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España España · Los Alcázares
Críticas de FGI
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
4
9 de septiembre de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación del relato “The memory keeper’s daughter” sobre la conmoción que supone para un matrimonio el nacimiento de una hija con síndrome de Down. A Mick Jackson (que conoció tiempos mejores cuando dirigió “El guardaespaldas”) le bastan cinco minutos para despertar las dudas del espectador medianamente racional. Sorprende que el médico y marido de la parturienta no supiera que el vientre de su mujer contenía dos criaturas. También choca su facilidad para deshacerse de una de ellas, la que “no es perfecta”. Cualquiera puede tener la desgracia de engendrar un ser con alguna deficiencia, pero la gente corriente no puede permitirse chanchullos administrativos, como hacer pasar a la niña por nacida muerta con entierro y todo. Ni expone sus fotos en una galería, ni da conciertos de guitarra, actividades mediante las cuales el escritor propicia encuentros muy convenientes para tensionar la historia, como la presencia en la exposición de la enfermera que encubrió al doctor, del que siempre estuvo enamorada, o el cruce de miradas del hermano vivo y su hermana no muerta. Por cierto, una niña bastante agraciada dada su peculiaridad fisonómica. Y es que hay que estar en todo. Con más episodios, esta historia habría sido un culebrón; con hora y media, se queda en un melodrama sabatino para familias acomodadas. Y ese tipo de espectador suele ser muy sensible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
FGI
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2
28 de agosto de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el mundillo de la farándula, o sea, de los artistas de medio pelo, destaca Santiago Segura como ejemplo de cómico espabilado. Yo miro su perfil y veo más bien el de un trepa. En 2018 la “podemización” del feminismo había despertado una expectación inusitada en torno al Día de la Mujer. Un oportunista como SS no podía dejar pasar el acontecimiento sin sacar tajada y se apresuró a presentar el 20 de febrero y a estrenar el 2 de marzo la fantástica peripecia de una mujer que habiendo sido exprimida y humillada por todo bicho viviente, justo un año antes de cumplir los cuarenta, se vuelve insumisa y reivindicativa. Lo que chirría es que este “empoderamiento” (en Estados Unidos se exhibió como “Empowered”) no es el resultado de un proceso de toma de conciencia sino de la ingesta de un bebedizo suministrado por un embaucador. Y lo que es aun peor: la “nueva mujer” no busca la igualdad sino el resarcimiento. Insulta, ofende, golpea, incendia coches, todo ello sin respuesta por parte de los agredidos, antes lobos, ahora corderillos. Como ya demostraron Charles Bronson, Sylvester Stallone y otros estereotipos machorros, la violencia se combate con una violencia mayor.

En el plano interpretativo, la sufrida Maribel se esfuerza en sacar adelante el que probablemente haya sido el peor personaje de su carrera y la más sufrida todavía Candela cumple con un papel poco agraciado pero que le va al pelo.
FGI
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3
9 de junio de 2020
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miniserie en dos episodios. Adaptación de la trilogía "Memorias de Cleopatra", de Margaret George ("La reina del Nilo", "La seducción de Marco Antonio" y "El ocaso de una diosa"). La excesiva duración se entiende por motivos comerciales pero no se justifica por su contenido. Como documento histórico, su valor es nulo, si no perjudicial: muestra imágenes que desfiguran el perfil de los personajes (la grácil Cleopatra mata desde el suelo a un soldado a caballo) y falsean los hechos (la muerte de César al aire libre, en lugar del interior del teatro).

El fiasco argumental se complementa con una cámara puritana incompatible con la notoria lujuria del personaje central. Cleopatra, mujer antes sensual que guerrera, se muestra en el telefilm de Roddam más elocuente en la pelea que en la cama, de la que sale cubriéndose púdicamente los pechos con la sábana después de haber hecho de todo con su amante.

Tampoco se percibe el carácter rijoso de César. Según el historiador Suetonio, su rollo con Cleopatra más que novedad era costumbre. Que se lo digan a Eunoe, esposa del rey de Mauritania. De hecho, no respetaba ni a sus colaboradores más cercanos: sedujo a Postumia, esposa de Rufo; Lolia, esposa de Aulo Gabinio; Tértula, esposa de Craso; Mucia, esposa de Pompeyo; Servilia, madre de Bruto... El mismo historiador refiere los cánticos de sus soldados: "Ciudadanos, esconded vuestras esposas, que aquí traemos al adúltero calvo".

En cuanto a Antonio, más parece un adolescente deslumbrado ante el descubrimiento del sexo que un hombre que tuvo cinco esposas y ocho hijos. Por cierto, que vemos profusamente a Cesarión, el hijo que Cleopatra tuvo con César, pero ni la menor alusión a los tres hijos que tuvo con Antonio.

