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Sudán Sudán · Lasinfàn Tasmela
Críticas de Ok Rick
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Críticas 88
Críticas ordenadas por utilidad
9
18 de julio de 2008
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los personajes de Peckinpah (al menos en sus mejores películas) siempre se han movido entre un viejo mundo que se acaba y que se resisten a dejar, y un nuevo mundo al que saben que nunca se adaptarán y al que se oponen (en algunos casos hasta la muerte).

Ejemplo la conversación entre Garret (Coburn) y Billy The Kid (Kristofferson):

-Los tiempos, Billy, están cambiando
-Los tiempos quizá, pero yo no.

O el viaje de dos hombres maduros en Duelo en Alta Sierra, o ...

En esta admirable película los personajes se encuentran en esa encrucijada. Holden y sus compañeros son veteranos que no comprenden un mundo que ha comenzado a cambiar y en el que incluso industrialmente ven "caballos" con ruedas.
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Ok Rick
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8
4 de octubre de 2008
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quieren reir durante dos horas? ¿Quieren olvidar durante ese tiempo los problemas del mundo? ¿Desean divertirse verdaderamente? Pues bien, apresúrense, (re)visionen esta magnífica película.

Dirigida por un Blake Edwards que ya anticipa su gran mano para la comedia (aunque para él nunca tuvieron que acabar los 60), el film nos cuenta como el día que va a llevarse al desguace el submarino The Sea Tiger su antiguo comandante, unas horas antes, rememora a través del diario de abordo lo ocurrido en él a finales de 1941.

Basándose en una serie de flashbacks sólo interrumpidos por planos del autor del diario o de éste mismo, se nos narran las vicisitudes del submarino en una época tan crítica para la marina de USA: desde el 10 de diciembre del año mencionado (el 7 se había bombardeado Pearl Harbor) en adelante.

Pero aunque el clima es bélico y existen escenas de acción (repetidos bombardeos japoneses), la comedia, incluso en esas escenas, resulta hilarante. Recordemos que Edwards también es autor de la antibélica ¿Qué hiciste en la guerra, papi?.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ok Rick
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8
9 de enero de 2009
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
William A. Wellman fue uno de esos "artesanos" que magnificaron el Hollywood clásico. Por artesano entendemos, más o menos, aquel director cuyo nombre pocas veces se cita en las listas de turno (ni se reivindica) pero que por calidad y cantidad de producción se hizo con un importante hueco en la mencionada meca del cine. De Cukor, Wyler, Ford, etc. se menciona su nombre; de Curtiz, Wellman o Siodmak sus películas, pocas veces asocidas a su autor. El caso más excepcional sería el de Casablanca, obra del primero: Bogart, Bergman, la Marsellesa, el final, los diálogos, Paul Henreid, problemas de rodaje, Peter Lorre, every body comes to Rick, no se sabe el final.... y no se nombra a Michael Curtiz.

Wellman, excepcional director (evitemos eso de artesano), se caracterizó como muchos "de sus compañeros de grupo" por realizar incursiones afortunadas en diferentes géneros: bélico (Alas), gángsters (El enemigo público), comedia (La reina de Nueva York), drama (Ha nacido una estrella) o western (Caravana de mujeres, Incidente en Ox-Bow).

En esta ocasión tocaba el género de aventuras, en su versión aventuras coloniales. Este subgénero, por su parte, está salpicado de películas excepcionales: Tres lanceros bengalíes, Gunga Din, El hombre que pudo reinar, etc. El escenario aquí, la Legión Extranjera francesa, al igual que en Marruecos (de Stenberg); y Gary Cooper repitiendo uniforme que, la verdad, le sienta de miedo.

(Ay, esa escena final de Marruecos con los zapatos de la Dietrich).

Beau Geste es una gran película de aventuras. Narrada casi toda ella a través de dos flash backs (uno de ellos ocupa gran parte del metraje), se nos cuenta la razón por la que tres hermanos huérfanos acaban enrolándose en el cuerpo militar citado y su lucha contra los tuaregs en el desierto africano.

