Me da un poco de pena que esta película sea tan poco conocida y además solo alcance un 6 de media en filmaffinity, pero no me soprende, no porque le falte calidad, sino porque es un género difícil que no se suele apreciar.

Parece que determinados títulos, solo por ser epatantes, van a ser más apreciados y que las películas que tratan temas con delicadeza, humor blanco e inteligencia, van a quedar forzosamente relegadas a comentarios como "comedia amable" cuando no, "blandita".

Yo creo que precisamente lo difícil es esto: conseguir no caer en el humor zafio (sí, aún se puede ver una comedia sin chistes de caca-culo-pedo-pis) ni en el recurso efectista, sino crear una película (aparentemente) sencilla, sin hacer mucho ruido, que no ofenda la inteligencia del espectador, ni se le vaya la mano con el azúcar.

Así que creo que es una pena, que ni sea más conocida, ni más apreciada, porque da que pensar, pero sin resultar pesada ni aburrida.

Y por eso muchos no sabrán por qué cuando a una niña se le pregunta al final del metraje qué cree ella que significa la historia dice
- ¿que las madres tienen la culpa de todo?.

Hubo un tiempo (feliz) en que Pedro Almodóvar y Carmen Maura eran una pareja artística que parecía indisoluble, pero como casi todas las parejas artísticas acabó. Y acabó fatal.

Hicieron juntos películas malas-aunque-simpáticas (Pepi, Luci...), regulares (Entre tinieblas), buenas (esta) y mejores (Mujeres al borde...)

Después, él siguió haciendo cine, unas veces bueno, otras regular y demasiadas veces, malo. Pero malo y antipático (Los amantes pasajeros, Los abrazos rotos...).

Eso sí, muy laureado, muy aceptado y muy bien pagado (sobre todo de sí mismo).

Ella, afortunadamente, tampoco ha dejado de trabajar y siempre bien. Pero que muy bien.

Claro que los Oscars y la gloria de Hollywood se la han llevado otros ( y otras) españoles que no sabemos muy bien que habían hecho para merecer eso.

Es difícil puntuar una película de episodios, sobre todo cuando (como estos) los dirigen/guionizan/interpretan, equipos diferentes en diferentes países.

El título original "Umorismo in nero" unido al español "La muerte viaja demasiado" deja claro de lo que se trata, sin embargo el tratamiento del tema no es el mismo, y sobre todo, la calidad de los episodios varía mucho.

El tercero "La Corneja", el episodio italiano, cuenta con algunos momentos divertidos y originales, pero al final resulta confuso y no parece tener ningún objetivo..

El español, sin embargo, es sencillamente excelente. Forqué (no hay que olvidar que fue el directo de "Atraco a las tres") tuvo el buen criterio de contar con López Vázquez, un actor que jamás fallaba en su cometido, y aún menos cuando se trataba de encarnar al (pobre) hombre medio.

El argumento une la fascinación sexual por una curvilínea Emma Penella (cuánto han cambiado los cánones de belleza) con el terror de una manera muy atrevida, y súmamente convincente, especialmente para el cine español de la época.

El episodio no solo cuenta con una historia mucho más sólida, humor negro y buenas interpretaciones (como la fugaz de Agustín González), sino que incluye algunas imágenes (cuasi)documentales sobre el sórdido mundo del circo, sin caer en el feísmo innecesario.

pd. Reconozco que he sido incapaz de terminar de ver el episodio francés, no tanto por su calidad, como porque el tema de insectos invadiendo el cuerpo humano me produce bastante repugnancia.

Interesante melodrama que aconsejo ver sin conocer el guión y sobre todo el desenlace. No es una película brillante, pero sí digna, bien interpretada y una muestra de un tipo de cine que ya no se hace y que sorprendentemente era mucho menos misógino que el actual.

Las mujeres que aparecen no son simples comparsas del mundo de los hombres, ni chicas descerebradas cuyo único interés es escoger el color de las servilletas de sus futuras bodas.

Las hay de todo tipo que en principio parecen pertenecer a un prototipo, sin más: la esposa enamorada, la mujer fatal, la ex-amante celosa, la chica honesta, la madre de la protagonista, una madura gran dama de la escena...

Pero al fin, todas dan mucho más juego y más de una sorpresa. Al final se habla de amistad entre mujeres y hasta de solidaridad femenina, como la que surge entre la protagonista y una bella modelo que al ser cortejada por el marido de la primera, le pregunta abiertamente cómo puede serle infiel a una mujer tan magnífica para después decirle que ella "le arrancaría el corazón".

Él no se ofende, porque en ese mundo de clubs y etiqueta, cualquier cosa se contempla, dice y se recibe con (aparente) elegancia; sea que tu mujer está cenando de madrugada con un desconocido en la cocina de tu casa o que tu marido sea acusado de haberte sido infiel en toda la prensa.

Llama también la atención ese mundo de personas que "se visten para la cena" (la protagonista estrena un vestido de noche cada semana, para ir a cenar ¡a casa de su madre!), "se pasan (por el club) a tomar una copa" o planean un viaje para poder cenar en el tren.

Ese mundo de modelos que viven de ser maniquíes andantes para las clientas que las contemplan tomando un martini y que se pueden sentar a charlar con ellas para que vean "cómo se ajusta el modelo" y de policías tan duros que se inmiscuyen en cualquier investigación ajena, sin que a nadie le sorprenda.

En definitiva, una película que si no resulta redonda, por lo menos sí contiene muchos puntos de interés y que sorprenderán mucho al espectador actual por el mundo que retrata.

Más que una comedia, "The Marrying Kind" (que supongo que se podría traducir como "De los que se casan") es una tragicomedia sobre la vida en común de una pareja de clase de media, contada en una serie de flashbacks desde el despacho de la jueza que va a resolver sobre su divorcio.

Como la jueza afirma, en todo asunto hay tres versiones, la de una parte, la de la otra, y la verdad. En este caso conocemos la historia de boca de él, demasiado obsesionado con el triunfo (o sea, el dinero), y de la de ella, más optimista y comprensiva.

Una de las frases que resumiría este intercambio de impresiones, mientras vemos las imágenes de "la verdad" la dice la citada jueza al afirmar "Hace unos años fui con mi marido de vacaciones a un lago, yo recuerdo las noches de luna llena; él, los mosquitos".

Como cualquier otra vida, en los años de matrimonio no han faltado alegrías, penas, e incluso un gran drama que intentan superar, y la película les sigue adoptando un tono ligero, cómico, melancólico o decididamente dramático, cuando corresponde.

Así que nadie se espere una comedia del tipo "La costilla de Adán", aunque repitan director y actriz, sino una historia agridulce, con algunos tramos que han envejecido mal, junto a otros que mantienen su vigencia y aún pueden emocionar al espectador, como aquel en que Judy Holliday canta en el parque; o aquel en el que el cuñado del protagonista desvela su receta para felicidad.

"The marrying kind" deja un buen sabor de boca, a pesar de su irregularidad, nos trae el recuerdo de una gran actriz de la que siempre es un placer descubrir otro título, y demuestra que los grandes nombres como George Cukor tenían una larga trayectoria a sus espaldas en la que fueron forjando estilo y (muy) buen saber hacer.