Gran descubrimiento esta miniserie o colección de telefilms, según se vea.
Un Sherlock que hereda la personalidad de House: pedante, impertinente pero que tras su coraza esconde a un ser que produce mucha ternura.

Como una versión del personaje de Conan Doyle del siglo XXI no podían faltar las múltiples referencias a los móviles e internet. Fantástica la conversación mediante WhatsApp con Irene Adler y memorables las menciones a los blogs de Sherlock y Watson.

Mención especial merecen los guionistas de esta serie con los constantes giros de la trama, fantásticos.
El mejor capítulo sin duda es primer capítulo de la segunda temporada, “Escandalo en Belgravia”, fabuloso el personaje de Irene Adler.

Novena película francesa y la 204 película del mundo según la media de votaciones de Filmaffinity. Es la película número dieciséis entre las 100 mejores películas de John Kobal. Fue nominada al Óscar a la mejor película en 1938 y fue premiada en el festival de Venecia.

Jean Renoir dijo: “Hice La gran ilusión porque soy pacifista”. En esta película nos muestra como la clase social puede transcender incluso a los bandos enfrentados en una guerra.

Jean Renoir es considerado uno de los grandes directores de la historia del cine. A mí personalmente no me termina de convencer, ni esta ni su otra gran obra “La regla del juego” me parecen tan claramente merecedoras de sus halagos.

Esta película muestra la sociedad dividida en dos estratos claramente diferenciados, que como agua y aceite por mucho que compartan recipiente dificilmente se mezclan. Sólo se equiparan cuando de pasiones humanas se habla, en ambos casos dos hombres se enfrentan por una mujer. Este entendimiento se muestra muy bien al final de la película cuando se despiden afectuosamente Octave (interpretado por el propio Jean Renoir) y el nuevo criado.

Valorarla por su valor artístico intrínseco es dificil sin tener en cuenta el contexto. Para muchos es una de las mejores películas de la historia del cine, para mi se encuentra un paso por detrás de otras grandes obras maestras. El tiempo va modelando los gustos de crítica y público, basta con recordar que en 1988, El Padrino no se incluyó en un listado elaborado por un centenar de críticos de todo el mundo entre las cien mejores películas de la historia del cine (publicada por John Kobal ) y en la página de Filmaffinity 18 años despues ocupa el primer puesto. Quizás pase algo así con esta película pero a la inversa, al menos a mi me lo parece.

Película que entretiene y no se hace notar su largo metraje. No pasará a la posteridad como la mejor obra de Ridley Scott pero permanecerá en nuestras retinas durante un tiempo sin embargo Blade Runner arraigó en nosotros y se hizo un hueco en la historia del cine.

La octava película japonesa mejor puntuada en Filmaffinity y la primera de Kenji Mizoguchi, aparece entre las 100 mejores películas de la historia del cine en la lista de John Kobal (junto a “Cuentos de la luna pálida de agosto” y “La vida de O-Haru, mujer galante”), y también fue León de Plata en el festival de Venecia. La mayoría de la filmografía de Mizoguchi fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, demos gracias a que se salvaran algunas obras maestras como esta.

Fenomenal la escena en la que los dos hermanos arrancan ramas para hacer un refugio que se repetirá durante su esclavitud posterior. Fantástica también la escena de las barcas que separa a la familia. Esta película se quedará marcada en nuestras mentes como el hierro en las frentes de los esclavos.