Cuando la violencia se vuelve placer es normal que haya personas que no deseen acabar con ese placer y la Purga se come a sí misma, para adaptarse y aumentar el nivel de violencia fuera de lo establecido.

Por desgracia, este nuevo nivel es pésimo, malo de aúpa, y es que con un desarrollo cívico y racial muy visto, además de ser tan lineal y previsible que no deja nada para la imaginación. Pero lo peor no es eso, lo peor son los actores, que más que actuar parecen ir ebrios de estupidez, gracias el guion, y eso se consigue con la ayuda de una pésima dirección.

La peor de la saga.

“Writing with fire” es el esperanzador documental que muestra la realidad de las mujeres en la India, además de llevarnos a su día a día en una sociedad machista, tanto en lo personal como en lo profesional, el periodismo, un elemento sencillo de interpretar en nuestra sociedad, la occidental, pero con enormes trabas en países como la India, donde aún existen lugares vetados para las mujeres, y el miedo pasa a ser parte del espectáculo visual.

Real, apasionante, lleno de crítica social y sobre todo esperanzas por un futuro igualitario sin fronteras, donde la pasión por algo sea la base de un trabajo y no la obligación social marque el camino de muchas personas, sobre todo mujeres, “vendidas” por culpa del dinero y el hambre.

No te arrepentirás si lo descubres.

Disney sigue estancado, una vez y otra intenta transmitir la misma historia y valores aunque cambiando personajes, países y situaciones, pero los niños son niños y lo agradecen a la primera, pero una vez que se han visto 3 iguales prefieren un Shrek en su vida.

Colombia, desdibujada, vista por los ojos de unos “gringos” avanzados socialmente, nos muestra a una joven que intenta salir de su pozo personal, y para ello recurrirá mil ideas y personajes carismáticos para alcanzar el cubo, y todo ello rebosando y soldando canciones incluso cuando van a cagar, por si la caída del zurullo en el agua pueda generar traumas infantiles.

Un desperdicio que se pierde por el sumidero.

Te meten un tráiler que es la ostia, y la OSTIA (con mayúsculas) te la meten en cada uno de los 8 episodios que dura la temporada.

Empieza bastante interesante, con un elemento y un misterio sobrenatural más allá de lo comprensible, pero intentan rizar el rizo y crear sus propias leyes naturales y eso trae una locura de argumento intragable, además de alargar episodios y escenas hasta la saciedad con información innecesaria o elementos que desbordan, más cerca de un drama colombiano de los ´90 que de una serie de terror actual. Insufrible.

¡Comienza bien!
Un futuro catastrófico dónde falta el agua.

¡La sencillez como base!
Se plantea una misión a la Luna para recuperar “algo” muy valioso.

¡Comienzan los problemas!
La misión comienza a sufrir un problema tras otro en cualquier situación, además deberán abordar un problema mayor (y sigue la sencillez argumental).

¡Comienza la locura!
El argumento se transforma en una obra de ciencia ficción de los años 60, con ideas más caóticas (fumadas) y disparatadas que el viaje a la Luna de Meliere (En Woodstock hubieran sacado mejores ideas).

Tiene su punto atractivo, es cierto, pero cuando la locura del argumento aparece, pierde credibilidad, pasa a ser un documento de tercera, hace perder el interés.

Además ¿tanto les costaba usar efectos para los saltitos lunares? Se notan que saltan ellos y cada uno lo hace como quieren, al conejo, a la rana, canguro… ¿Realmente saben lo qué es la clorofila? ¿No han aprendido nada del Covid y los efectos de los virus? Y así decenas de fallos, que parece que han querido disimular con el argumento fantasioso para poder crear situaciones caóticas......Pero así no se hacen las cosas.

He visto la primera temporada y basta.