Magnifica historia, y precioso descubrimiento musical para el mundo entero.
La historia de vida de Rodriguez, pareciera sacada de un excelente e imaginativo guión de ficción, al más puro estilo Paul Auster. Pero no es así, no está Auster detrás, detrás hay personas de carne y hueso, hay personas humildes, hay personas codiciosas, hay filántropos musicales, hay filántropos de la verdad y de la buena música olvidada...
Rodriguez, por tanto, se convierte en un exponente exótico y curioso de todos/as esos/as músicos, poetas, escritores olvidados/as, que sucumbieron, pese a su innegable talento, a la idea de la rentabilidad de las productoras "todopoderosas".

Interesante cortometraje, magnífica apuesta de montaje, sonido y potente banda sonora que se convierte en el valor central de una historia de recuerdos, fobias, sueños o pesadillas de su personaje principal. El paisaje extremeño desolado, abandonado y caluroso crean un curioso y particular clima y ayudan a crear aún más la atmosfera adecuada.
Son las cuidadas formas las que destacan muy por encima del desdibujado y confuso fondo lo que atrae de "Rara avis" y lo que la convierte en un corto inquietante e intenso.

Django es un ejercicio de cine de una envergadura incomensurable.
Nos puede gustar más o menos algunos episodios de violencia gratuita y podemos pensar que sobran los litros y litros de sangre derramada. Django sería mejor sin ellos??, puede ser, pero acaso importa??...el inconfundible sello Tarantino nos deja con la boca abierta.

Diálogos inteligentes, momentos de suspense alrededor de una mesa, una banda sonora tan transgresora como potente y acertada, momentos de ironía, sarcasmo y risas.
En definitiva, un western moderno que bebe de tantas fuentes cinematográficas que parece imposible nombrarlas todas. Resumimos diciendo que es un western al más puro estilo Tarantino acompañado (como siempre) de un elenco formidable y 4 interpretaciones magistrales: Foxx, Waltz, DiCaprio y Jackson bordan absolutamente sus papeles y ellos junto a la magia de Tarantino, te introducen en la historia con veracidad, con fuerza, haciéndote disfrutar en pantalla grande de una película enorme...otras más de Quentin.

Las semejanzas con Unglorius Bastards son muchas, una estructura narrativa parecida, la venganza como objetivo, la injusticia como marco de referencia, momentos de tensión alrededor de una mesa y diálogos inteligentes que juegan con la mezcla de idiomas...por último un desenlace apoteósico y "explosivo". Pese a los parecidos con su anterior película, Django consigue superarla, y pasarla por encima en todos los aspectos. Gracias loco Quentin!!

¿Y ahora adonde vamos?. El título de esta cinta, debe ser la réplica de la pregunta que se debió hacer Nadine Labaki mientras rodaba o escribía el guión.

Las buenas intenciones de la directora, guionista y actriz, naufragan con estrépito por culpa de una descompensada mezcla de estilos y géneros. Después de un arranque prometedor y arrollador, en una escena que pareciera sacada de una obra de Pina Bausch, la historia se dirige a la deriva y sin rumbo, mezclando escenas de comedia, de musical y de drama.

Quizás Nadine Labaki quizo frivolizar y trivializar el conflicto religioso entre cristianos y musulmanes, y consiguió con creces su objetivo, pero hasta tal punto que nada de lo que ocurre en la historia, consigue que nos identifiquemos con las esperpénticas ocurrencias de un conjunto de mujeres que conviven siempre en un tenso conflicto entre la comunidad musulman y la cristiana. No sólo ha conseguido frivolizar el conflicto, sino que le ha atribuido la dudosa calificación de conflicto por género, donde las mujeres consiguen o intentan distraer las "fogosas" mentes de los hombres del pueblo, dibujados o escenificados como únicos impulsores del conflicto religioso.

La verborrea incontenible de los/as protagonistas nos traslada a comedias del neorealismo italiano o a los productos más desafotunados de "nuestro"querido y admirado Berlanga, impidiéndonos en muchos casos "disfrutar" tranquilamente de momentos sensibles o trágicos, ya que siempre son interrumpidos por diálogos o comentarios tan apresurados como desafortunados.

Así que ¿y ahora adonde vamos? es un bien intencionado pero fallido intento de recrear, en algún sentido, el mundo de Radu Mihaileanu en "El tren de la vida", en donde también se hace una curiosa y dudosa mezcla de géneros.

Sin duda, la comedia es de los géneros más dificiles de llevar a la pantalla grande con éxito, pero si además la quieres mezclar con el musical y con el drama social, político y religioso entras en un terreno pantanoso susceptible de hundir todo el producto. No es el caso de ¿Y ahora adonde vamos?, pero lamentablemente se acerca mucho.

Magnifica y emotiva mueva creación del mundo Guediguian, es decir, del mundo obrero de Marsella, creación de un mundo lleno de contradicciones pero honesto y conmovedor. Parece mentira como por enésima vez, la eterna y magnifica Ariane Ascaride, así como Gérard Meylan y Jean Pierre Darroussin nuevamente pueden, a las ordenes del mismo director, crear personajes novedosos, con nuevos matices, convirtiendo a personajes que se han quedado en nuestra retina como por ejemplo Marius y Jeanette (14 años después) en personajes quizás más tiernos, quizás más sensibles (que no sensibleros), quizás más melancólicos….o simplemente quizás menos pasionales, quizás más viejos. Puede que el mismo proceso lo haya o lo esté “sufriendo” el propio director, pero en esta ocasión, entre todos han bordado una película redonda. Con la misma simpleza de medios que le caracteriza, pero con la misma complejidad y realismo de los problemas que aborda, nos acercamos a héroes y heroínas reales, no de “ciencia ficción” como los de Kaurismaki en Le Havre, estos respiran la heroicidad y emotividad de personajes de carne y hueso, de tu compañero de trabajo, de tu vecino del edificio o de ti mismo, convertido en burgueses “víctimas” de este ficticio estado del bienestar que está a punto de acabar. Este "lunes al sol" optimista y veraz al tiempo goza de momentos sublimes, miradas entre los protagonistas que desprenden comprensión, ternura, rabia que llegan al espectador por esos vasos comunicantes tan dificiles de encontrar como placenteros cuando aparecen.
Auténtica joya para disfrute y emoción de quienes, sin necesidad de panfletos políticos, sociales o sindicales, conseguimos inspirarnos para aportar una mejor convivencia en este mundo.