Está bien, vas por tu ex-mujer y tu hijo a una ciudad que tardó un par de horas en pasar del primer mundo del bloque soviético a un Estado semifeudal salvaje, que mal logra su intención y queda a la mitad de caminos como Escape de Nueva York, Mad Max o El día de la purga... claro está que nadie hubiera adivinado que la contención de unos cuatro camiones atravesados enmedio de una autopista y unos veinte soldados no iban a ser suficientes para contener a miles de ciudadanos queriendo entrar a Moscú. La defensa de la civilización como la conocemos, tal vez hubiese requerido un poco más de recursos. Tal vez...
Y la enfermedad... una gripa que te cambia convenientemente el color de los ojos para que te vean los otros y que te mata como si fuera el Ébola, pero que... se originó en Moscú o en toda Rusia o... ¿porqué la solución era someter a cuarentena a Moscú? ¿o no era cuarentena sino atrincheramiento? No sabe uno y pronto deja de importarle a uno tal detalle.
Y bueno, das un dinerillo y te cuelas como si nada al Estado semifeudal en un camión que te sirve de taxi hasta la casa de tu ex que, de verte te come a besos, aunque te odia todo el resto del camino y se la pasa reclamando el 60% de lo que sea... Total, que te matan al chofer y tan fácil agarras tú mismo el camión y a tí, las mismas hordas, otrora sanguinarias, se vuelven grupillos como sacados de la vieja Omega Man, y no te causan rasguño alguno, porque eres más fuerte con tu mujer y tu hijo a rastras y las hordas te hacen los mandados entre más vulnerable estés. Es lógico.
Y bueno, otras hordas más sofisticadas, formadas por paramilitares y militares, se meten a casa de tu vecino-amigo-enemigo-cuñado y medio roban algunas cosas y pretenden violar a la esposa de tu vecino, utilizando entre otras cosas, un picaresco corte de su ropa interior a navaja...
Y total que una desquiciada adolescente es más viva y fuerte que un militar y lo mata con unas tijeras, así de fácil...
Y cuando el vecino, que ya había visto que llegaba una brigada de asalto al predio de a lado, sabiendo que harán "cosas malas" en el suyo, recibe a los malos en su casa como a María y José peregrinos... ya te tiembla la mano para usar el control y salirte; porque claro, no hay problema, no es el fin de la humanidad... peto, cuando hay problema con estos militares o paramilitares malos, no los matas a todos, dejas que se lleven a sus heridos y no te quedas las armas ni el auto armado, no... ni que fuera el fin del mundo y de la civilización y pudieras ocuparlos más adelante.
En fin.
Que lo peor es el querer meterle escenas pseudoeróticas para levantar la historia en vez de hacerla coherente y dinámica.
Por cierto, las hordas militares los dejan de buscar, pues porque desde un principio ni para que los buscaban, si el hambre y el frío son cosas que se deben de evitar, ¡hombre! Nos hemos dado cuenta de que tenemos hambre y frío y ya cayó la noche. ¡Vámonos señores!¡Ésta persecución no tiene sentido!

Y... de nuevo, se está acabando el mundo, y ya que decides matar a un tendero de una gasolinería, no te llevas comida, bebida ni alcohol de la tienda de conveniencia, nada de alcohol, nadie, ¡ni a la alcohólica se le ocurre llevarse al menos alcohol!
Claro que es mejor que seas una adolescente desquiciada alcohólica y prefieras generar una escena forzada para mostrar los pechos para que el jovenzuelo enfermo del que abusas emocionalmente te cumpla tu vicio.
¡Hay que ver como subir el rating! Y eso no lo ibas a lograr con una escena de un ataque de un moribundo infectado al que, si el protagonista no voltea a verlo, no se hubiera movido... pero el prota, tan vivo él, pues él sí, va y lo mueve para que le clave un objeto punzocortante en el vientre, el cual, por cierto, no parece haberte penetrado más que la piel, o al menos eso parece suponer la ex mujer que con algo de entrenamiento en curaciones, se pone a suturar y listo, fin de las heridas internas y la sepsis.
Hay más, pero, para que abundar.
Evítensela.