La película tiene una historia de base que combina la motonáutica de competición y los negocios náuticos con las drogas lo cual podría resultar muy interesante y mucho más cuando esa historia ocurrió en la vida real. Lamentablemente una producción que combina un guión soso, una dirección calamitosa y actores de cuarta categoría hacen que una muy buena historia termine convirténdose en una mala película.

El director, primero e incompetente hace que las escenas de acción sean lentas, las intrigas no tenga el suspenso necesario y las glorias y los festejos se parezcan a una lángida espera de un turno en un banco.

Si bien la primera hora es sencillamente tan mala que casi nada puede ser más mediocre, los minutos siguientes son peores.

Para colmo la trama argumental es fragmentaria, deja cosas sin explicación mientras suceden cosas imprevistas e imprevisibles que no pueden causar sorpresa porque no presentan la coherencia necesaria con la narración.

El plantel actoral cuenta con Travolta, actor famoso y no por ello bueno, los demás actores no tienen ni cartel ni talento.

En fin una película tan pero tan mala que es digna de ingresar a la grilla de Netflix que se especializa en llenar su programación con este tipo de porquerías.

The Rookie es una serie policial de acción con un interesante toque de humor el cual no la convierte en una comedia pero ayuda a entretener.

La trama argumental la cual comparte con otras tantas series policiales de acción es simple centrándose en una sucesión de eventos policíacos mientras el hilo de cohesión argumental es la vida de su protagonista, un hombre que a los 40 años se inicia en la policía.

El guión se matiza con toques de humor salidas de los diálogos y situaciones de los personajes centrales lo cual entretienen bastante y amenizan la serie.

Por supuesto que ésta NO es una serie que pasará a la historia, por lo menos hasta lo que se ha visto ahora, pero es adecuada para pasar un rato entretenido.

No busques más en ella, porque no hay más.

Con reparto que cuenta con actores famosos (no por eso buenos) como Anthony Hopkins y Ray Liotta esta producción no lees exige demasiado. Hopkins actúa de Hopkins y Ray Liotta de Ray Liotta; con los mismos modos gestos y expresiones que en otras películas. De todas maneras bien podrían haber elegido un mejor guión para que la fama de los actores incluídos no se desdibuje en un policial cansino con la misma acción que un poste.

Aburrida hasta el tedio.

Tonta como casi todas las películas de acción yankie en donde todo -absolutamente todo- se resuelve por la violencia que parece ser la única forma que entienden los yankies.

Una muestra más de la decadencia del cine yankie que desperdicia oportunidades y hasta la fama de los actores que antaño ha sabido encumbrar en un podio no merecido.

La Solaris yanquie (2002) interesa en tanto, gracias a presupuestos y tecnologías modernas, logra un espectáculo digno de verse. Una fotografía y unos efectos especiales admirables logran que el espectador adoctrinado en las lides del espectáculo yanquie quede satisfecho.

Pero... esta nueva Solaris se queda en el efecto fácil, en la mostración de lo espectacular, en el deleite de las mentes ávidas de pasajes de Hollywood y se olvida de las sutilezas.

Pero... por suerte existe otra Solyaris (Solaris - 1972) realizada por el genio de Andrei Tarkovsky que sin estridencias espectaculares, sin muchos efectos especiales y (presumo) con un presupuesto tremendamente más bajo generó climas, sensaciones y profundidades dignas de elogios.

No nos engañemos, la Solaris de Soderberg es Hollywood, la Solyaris (Solaris) de Andrei Tarkovsky es puro arte. Son dos cosas incomparables. Por supuesto yo me quedo con el Ruso.

El guión de Clean inserta un drama en una historia criminal ambientada en una fría ciudad yankie que le sirve de marco narrativo ya también de sustento y refuerzo de la frialdad representada en el film.

Es dura, cruel, fría, casi sádica.

Cuenta con una aceptable producción que se verifica en la fotografía como en el montaje y el plantel actoral en donde se destaca Brody que con buen oficio hace relucir el film.

El guión narra desde lo visual (si esta película fuera silente se comprendería igual) mientras de los pocos diálogos y monólogos reflexivos introspectivos muchos están de más, sobran.

Una película muy "aceptable", lo cual para estos tiempos está muy bien. Peores cosas, mucho peores, hay en Netflix y sin embargo sus usuarios siguen pagando para seguir viendo peores cosas sin que nadie parezca protestar por ello.