Amparada por una cierta publicidad que nos emparentaba la película a cierto cine venido del este con una ritmo frenético, Everythng... se va diluyendo a medida que pasa el metraje. Si el principio es un intento de agarrar al espectador a través de una futura peripecia iniciatica para el protagonista, la historia va diluyéndose con la ayuda de una música que va perdiendo fuerza, personajes que pierden su razón de ser y un ritmo narrativo que acaba muy flojo.
Tiene connotaciones del cine de los Balcanes, con música folclórica, con mucha trompeta (en el cine de Kusturica ese tono músical marca la identidad de su cine), pero finalmente se queda en una historia un tanto desdibujada y con poca profundiad aunque los enunciados de los temas son muy interesante.

Estamos en un momento cinematográfico en que empiezan a verse historias sobre generaciones, sobre relevos generacionales, sobre la vida, sobre como ven nuestros cienastas eso de crecer vitalmente.
Días azules habla de eso pero habla desde el punto de vista de lo difícil que es crecer, de como getionar el paso del tiempo, sobre todo en esa franja de edad que comprende el paso de la juventud a la madurez.
Aunque el principio de la película se pierde en los entresijos de las andanzas nocturnas de los 3 hermanos la película se desarrolla poco a poco contándonos las reacciones de estos, las relaciones entre los amigos/as de la pandilla. Pero la historia crece en el momento del paso del tiempo, de como los 3 han crecido y como se relaiconan entre ellos.
Aún con las limitaciones de un ritmo demasiado pausado es una película tierna y que te plantea muchas dudas y muchas preguntas en torno a esa edad comentada.
Recomendable.

Una maravillosa historia de dolor y amor. Extraordinaria fotografía que nos transmite una serenidad de los personajes frente a tanto incoherencia y arbitrarismo en esa sociedad que se consolida en la actualidad como una potencia económica pero que socialmente es una continua referencia a un pasado superado por el devenir natural de los hombres.

Es difícil no sentirse atraido por una historia como la que narra Becker en este su último film no por la forma de contarla sino por el contenido real de lo que cuenta. El personaje central nace rápidamente con un estigma encima de si mismo que le elimina de cualquier simpatía que pueda transmitir al espectador. Consigue desconcertar a éste desde el primer minuto y transmitir una negatividad que sólo consigue subir a medida que avanza la historia. Pero, ¿ Becker desea que el espectador sienta lástima, pena, por un personajes que destruye todo lo que hay a su lado?. El desenlace de la historia permitirá al espectdor decidir, al final, si Antoine es una víctima o hace víctimas a los demás por partida doble. En un desgarrador relato, Antoine se autodestruye hasta límites inimaginables y de paso destruye todo lo que ha sido protagonista en su vida hasta ese momento. Si deseara el bien a los que le rodean no podría hacerlo peor en su caida a los infiernos. Excelente trabajo de Dupontel del cual teníamos excelentes referencias en Doctor Sachs o Bernie aunque en la misma línea de personaje difícil digestión.

Buena historia de gente que no conoce, ni siquiera, Benidorm cuando está a pocos kilómetros de allí. Gente desarraigada porque este mundo desarrollado al que vienen para salir de la miseria de su país no es el que esperan. Aunque algo histriónica la Berrokal, Yoima Valdés plasma un talento artístico fuera de toda duda. La historia es interesante y aunque pierde algo de intérés en la parte media, tiene un final precioso, sin estridencias, sin sentimentalismos superficiales y con una canción preciosa de Carlos Varela.