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España España · Granada
Críticas de Yanpol64
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Críticas 25
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
28 de mayo de 2014
77 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Ay, ay , ay, amigos cinéfilos inteligentes! ¿Cómo podéis emocionaros, cómo podéis quedaros tan anonadados con este guión tan trasnochado? Por supuesto que es una de esas maravillas visuales de los pioneros, que tiene una estética magnífica, expresionista, creativa, germinal... Pero, por favor, la historia también tiene unos aspectos ridículos con unas moralinas y una moralejas verdaderamente rancias. No pretendo juzgarla tampoco con elementos anacrónicos desde el punto de vista de nuestros valores actuales, pero es que en los Años 20 había una cultura mucho más adulta, madura y trasgresora; así que juzgar la historia como puritana, ejemplarizante, pueblerina, meapilas, infantil... no es tratarla con injusto anacronismo, sino la pura verdad (también para los occidentales de hace 90 años). A la hora de valorar una película no se puede dejar desconectada una cuarta parte de nuestra sensibilidad cerebral. La película es indiscutiblemente valiosa, por supuesto, y preciosa por su belleza, por su ritmo, por su riqueza narrativa, por su significado artístico e histórico... pero su mensaje y su historia poseen aspectos de una innegable puerilidad.
Yanpol64
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Searching for Sugar Man
Documental
Suecia2012
8,0
28.313
Documental, Intervenciones de: Sixto Rodríguez
9
27 de abril de 2014
80 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguramente cualquiera de nosotros habrá visto documentales más fieles a la realidad, más profundos, más sesudos, más serios, más científicos, más objetivos, más desgarradores, más terribles... pero yo no recuerdo haber visto un documental artístico tan poético ni con esa capacidad para conmover sin exageraciones ni melodramas. A pesar del meloso título del “hombre azúcar” el documental arranca algunas furtivas lágrimas, auténticas y saladas, y no lagrimones fáciles y edulcorados.

Por supuesto que no podemos olvidar que es cine y que es ficción, así que como toda obra de arte es imposible que deje de ser una bella y tramposa recreación. Algunos puristas le recriminarán a Malik Bendjelloul que un “documental” no puede permitirse la deshonestidad de esconder información, que un guionista no debe de hacerse el tonto para forzar el suspense de una trama artificial, que un documental no tiene que engañar al inocente espectador amputando acontecimientos que podrían estropearle su bonita historia... Vale. Pero aunque esos puristas tengan bastante razón (sobre todo si fuese un documental con pretensiones de científica objetividad histórica), yo creo que esos supuestos “defectos” que le achacan son en realidad virtudes necesarias en una película como esta, que si adopta el formato de “documental” es sólo para engañarnos, emocionarnos, intrigarnos y fascinarnos... mejor. O sea, justo lo que debe proponerse siempre el buen cine, la buena literatura y la buena religión.

Y es que la película tiene una componente espiritual casi mesiánica: J. Sixto Rodríguez, un cantautor fracasado -surgido de la inmigración mejicana en una Detroit decadente- no consiguió ser profeta en su tierra y acabó autoinmolándose en el escenario. Aunque, maravillosamente, su mensaje cruza los océanos y acaba germinando y resucitando en otra tierra lejana y oprimida, la Sudáfrica del apartheid. Años después, dos de sus fans, a modo de fieles discípulos, iniciarán la búsqueda de la auténtica historia de su admirado ídolo fantasmal...

Puede que no se cuente toda la verdad, pero todo lo que se cuenta sí es verdadero. Aunque lo importante es que -como tantos otros han dicho antes- esta historia de esperanza y de redención es iluminadora, fascinante, preciosa y conmovedora. Es una historia al mismo tiempo modesta e impresionante, inverosímil y cierta, triste y feliz, cruda y poética, pesimista y esperanzadora. De modo que cerrar el corazón ante Jesús Sixto (Rodríguez) y privarse de su música (terrenal) es una carencia imperdonable que desde este púlpito pretendo -nunca es tarde- ayudaros a salvar. Amen.
Yanpol64
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2
17 de marzo de 2014
62 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ja, ja ¡qué película más mala! No le pongo un "1" porque quiero diferenciarla un poco de algunas otras películas aún peores y porque considero que tiene algo valioso: sirve para identificar el mal gusto y la sensibilidad cinematográfica atrofiada de, por ejemplo, algunos críticos de cine profesionales que la comentan aquí mismo en la ficha de Filmaffinity.

