Sobrecogedora película con la sensibilidad de Zhang Yimou. Adaptación del libro Las 13 mujeres de Nanjing de Geling Yan ambientada durante la Masacre de Nankin.

Fue terrible lo que ocurrió en Nankin. Es normal que Zhang Yimou muestre con toda crudeza y desde el lado chino lo que si vivió en su país durante la ocupación japonesa. Es normal que este posicionado y es normal que desde su punto de vista los japoneses sean los malos. La masacre de Nankin fue real, a las mujeres las mataban luego de violarlas con palos de bambú en la vagina y con la bayoneta, tal y como se muestra en la película. En ese aspecto Zhang Yimou no se inventa nada. Es pues una película con corazón chino y es una película patriótica china, que a cualquier persona hace estremecer. Ya que cuenta una terrible historia en ese contexto, en la que ocurrieron cosas como las que narra la película.

Además tiene unas escenas de guerra notables. Excelente la lucha del soldado. Para disfrutar la acción de este tipo. La ambientación también, y bueno, no me parece que éste papel le exija mucho a Christian Bale, pero lo hace muy bien. Al igual que el resto de actores. Salvo el comandante japonés que toca el piano. No acaba de convencerme.

En fin, gracias Zhang Yimou por hacer esta película.

La primera vez que vi esta película no me gustó. Me decepcionó bastante, porque los libros de Sven Hassel son geniales. Sin embargo de cuando en cuando la vuelvo a ver y cada vez me gusta un poco más. Considero que esta película de bajo presupuesto plasma muy bien la mentalidad de los personajes de Sven Hassel y creo además que es más fácil disfrutarla cuando los conoces. Creo además que es una película entretenida al margen de que se conozca o no los libros. ¿Qué los tanques y demás vehículos no son los que dicen que son? ¡Que más da! Las películas no son todas trabajos de historia, ni documentales, ni todas disponen del mismo dinero para su realización. Esta película es entretenida.

Es además la única ocasión que en el cine hemos tenido de ver a los personajes de Sven Hassel. ¡Bravo!

Casi cien años después, sigue siendo un peliculón. Solo con ver a Lon Chaney, no solo como está caracterizado, sino como actúa, y la vida que le da al personaje, que probablemente haya sido hasta la fecha el mejor Quasimodo del cine, la película alcanza las notas más altas de la puntuación. Si a ello se le suman unos decorados magníficos y un guion con una adaptación interesante del libro, la película consigue para mí el diez, por méritos propios.

Ciertamente hay cosas en las que se puede mejorar, pero creo que las pensamos una vez que ya han transcurrido casi cien años y estamos acostumbrados a todo el cine que se ha hecho desde entonces.

Hay que pensar que aunque lleva música es cine mudo y que una de las teorías por las que el cine llevaba música era para tapar el sonido del proyector. Por lo tanto, siendo 1923, aun faltaban seis años más de cine mudo, aunque en 1927 se hubiera estrenado El cantante de Jazz. Por lo tanto hay que ser consciente de como era el cine en aquellos años para comprender la grandeza de esta película y lo enorme que resulta Lon Chaney.

Es más. Hoy en día, sigue siendo un placer poder ver esta película, puesto que sin lugar a dudas es cine con mayúsculas.

Excelente película. A ritmo de western, eso sí. Tiene acción pero no de una forma trepidante. Sin destilar adrenalina. Todo es pausado, con locales de carretera y porches donde se bebe cerveza constantemente. Paisajes tejanos, con puestas de sol y calor, donde la brisa que dicen que sopla a veces, solo se intuye de noche, por la manta que usa Jeff Bridges. Sol cegador y gafas de sol. Polvo de los lugares áridos. Cowboys, petróleo y bancos. Pueblos donde la gente no deambula por las calles. Todos con sombrero y marcas de sudor en las camisas. La mayor parte de los personajes tienen una cosa clara, defiendo lo mío como sea. Tengo derecho a defender, mi casa, mi tierra y a mi gente. En ese entorno, los protagonistas principales adoptan una resolución. La película es la historia de esa resolución.

Los otros, es decir, los rangers, son conscientes de la injusticia social, pero defienden la ley con convicción. Para el mayor, su vida es eso. No hay nada más.

Me ha encantado.

No voy a compararla con superproducciones de otros países, ya que no me parecen justas las comparaciones. Creo que cada película es única, y debe ser individualmente examinada, salvo los remakes.

Creo que estamos ante una película excelente, que muestra la devastación y crudeza de una guerra de una forma natural. Sin recrearse en las escenas dantescas, que sin embargo se suceden constantemente por el hecho de que el contexto es una guerra. Y como tal, la guerra sirve a la historia que se nos cuenta. No es su fin, mostrar la guerra.

La guerra está ahí en todo momento. Con unas escenas muy bien filmadas y muy bien fotografiadas. Con medios y buenos planos. Un montaje trepidante en los combates cuerpo a cuerpo, que permiten seguir las luchas sin equívocos. Creo que pocos combates cuerpo a cuerpo se ven en el cine bélico, del nivel de los de esta película.

Memorable la irrupción en el frente de batalla de China. Con toda la amplitud de lo que pudo haber sido un ejército chino cargando. Cubren la montaña.

Decía que la guerra está presente en todo momento, pero no es la protagonista. La historia de los dos hermanos me parece preciosa y no necesita, excesos empalagosos para provocar sensiblería. La música lo hace y los eleva por si solos. De hecho, creo que es consecuencia de la sensibilidad oriental, que queda patente desde las primeras escenas, en la que el personal que está trabajando en las excavaciones rinde 50 años después sus respetos a los caídos.

Y eso sucede en una guerra entre dos países que fueron el mismo. Un país repartido tras la rendición de Japón entre la URSS y los EEUU, apoyando cada uno su pedazo de pastel y haciendo que luchen entre sí ambos bloques. En ese escenario, Corea del Sur sitúa una película bélica, en la que lo de menos, es la bandera. ¡Bravo!