que Lucy no es una película para tomarse en serio. Estamos hablando de Luc Besson. Pero no logra ni siquiera entretener por varias razones: ritmo demasiado elevado, sin tiempos muertos, corta duración, evolución ridícula de la historia. Además, no se aprovecha el personaje de Min-sik Choi que podía haber dado mucho juego. Al final, solo tenemos a Scarlett mostrando sus atributos y poniendo caras muy serias, de dominar cada vez más su capacidad cerebral… Ah sí, y Morgan Freeman interpretándose a sí mismo, otra vez.

Lucy solo merece la pena si vas al cine sin ningún tipo de expectativa, tal vez con los amigos y con ganas de echarse unas risas con la opiácea alucinación final. Y ver a la Johansson claro, que además, como en Her (SPOILER 2)

Lo Mejor: la introducción.

Lo Peor: Muy corta y atropellada con una trama que a pesar de empezar fuerte termina cayendo sin pudor en lo absurdo.

[crítica publicada en alucine.es]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
david
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6
24 de septiembre de 2013
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Alegoría sobre el abuso de las drogas? ¿Relato filosófico sobre la juventud, el paso del tiempo y las segundas oportunidades? ¿Homenaje a algunas películas míticas de ciencia ficción? ¿O potingue indigesto? Cuando al terminar una película, varios espectadores difieren en sus apreciaciones o, más aun, cuando el mismo espectador duda y reflexiona sobre lo que acaba de ver, suele ser buena señal. +1 (Plus One) es una de esas cintas que invita al debate. Y no es poco, tratándose de un proyecto especialmente diseñado para el consumo juvenil.

(...)

+1 parte de un largo plano de una flor que se asemeja a unos labios o al órgano reproductor femenino. Tomamos posiciones. El protagonista va al encuentro de su chica con un ramo de rosas. Pero algo sucede que les separa. Esa noche se celebra una fiesta en una gran mansión. Los amigos protagonistas acuden a ella mientras algo raro sucede en el cielo. +1 empieza despertar intriga.

(...)

+1 logra inquietar a lo largo de casi todo el metraje. Bill Gullo, el guionista de la película, toma una buena decisión: la esencia de la historia permanece en penumbra hasta la mitad de la cinta. No sabemos muy bien qué pasa. Pero algo pasa. A cambio vemos pasear de un lado a otro a los protagonistas y también empezamos a impacientarnos.

Y cuando el meollo del asunto sale a la luz, nos vienen a la cabeza dos películas: La invasión de los ladrones de cuerpos y Primer. La cinta de Don Siegel es uno de los mejores relatos de ciencia ficción de los años 50 con interesantes interpretaciones políticas y la segunda es una joya absoluta de la ciencia ficción contemporánea. Ambas comparten con +1 la presencia de misteriosos dobles.

¿Copia? ¿Reinterpretación? ¿Homenaje? No cabe duda de que los cinéfilos más tiquismiquis pueden rechazar la película: Un mirada displicente y un “Esto ya se hizo”. Sí, las referencias de +1 son evidentes. Pero, ¿quién no ha?

Mientras la película se aproxima a su final, comienzan los verdaderos problemas. Pero es uno de los eternos problemas del cine (o de cualquier narración). “¿Cómo termino esto?” +1 combina escenas sugerentes (especialmente una que comparte la pareja protagonista al lado del escenario) con alguna que raya la ridiculez (hay dos o tres para elegir). Y así llegamos al desenlace, previsible pero necesario para dar un poco de sensatez al relato.

Si no escarbamos la superficie de +1 (Plus One) podríamos definirla como una película de fiestones con arrugado envoltorio de ciencia ficción. Pero la historia, a nuestro juicio, da para más. Especialmente sugerente (y original) resulta la actitud del protagonista a lo largo de toda la noche. Un anti-héroe enamorado pero mezquino con un solo objetivo: sacar partido de la situación. El amor, tiene estas cosas, es capaz también de sacar lo peor de cada uno. Por el contrario, la historia de otro de los protagonistas es prescindible.

Si La invasión de los ladrones de cuerpos se interpretó como un alegoría de los peligros del comunismo (o de los peligros de la actitud del pueblo estadounidense ante lo desconocido), ¿cómo interpretamos +1? La juventud, sus miedos y sus anhelos, la lucha por contruir una identidad, el hedonismo desatado, son el reverso de la historia. Y la fragilidad de las relaciones sentimentales, en las que una frase puede marcar la diferencia entre el sí y el no.

Lo Mejor: Parte de premisas conocidas, pero ofrece algo sugerente. Cierto cariz reflexivo de la historia. La escena de Teddy y la rubia no tiene desperdicio.

Lo Peor: Ciertas escenas son casi ridículas y perjudican el resultado final. ¿Esto ya se hizo?

[crítica publicada en alucine.es]
david
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9
14 de enero de 2016
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
(...)

Han pasado casi diez años desde que vi Alemania, año cero por primera vez y el impacto de la fase final de la historia se ha mantenido, o incluso se ha elevado. Porque hasta los quince últimos minutos, la película de Rossellini es buena. Pero el final es el que marca la diferencia.

Rodada en el verano de 1947, el director italiano ya había filmado la posguerra italiana en la inmensa Roma, ciudad abierta. Sabía de lo que hablaba.

La posguerra suele ser menos interesante para los aficionados a la historia. Se acaba la guerra, y se firma la paz. Ya está, cerramos el libro. Pero no. La posguerra puede desquiciar más que la contienda por el efecto psicológico que conlleva. Se ha terminado el horror, pero no se ha terminado. Las bombas han dejado de caer, pero la muerte sigue presente. Celebramos la entrada del ejército de los aliados que nos liberan de la tiranía de un loco. Pero no hay peor euforia que la que sigue al terror y antecede a la depresión. Esa es la posguerra.

Alemania, año cero nos sitúa en el Berlín de 1947, una ciudad en la que cuatro potencias (dos en realidad) toman posiciones para repartirse el territorio y el poder mundial.

Durante varios años, Berlín fue el centro de las tensiones entre dos bloques antagónicos, con tanques apuntándose a ambos lados del Checkpoint Charlie y el mundo conteniendo el aliento. Al final, la construcción del muro fue un terrible drama para los berlineses, pero un ‘mal menor’ para el resto del planeta como llegó a decir Kennedy en petit comité.

Pero de nada de esto es consciente el joven Edmund, que vaga por las ruinas berlinesas buscando cigarrillos, carbón y algo de comer. El bloque central de la película nos dibuja el drama de unas familias hacinadas en los bloques de viviendas que todavía se mantienen habitables, los inevitables choques entre ellas, el estraperlo, el sentimiento de culpa y la confusión de los ex soldados alemanes, los últimos estertores del nazismo y el embrutecimiento de la adolescencia.

Todo ello está muy bien y las escenas en exteriores son magníficas y únicas en la historia del cine, pero lo que realmente eleva la categoría de Alemania, año cero es el vagabundeo final de Edmund, sin palabras, jugando, llorando, creciendo. Y el colapso. Una larga secuencia que es puro cine.

david rubio - las mejores películas de la historia en bolsamania.com/cine
david
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