Como en otras ocasiones, me ha sorprendido Oti Rodríguez Marchante del ABC (¡Ja, ja, a este despistado ilustrado le gustan todas!). Tampoco le pongo un "1" porque me ha divertido bastante con una de sus más patéticas características: estaba viéndola con mis niños, y cuando parecía que había terminado -y que me libraba de ella- con su clímax musical y melodramático... pues no, continuaba la muy puñetera ¡y así... hasta cinco veces, ja, ja... de modo que nos partíamos de risa esperando asombrados un nuevo final tras otro!... ¡Y seguía, y llegaba otro "final", sí, y cada nuevo final tan ñoño, cursi y edulcorado como el anterior! Qué risa...

Es un pastiche de lugares comunes, incluidas esas magias chorras típicas de aborígenes (magias cuyo poder queda demostrado en como les ha lucido el pelo a estos pueblos desgraciados ante el empuje caníbal del imperialismo occidental). Innecesario seguir. Todo un monumento a lo grande (¡qué medios, que paisajes, que encuadres!) a la impostura más ridícula, sí, a ese tipo de impostura que sólo pueden disfrutar niños inocentes, adolescentes limitaditos, o miembros destacados del Despistadismo Ilustrado...
Yanpol64
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9
2 de diciembre de 2013
67 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
He vuelto a ver El beso de la muerte y me ha parecido aún mejor que hace años. Los verdaderos clásicos incluso mejoran con el tiempo, sobre todo, naturalmente, si se ven en versión original. Los actores de reparto, como en toda obra maestra, son creíbles, veraces y convincentes. Sólo el decepcionante final -con una precipitada narración en off, que ya sobra desde el mismo comienzo de la película- estropea la que hubiera sido mi valoración máxima.

Engancha desde el principio con un inquietante suspense (¡ese maldito ascensor!) que no requiere de aspavientos ni trucos para ser intenso; e igualmente emocionan ciertos momentos melodramáticos con una elegante contención narrativa y expresiva... semejantes en eso al adusto rostro de Víctor Mature. Éste hace un papel magnífico como Nick Bianco, a pesar del sambenito de su torpe hieratismo: comunica más con los movimientos de sus pupilas que cualquier otro posible actor carismático, que hubiera estropeado la esencia del personaje.

Brian Donlevy interpreta con estilo y credibilidad a su personaje policial, al igual que Taylor Holmes a su convincente abogado mafioso. Por supuesto, Richard Widmark está genial, y casi todos aceptamos que el psicópata al que da forma – Tommy Udo- merece un puesto más elevado aún en la iconografía del cine negro. Pero lo curioso es que casi nunca se menciona apenas el estupendo papel de Coleen Gray, cuyos besos de vida –a pesar de las sombras de muerte- están cargados de ternura, de tenacidad y erotismo. Sin necesidad de subrayar sensualidades exageradas el guión deja vislumbrar la intensidad de su deseo: siempre estuvo enamorada de Bianco y los besos que él le da la ponen tan cachonda que hasta se marea. Besos de vida húmeda, a pesar de la sequedad amenazante...

El guión de Ben Hetch y Charles Lederer (los mismos de la fantástica Luna Nueva de Howard Hawks) es magnífico, pero queda algo estropeado por esa moralina ejemplarizante (sobre todo en off) forzada por la manipuladora censura de la época. La fotografía de Norbert Brodine también está en la línea del mejor cine negro. Y la verdad es que Henry Hathaway dirige todas las escenas con una fuerza contenida, un pulso, una tensión y una sobriedad... magistrales, con algunos conocidos momentos excepcionales.
Yanpol64
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6
30 de octubre de 2013
47 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues eso. Una película para todos los públicos completamente previsible, moralizante y cobarde (no se atreve, no, ni con el dolor, ni con el clasismo ni con la crueldad). Pero no me parece mala del todo porque está hecha con gracia (tiene algunos golpes divertidos) y porque al protagonista le gusta Earth, Wind & Fire (y comparto con él ese disfrute placentero y bailón de la música soul, funky, disco...). Las mejores canciones son el "Feeling Good" de Nina Simone y el temazo de Terrie Callier "You're Goin' Miss your Candyman" (un temazo que, por cierto, se samplea en la famosa canción anglo-francesa "Listen" de los Urban Species). Por supuesto, dan ganas de bailar -o mover sólo la cabeza (en el peor de los casos)- con las canciones "September" y "Boogie Wonderland" de los deliciosa y fantásticamente horteras Earth, Wind & Fire. Si no fuera por estas 4 canciones a la película sólo le pondría un 4.
Yanpol64
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