No hay problema por hacer una película en la que ya se conozca el final, siempre y cuando por el medio haya una trama interesante. El problema es cuando ya se sabe todo lo que ocurre, porque se lo han currado de tal forma que han transformado un soso y poco original flashback de la primera entrega, en 90 minutos sin contar absolutamente nada nuevo. Tiene mérito, ¿cómo han conseguido rellenar tanto entonces? ¿introduciendo nuevas facetas de los personajes que ayuden a comprender mejor su trasfondo y de paso enriquecer su personalidad? qué va, ¿convirtiendo los ya conocidos sucesos en escenas memorables y emocionantes mediante un buen guión? diría que tampoco.

Lo normal en este tipo de chapuzas fílmicas, es compensar la falta de talento con unos pocos fuegos artificiales y mucho ruido, ¡pero no! aún encima las secuencias de acción son un bodrio y los efectos especiales muy cutres, queriendo ser disimulados de aquella manera con la típica atmósfera de oscuridad que no te permite ver nada con claridad. Esta entrega es un completo despropósito. Si aún estás a tiempo por favor no la veas. FIN.

Al fin vuelve Batman. Hablo del verdadero, el Batman que siempre debió ser, el personaje tenebroso, el caballero oscuro. Esta es la película que se merece, la que tenía que hacerse.

Las mejoras obras son aquellas que te hacen viajar hacia mundos misteriosos y fantásticos, o hacia lo más profundo de una emoción. El caballero oscuro es un viaje hasta la desquiciada mente de un perturbado, la complicada filosofía de un Joker. Esta vez sí que está como una cabra, pero es más frío y calculador, desconocemos el origen de su locura, pero nos encanta, y cuando se pone serio, es desconcertantemente convicente en su discurso, ¿y si Joker es el más cuerdo de Gotham? es una cuestión muy sugerente, y un concepto tópico en los personajes lunáticos; obviamente no está bien de la azotea, pero casi todas sus reflexiones son de un razonable abrumador, aunque luego esté el enfoque psicópata que le aplica, sello personal de Joker. Me ha gustado la obsesión que coge con Batman, le fascina, le divierte y hasta le adora, ese tipo que viste de murciélago partiéndose la espalda por hacer el bien en una sociedad corrupta y con poca esperanza, por salvar unas almas ya sentenciadas. Para él, Batman es un loco, pero es distinto, y eso le divierte, y juega a sacarle de sus casillas, es fantástico.

Este puzzle tiene muchísimas piezas, y todas encajan a la perfección. Estamos ante un guión muy rico, es largo y sin embargo nada sobra, creo que se nota cuando hay calidad y buenas intenciones, y sobre todo, una historia que contar. Batman es un héroe serio y maduro, no tiene tiempo para sonreir, su enemigo no ofrece tregua y la ciudad por la que tanto ha luchado va sumiéndose poco a poco en la anarquía y el miedo. El reinado de terror de este nemésis parece no tener fin; tras una correcta primera mitad de película, el asunto empieza a desmadrarse, y no para de hacerlo exponencialmente hasta un inolvidable final. La trama de la evolución de dos caras es buenísima, se trata de un personaje tan cuidado y profundo que bien podríamos hablar de una película dentro de otra, enlazadas en perfecta armonía. Qué más decir, todo es magnífico: efectos especiales, BSO, estética, atmósfera, Gary Oldman y el resto de secundarios ... Espero con ansia poder disfrutarla en HD y versión original para deleitarme como es debido con la sublime actuación de Heath Ledger.

Estaba perfectamente advertido de la basura que me esperaba si veía esta película, pues había leído previamente las críticas de otros usuarios; aún así pensé que quizá no fuera para tanto, posiblemente algo a lo que ponerle un simple "flojo". El caso es que, un par de amigos, de éstos de risa fácil y generosa, y yo, nos pusimos a verla (sin pagar un euro). Ellos, muy inocentemente, contaban con echar múltiples carcajadas; y yo, esperaba que con tamaña predisposición, la cosa resultara hasta divertida. Pues bien, ni un atisbo de risa durante toda la película. Nosotros, que disfrutamos a menudo con el humor absurdo y gamberro, no encontramos en esta patraña nada que mereciera la pena. Porque lo absurdo requiere de un mínimo de inteligencia, y lo gamberro no es necesariamente lo grosero y lo soez.

Lo menos peor:
- Leónidas con aparatos (vale, estuvo simpático)
- La batalla de baile (no es gran cosa, pero me gustó)
- Tener algo de lo que rajar con tus amigos

Lo peor: todo el resto
- Leónidas es gay, lo cual da para el 80% de los chistes
- Paris Hilton
- Se supone que Gerges tiene que hacer gracia por ser obeso
- Aunque para muchos usuarios, Carmen Electra sea lo único que se salva, yo digo que no viene a cuento
- El recurso de los concursos de TV
- Cargarse a una buena película como 300
- Saber que hay gente que ha pagado por ver esta chorrada
- Saber que hay gente que vive y vivirá de ésta y otras chorradas

Puede que el guión sean 20 líneas mal contadas, puede que la trama sea más simple que un botijo, puede que Stallone esté hecho un auténtico vejestorio, pero... No me importa, porque uno no olvida que se trata de Rambo IV, y Rambo fue lo que obtuve; es decir: héroe a la antigua usanza, parajes exóticos, nulo guión, muerte, sangre, destrucción y muchos headshots.

Esta película tiene tantos defectos como otras que ahora mismo ostentan un señor UNO como calificación. La diferencia es que con John Rambo, no me he aburrido ni un solo momento en hora y media; y cuando terminó, tenía ganas de más. Y sí, ¿por qué no? a veces nuestra opinión de una película puede reducirse a algo tan simple: ¿me he divertido?

El exceso puede no ser un defecto sino un recurso a veces eficaz. Wanted se excede demasiado, y a pesar de ello no consigue despertar ninguna emoción mínimamente contudente. ¿Por qué? porque la acción y lo impresionante de las secuencias se apoyan únicamente en lo increíbles y difíciles que son los disparos; y los personajes que los realizan carecen de ningún carisma, y eso que el protagonista y su trasfondo están diseñados para vernos identificados en él y así desarrollar cierta empatía, pero no acaba funcionando, ¿por qué? porque es muy obvio; al espectador no hay que forzarlo, hay que sugerirle con delicadeza, al menos en mi caso.
Angelina Jolie interpreta a su personaje sin problemas, porque siempre hace de chica dura sexy, y eso consiste en poner cara de palo, apretar los morros y menear bien el culo al andar. Al acabar la película, ya no te importa la mierda de trama ni los personajes, lo único que puedes recordar es una maldita bala trazando curvas, o su magnífica moraleja de asesinar como acto de realización personal, ego, autoestima, prestigio y distinción.