Es lo que tienen los escritores románticos, que se pasan el rigor por el forro. El problema de esta obra es que también fracasa desde el punto de vista dramático. Centrada en el personaje de Cleopatra, la majestad de la reina se va deteriorando a medida que avanza el relato hasta hundirse definitivamente en dos secuencias irrisorias: su enfrentamiento espada en mano a los soldados invasores y su duelo tras la muerte del amado, más folclórico que regio, más como el de la Pantoja y Paquirri filmado por Orduña.
FGI
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1
7 de abril de 2022
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es de ese tipo de cine que nunca debiera hacerse porque pervierte los valores que finge defender: juventud, amistad, rebeldía. Guzmán presenta como víctima de la sociedad a Darío, un adolescente que lo mismo roba unos exámenes de la oficina del instituto, que unas gafas en El Corte Inglés, que una caja fuerte en un comercio. Disculpa: era un buen chico que incluso estudiaba hasta que sus padres empezaron a discutir y convirtieron la casa en un infierno. Desde entonces, su meta más importante es alcanzar 120 kmh por la M30 en una moto robada que conduce sin carnet. De su parte, un amigo de la infancia que secunda sus correrías, un delincuente adulto que le da un lema para vivir: "Robar y meter, eso es todo en la vida", y una nonagenaria que le ayuda a demostrar al espectador que el chico tiene buen corazón. Ni se sugiere el derecho a la vida de las personas que pudiera haberse llevado por delante en su huida de la policía por las calles de Madrid saltándose semáforos y pasos de cebra.

Para reforzar el tono victimista de su personaje, Guzmán se ensaña con los de enfrente recurriendo a un maniqueísmo de cliché. Su padre es furibundo y putero; el hombre al que roba es un desalmado adicto a la pornografía; el policía que lo abofetea, además de incurrir en un abuso de autoridad propio de otros tiempos, pregunta al chico: “¿Es que tengo cara de tonto?”, y lo encarna un actor que sí que la tiene.

Yo, ciudadano del montón, no puedo bailar el agua a ese individuo que roba los muebles del hall de mi casa y al que no le importa dejarme seco o tetrapléjico en el asfalto.

La interpretación es irregular: convincentes Miguel Rellán y María Miguel, desaprovechado Tosar en un rol demasiado tópico, disciplinados los jóvenes, ni fu ni fa la anciana (abuela de Daniel Guzman en su primera y única interpretación).
FGI
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1
9 de agosto de 2021
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jodie Foster llama monstruo al dinero porque llamárselo al capital podría sonar antisistema. “El dinero convierte en monstruos a los hombres”, dice el lema del film, metiendo en el mismo saco a todo el género humano. Ni media palabra contra el vigía de Occidente, creador de una sociedad basada en el estrés y en la mayor de las groserías. De su mano, nos hemos hecho adultos y ya no decimos caca, culo, pedo, pis, sino mierda, joder, cabrón, hijoputa. Muy ilustrativo el vómito verbal de Molly, la novia preñada, ante las cámaras:

“¡Dios! Eres el hijo de puta más tonto del planeta, ¿sabes? ¡Eres jodidamente estúpido, Kyle! ¡Siempre lo has sido, siempre has sido un jodido fracasado! Crees que eres un tipo inteligente, pero no lo eres. ¡Jodidamente no lo eres! ¿Eres un puto inútil en la casa y ahora vas construyendo putas bombas? ¿Desde cuándo eres tan hombre? No lo eres. ¡Eres una perra, eso es lo que eres! ¡Lloras cuando follamos, como una pequeña perra! ¡Aléjate de mí, hijo de puta! ¡Jódete! ¡Todo esto es tu maldita culpa! ¿Por qué no lo terminas de una vez? ¡Dispárate en la cabeza ya, gallina! ¡Basura! ¡Vamos, aprieta el maldito gatillo! ¡Aprieta el maldito gatillo!”.

Jodie Foster se ha puesto al día en cuanto al vocabulario. Lástima que se haya olvidado de la crítica y, treinta años después del fin de la Guerra Fría, siga culpando a los rusos y a los chinos de cualquier depravación estadounidense. Lumet ya dijo en “Network” que el mundo no se divide en naciones sino en consejos de administración de ámbito multinacional. Supongo que la cita me ha venido a la cabeza porque, en muchos aspectos, “Money Monster” no es más que un refrito rancio de aquellas formidables “Network” y “Tarde de perros”, hechas en los difíciles setenta.
FGI
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