Hay películas que no engañan jamás al espectador. Es el caso de Operación: Huracán.

Acción, disparos, malos, buenos... y un plan descerebrado para pasar entretenido las dos horas del metraje. Y todo avalado con la experiencia de un director, Rob Cohen, que ya nos ha ofrecido propuestas similares.

Un atraco imposible, un huracán imposible, un guión imposible... para hacer posible una película muy entretenida digan lo que digan las puntuaciones y la crítica "profesional".

La semana pasada me aburrí tremendamente con el último pestiñazo de Marvel "Vengadores: Infinity Wars". Esta semana me lo he pasado estupendamente con la huracanada propuesta de Rob.

¿Queréis acción de la de siempre? No la dejéis escapar.

Tony Stark sigue de fiesta... bueno, no sólo el espectacular Tony. También Jon Favreau (director de este engendro) y sobre todo el nuevo guionista Justin Theroux.

Si la primera parte fue un ejercicio impecable de cómo se pueden hacer películas de superhéroes, ahora vienen los de Disney (con su reciente compra de Marvel) y nos montan este espectáculo pirotécnico descerebrado salido de la todopoderosa empresa de efectos especiales de George Lucas.

Robert Downey Jr. era el histriónico, el desvergonzado... el más chulo de la clase. Pero en esta segunda entrega le han salido competidores. Ahora los caraduras, los sobrados, los Stark se han clonado como por arte de magia y ahí está el talón de aquiles de la película.

En resumen:

* Primera hora de la película dedicado al estilo Disney con bailecitos, carreras de coches pijas en Mónaco y fiestas de niñas facilonas. Vamos, un ejemplo para todos.
* Malos clones de Tony como el dueño de Industrias Hammer que intenta rivalizar en malabarismos histriónicos y gracietas de rico descerebrado.
* Lucas a lo suyo. Metraje y más metraje de efectos sin sentido que no aportan nada a la historia.
* Un guión pésimo rematado por una historia carente de interés.
* Una Scarlett Johansson muy mona, muy modosita y... pues eso.. nada más.
* Uno de los peores papeles que le recuerdo a Gwyneth Paltrow.

Resumiendo. No me ha decepcionado pero si que puedo decir que no me ha gustado. ¿Entendeis la diferencia?

Siendo, como lo soy, extremadamente crítico con el cine español por sus contínuas referencias al chiste fácil y a las tramas más que trilladas, he de decir que Zoe Berriatua ha conseguido que me trague lo que de inicio parecía una crítica feroz hacia su propuesta cinematográfica.

Soy un amante del séptimo arte... y en esa autopista me he topado a una velocidad sideral con la película de Zoe y sin duda alguna he visto "las estrellas". Que belleza, que amor por todo lo relacionado con el celuloide.

La historia empieza siendo desconcertante y quizás algo "floja". Pero es en la estética y lo visual donde Zoe nos transporta y nos atrapa a otros mundos. Una sensación que no había sentido hace años. Mientras viajamos de la mano de ese trabajo estético la historia empieza a cobrar sentido y, lo que parecía una historia de perdedores, muta a algo original y muy reflexivo.

Yo no sé si el cine español reconocerá en los Goya a esta película. Seguramente tirará de sentimentalismo y de comedia rancia. Pero yo ya le he entregado uno y mil premiso a "En las estrellas".

Han pasado 24 horas y aún sigo pensando en escribir una historia en la luna. ¿Os ha pasado lo mismo?

Tras la "excitante" Tetris, nos llega esta propuesta que sin duda hace honor a toda una época donde hombres, que no corporaciones gigantescas, daban vida a geniales ideas para el entretenimiento de masas.

Los que hemos vivido el nacimiento y "muerte" de estas máquinas Pinball es sin duda un placer poder degustar la historia de Roger Sharpe que, sin ningún tipo de heroísmo ni intencionalidad, anuló la prohibición de este tipo de maravillosos "engendros" de la diversión en bares y salones recreativos.

A la película le ha faltado profundizar algo más en el fenómeno, algo que ha dedicado a mi forma de ver en desarrollar la vida amorosa de Roger.

Por lo demás imprescindible propuesta a agregar a las películas que esperemos rindan homenaje como se merece a toda una generación de "entretenedores" de masas.

Está claro que a todos nos llega el momento del ocaso. Actualmente en cartelera tenemos dos ejemplos claros. El primero es la propuesta napoleónica de Ridley Scott y la segunda, es esta propuesta de John Woo.

La película adolece de un guion previsible hasta decir basta. Cuenta con un ritmo al mas puro estilo "tiempo bala" que la perjudica notablemente. El protagonista sobre le que recae todo el peso de la película, Joel Kinnaman, ni siquiera llega a un registro básico actoral de Chuck Norris. Y finalmente el director hongkonés, John Woo, dilapida su herencia en el concepto "tiempo bala" con unas escenas de acción cercanas a los telefilms de los sábados por la tarde.

Hay personajes que dan vergüenza ajena. Como el policía encargado de las bandas. Su escena final es para autoinmolarse en la misma silla de la sala. Un tiroteo final que es tan poco creíble y tan vulgar, que más le valdría a John Woo retirarse ahora que sabe él y el resto de personas que han ido a ver su última propuesta que tiene la pólvora mojada.

Finalmente un apunte que me gustaría resaltar. Se hablaba de que John Woo no quería hacer otro John Wick. Que buscaba "sorprendernos" con una propuesta diferente. Doy fe de que lo ha conseguido con creces.