Mezclando sabiamente sentido del humor y acción, junto al requerido tono épico de estas cintas, Wellman (siguiendo la novela de P.C.Wren, adaptada por Robert Carson) nos ofrece una cinta sin concesiones, con un ritmo endiablado. Y se le agradece que no introduzca discursos políticos innecesarios que estorben la trama (sólo se deslizan dos o tres frases) y justifiquen el colonialismo (léase ocupación de otro territorio con fines económicos y políticos).

Destacar, cómo no, al gran Cooper (el mismo personaje en su juventud está interpretado por Donald O'Connor y, no, no hay número musical) y a su lado a Ray Milland. Y además, el sargento Markov (excepcional Brian Donlevy), duro, codicioso, despreciable, un hijo de puta pero gran soldado, características que hemos vuelto a ver en miles de ocasiones en el cine (quizá sea referente de los instructores de Oficial y Caballero o La chaqueta metálica). O, también, una guapísima Susan Hayward en uno de sus primeros papeles.

Excepcional película, pues, que garantiza diversión y ansias de reivindicar a todos esos grandes directores olvidados o infravalorados.
Ok Rick
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8
2 de octubre de 2008
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica película bélica dirigida por un Frankenheimer en plena forma, basada en los momentos previos a la liberación de París por parte de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial y la consiguiente desbandada del ejército alemán.

En medio del caos reinante, se nos narra la historia de la resistencia, inmersa aquí en el sector ferroviario, que intentará evitar que un cargamento de cuadros franceses parta rumbo a Alemania. Pero sobre todo se nos hace reflexionar sobre una cuestión: ¿qué tiene más valor, la vida de un puñado de hombres o los mejores cuadros del mundo? Porque esta es la principal cuestión que plantea El Tren.

La primera de las premisas (la vida) es defendida por Labiche (magistral Lancaster), quien se ve solo en defensa de su tesis frente a todos sus compañeros. No obstante, llegará a arriesgar su vida por "esas pinturas".

Frente a él, Von Waldheim (un gran Paul Scofield), a quien no le importa el devenir de sus tropas, sino que los cuadros franceses lleguen a Alemania.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ok Rick
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8
3 de octubre de 2008
22 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero, ruego se me permitan 2 reflexiones:

1- ¿Quién por encima de los 30 no ha visto esta película un fin de semana por la tarde y en familia? Recuperen tiempos pasados. Visionenla un sábado a las 16:00 y, si lo hacen en DVD pongan un papel a la derecha de la televisión que ponga TVE1(aquellos tiempos de la uno y el uhf).
2- La próxima vez que me encuentre ante un listado de al menos los mejores 10 directores de cine y no vea a Lang, creo que recurriré a la vía judicial.

Una vez más, Fritz Lang nos muestra aquí su habitual maestría en un film de encargo, rodado en decorados, adaptando una novela de J. Meade Faulkner y puede que algo lejos de sus géneros más habituales (aunque sí trataría el de aventuras en repetidas ocasiones, y ésta en definitiva lo es).

John Mohune, tras la muerte de su madre, vuelve a las antiguas posesiones de su familia arruinada en busca de un hombre que amó su madre: Jeremy Fox, contrabandista bajo aspecto de caballero. Con este simplista punto de partida, el maestro completa una buena película de aventuras de capa y espada (aunque no haya mucho de una ni de otra) que en todo momento mantiene la atención del espectador y una sonrisa esbozada en el rostro (la actuación del niño John Whitely lo requiere).

Destaca ,ante todo, la interpretación de Stewart Granger, quien en esta clase de películas parece no tener rival. Es el personaje mejor construido: mujeriego pero enamorado de una mujer del pasado, todo un caballero, excéptico pero de gran corazón. Junto / frente a él, el gran George Sanders en un papel poco definido que constituye una de las grandes oportunidades perdidas del film (a Sanders hay que darle juego, siempre).

Y todo ello aderezado por la música de Miklòs Ròtzsa. Y uno de los bailes más sensuales de la historia del cine: el de la salvajemente bella gitana que aparece en el film.

Volvamos a ser niños durante 90 minutos.
Ok Rick
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