Tragicomedia de excelente factura sobre el ámbito laboral, un campo donde el cine no se prodiga demasiado y por eso se agradece todavía más. Aquí no sale títere con cabeza y la crítica es igual para el empresario como para los trabajadores, juntos en el mismo barco y dispuestos a lo que sea para defender sus intereses.

Javier Bardem se enfunda el traje de mandamás con una naturalidad pasmosa, como si su oficio fuese empresario en vez de actor. Él es el protagonista de todas las escenas, el que interviene como víctima o verdugo en todos los conflictos.

El concepto de equilibrio juega un papel interesante en el guión. Los conflictos aparecen, la báscula se desequilibra, y cuando se intenta reparar se desequilibra todavía más. Mientras, el humor se mezcla con el drama y ambos se refuerzan. Escenas surrealistas, satíricas o de humor negro se funden con otras dolorosas generando una tensión constante.

Cine crítico que divierte y hace reflexionar. Suerte en los Óscars!

Genial comedia, justa merecedora del montón de premios que ha recibido. Además de ser divertida, es una brutal sátira contra la ineficiencia de funcionarios y organismos públicos varios (lo que despertará empatía en muchos espectadores) y una denuncia descarada del efecto pernicioso de las nuevas tecnologías.
En Adiós, idiotas, el humor surrealista reluce desde el principio dando lugar a situaciones rocambolescas presentadas de un modo convincente y alocado al mismo tiempo. El humor negro también aparece todo el tiempo de la mano de personajes con enfermedades o incapacidades que protagonizan situaciones irrisorias que bordean la risa y el llanto.
El ritmo del guión es constante y el metraje justo, así que el espectador se deleita sin pausa de principio a fin, disfrutando asimismo de algunos guiños melodramáticos.
Los actores, a pesar de algo estereotipados, cumplen bien con su papel. Mención especial para el ciego mujeriego, responsable de las escenas más grotescas.
En fin, una comedia con mucho tirón de orejas. Chapeau!

Sensacional pelicula hecha con inteligencia, cariño y grandes conocimientos sobre el arte del amor. Con un abanico de actores en estado de gracia, Rohmer nos ofrece una comedia romántica que aparenta ser una película ligera sin pretensiones y, en realidad, camufla un verdadero tratado sobre las emociones humanas.

Al igual que Sueños de una noche de verano, esta película muestra el cortejo como un juego donde los participantes juegan con gracia y desparpajo, crecidos con la energía del verano y el contacto directo con la naturaleza.

Cuento de verano habla sobre el amor, la amistad, el deseo, la soledad, la juventud, la madurez…El ritmo no es rápido sino intenso y regular, justo para mantener la tensión narrativa de principio a fin. La escenas son largas aunque no les sobra ni una palabra, al igual que París Texas (por ejemplo) y el final está a la altura de resto, muy lejos del melodrama y muy cerca de la excelencia.

En fin, una joya de película llena de ternura y sensualidad, todo un retrato psicológico del cortejo y la fuerza indómita de un instinto que a veces hacer perder la razón.

Calificada por los usuarios de Filmaffinity como la película mas rara que han visto, Mulholland drive es una película brillante si le dedicamos el tiempo que merece y nos mentalizamos para disfrutar algo diferente. Y mejor todavía si, a posteriori, investigamos las sutilezas del guión.
Pocas películas ofrecen un guión tan complejo y poliédrica, tan abierto a numerosas interpretaciones, con endiablados cambios de roles y continúas referencias oníricas.
El bueno de David Lynch mantiene al espectador tratando de resolver el rompecabezas y, mientras tanto, nos regala con escenas cómicas surrealistas que recuerdan a los hermanos Coen.
Todo el reparto está sobresaliente, más si cabe con unos planos que desnudan las expresiones al mínimo detalle. En este aspecto, el dúo femenino exhibe una sensualidad tan explosiva como verosímil.
Para algunos una película snob y sobrevalorada. Para mí, una obra con un guión, interpretaciones, ritmo y suspense fuera de lo común donde Lynch maneja el espectador como un verdadero prestidigitador.

Otra fenomenal película de la factoría Pixar, con un tema a medio camino entre Coco e Inside out. Otra película para saborear pequeños y mayores, para divertirse y aprender lecciones de vida.

La animación 3D destaca por su perfeccionismo y su originalidad. Pixar hace reales los escenarios más inimaginables, y lo hace con enorme inteligencia, humor y sensibilidad.

Soul se sumerje en el mundo del jazz York y la cultura afroamericana, temas que han tocado recientes películas. Aunque algo idealizado, Soul ofrece un enfoque auténtico de estos temas a través de personajes muy humanos que sienten todo tipo de emociones, una habilidad que Pixar ya exhibió en Inside out.

El guión es muy original y, el ritmo, frenético e hiperestimulante. Yo he necesitado verla dos veces para entender bien el mensaje y disfrutar todos los detalles. Asimismo, Creo que la trama es un poco confusa y podría haberse simplificado un poco.