La película va sobre un videojuego cuyo protagonista cobra conciencia y le pide a su programador (Lambert) que lo borre. Este se embarca en una serie de aventuras para intentar llegar conseguir el borrado en la base de datos de la poderosa compañia para la que trabaja...

A priori parece interesante y algunas cosas lo son, pero el protagonista se pierda dando vueltas y nosotros todo el interés por la peli, que acaba mezclando muchas cosas y termina en nada.

Basicamente me ha perecido eso, una paranoia. Escenas inconexas, montaje lioso, personanjes que sufren desdoblamiento de personalidad y oyen voces que dicen cosas sin sentido...

En la primera hora la trama se sigue, con cierta dificultad pero se sigue, pero luego empieza el sinsentido que hace perder todo el valor a pelicula.

Lo salvable: la actuación del protagonista no esta mal del todo viendo el tipo de películas en las que se mueve, algunas escenas inovadoras y el estilo visual.

¿Qué le queda a una comedia que no tiene gracia? Pues poco la verdad. Y éste es el caso.

Los únicos intentos por hacer reír provienen del trío de protagonistas masculinos. Uno se limita a imitar a Mariano Ozores, y ahí se queda la cosa porque no acaba de decir una frase completa. Y los otros dos se pelean como niños pequeños, como ejemplo: uno abre la puerta, y le dice al otro: pasa tú. No, no, pasa tú. Y acaban quedando atorados al intentar pasar los dos. ¿Es esto humor inteligente?

En cuanto a la parte musical esta metida con calzador, aunque esta vez desafinan mucho menos.

Empecemos por lo evidente: a esta película le sobra metraje por todos lados. Solo hay que ver los primeros 15 minutos para darse cuenta que Sergio Leone se va a tomar su tiempo en plasmar la vida de estos mafiosos, desde que son niños hasta que son adultos.

Hay escenas que se alargan inncesariamente y en otros puntos parace que hicieran falta más metraje, como en el final, algo atropellado. Ayuda a mantener el interés un montaje no lineal.

Donde realmente veo valor a esta cinta, más que en la historia, es en la producción. Los escenarios son majestuosos, con una profundidad y riqueza en detalle sublime. Abundan los planos con cientos de extras dando la sensación de que estamos ante una superproducción clásica

Lo siento pero no. Esto lo hacen aquí y se me cae la cara de vergüenza, desde el discurso inicial de "somos policías, si te portas mal iré a por ti porque yo soy la ley" hasta un final inverosímil que no pega con el tono del resto de la película.

¿Por el medio? Diálogos anodinos, tópicos, un argumento hilado de manera muy burda y un rodaje mitad primera persona mitad tercera que no acabo de entender muy bien.