Considero el segundo libro de la saga el mejor de los tres con diferencia. Uno de los best-sellers actuales más absorbentes del género de las distopías. Suzanne Collins se superó. Si “Los Juegos del Hambre” me había dejado con ganas de más, “En llamas” es soberbio. Y las adaptaciones cinematográficas les hacen honor. Sin duda, la segunda película es tan espectacular como la novela en la que está inspirada.
La trama destaca en todos los aspectos. Desarrollo de los personajes y sus relaciones, intriga, acción, drama social, y una recreación estupenda de un mundo futuro con todo lo que los mundos conllevan, con todas sus virtudes y lacras. La narración ágil y directa acerca plenamente a los protagonistas y a sus tribulaciones en un país en el que doce distritos son los oprimidos vasallos del todopoderoso Capitolio, gobernado con mano férrea por el cruel presidente Snow. Para recordarles perpetuamente su vasallaje, todos los años se celebran los terribles Juegos del Hambre, en los que se obliga a participar en una contienda a muerte a personas de los doce distritos.
En la primera parte, Katniss Everdeen y Peetah Mellark fueron los vencedores de los 74º Juegos, aunque como dice Haymitch, su mentor del Distrito 12 que les ayudó a ganar, “En los Juegos no hay vencedores, sólo supervivientes.” Nadie gana en realidad, porque el Capitolio siempre va a recordar a todos que son esclavos, que los Juegos no terminan jamás, que nadie está a salvo de la ira del Poder.
Y por si alguien de los distritos fuera capaz de olvidar el hacha que pende sobre sus cabezas (como si pudieran, malviviendo en condiciones infrahumanas y teniendo que enviar al matadero a sus jóvenes), se prepara una edición especial para los 75º Juegos, llamados “El Vasallaje de los Veinticinco”, porque cada 25 años el sadismo del brutal evento se multiplica.
Pero esta vez hay algo diferente en la atmósfera. Sin querer, Katniss y Peetah han prendido la chispa de la revolución. Ellos simplemente buscaban seguir viviendo y ahora, tras su “triunfo” y su regreso con todo el jaleo mediático y el control al que son sometidos, se están encontrando con que se han convertido en inspiración para los oprimidos, que ha brotado una llama de esperanza tan fuerte que la gente está venciendo al miedo y desafiando al Capitolio. El presidente Snow intentará por cualquier medio sofocar la rebelión... Y para ello procurará que la llave que ha de cerrar el suministro de oxígeno que aviva el incendio esté en manos de su involuntaria instigadora, Katniss Everdeen, tributo vencedor del Distrito 12.
Tiene grandes planes para ella.
Secuela más madura, oscura e impactante que su predecesora (y a ello contribuye el guión brillantemente adaptado, el buen trabajo de los actores y el excelente apartado técnico, desde la fotografía hasta la banda sonora), nos regala sorpresas, tensión casi constante, denuncia al totalitarismo y, en el centro de todo, una bella historia de amistad, amor y entrega.
Bienvenidos a los Septuagésimo Quintos Juegos del Hambre.
Y que la suerte esté siempre de vuestra parte.

A muchos de los que hayan leído los dos libros de Eragon publicados, esta película puede parecer decepcionante, flojita y descafeinada. Yo los he leído y me han fascinado, pero eso no me hace caer en la trampa de ponerme a comparar los libros y la película. Si me centrara en eso, explicaría por qué los libros son infinitamente mejores, pero no lo voy a hacer porque aquí lo que se critica es la película.
Parece que han optado por un largometraje de duración normal (poco más de hora y media), lo cual restringe mucho las posibilidades de recrear toda la complejidad de un mundo como Alagäesia. Tal vez podrían haberlo alargado más, incluyendo muchos más elementos de la saga y sin tener que alterar tantos detalles. Pero, aún así, la obra resultante está bastante lograda y, por infantiloide que resulte, ofrece una historia interesante. Tal vez podía haber sido más imaginativa, pero de todas maneras tiene sus momentos de emoción y aventura y sigue las premisas de la épica que, no lo voy a negar, a mí me gustan por trilladas que estén.
Está claro que se ha hecho para todos los públicos, de modo que los niños también puedan disfrutarla. No veo que eso sea tan malo. Yo también disfruto de muchas películas infantiles, incluso a veces disfruto más que con muchas películas supuestamente para adultos.
El guión, basado en una estupenda novela, aunque podía haber sido mejor, sin embargo a mi parecer está decentemente construido. De acuerdo que es previsible y trillado, pero, en el género épico, ¿no existen unas fórmulas repetitivas? De todas maneras, el atractivo con el que han dotado el desarrollo del guión, compensa. No se muestra nada novedoso, pero sí un bonito espectáculo y una historia atractiva, con ese sabor de las leyendas antiguas, de otros mundos repletos de magia en los que las fuerzas del mal amenazan con dominar y destruir a todos los seres...
Un hermoso cuento, una leyenda llamativa y pintoresca con héroes y malvados y muchas aventuras.

No sé, no sé, la cosa no me termina de convencer.
Que la película tiene una legendaria atmósfera romántica y melancólica aclamada y mitificada, pues qué quieren que les diga, no se la encuentro por ningún lado.
Que las tramas de Casablanca y Gilda casi parecen fotocopias y no aguanto el estúpido papel de la típica tipeja superficial que siempre tiene un novio/marido florero que se va enganchando los cuernos por las esquinas. El prototipo de tipa femme-fatale que es como el perro del hortelano, que ni se lía como Dios manda con su soso galán de siempre, y que por estupidez se larga con un tío al que no quiere como el que se compra una chaqueta, para luego ponerle unos raquíticos cuernos con el otro... ¿Eso es el paradigma del romanticismo? ¿Cuerno va, cuerno viene, y unos amores tan sosos y cursis como pedir a un canal de radio que le dediquen a tu pareja la discografía completa de Xuxa Park y Leticia Sabater?
Que Humphrey Bogart, con su supuesto aire de galanazo que no se lo cree ni la madre que lo parió, se cargue aún más la película, eso no se lo perdono.
Lo siento, pero Bogart NO ME GUSTA NADA. Me da la impresión de ser un paleto encumbrado a la categoría de galán, sea en la pelícua que sea. Y no se debe a que no sea guapo, sino a que siempre me parece que, dondequiera que salga este tío, se carga cualquier película. Y a Casablanca la fusila.
Además, no sé, me pasa con esta película algo parecido a otros clásicos muy laureados que no me llenan, como "Gilda", "Historias de Filadelfia", "Rebelde sin causa", "My fair lady"... Tienen algo que no soporto (casi siempre la sobrada y autocomplaciente prepotencia de alguno de los papeles protagonistas o la estupidez de la trama). Me pongo a verlas con toda mi buena voluntad, y no logro que me conmuevan ni lo más mínimo. Hay muchos otros clásicos que sí que me gustan mucho, pero entre ellos no se cuenta Casablanca. Algo tiene de artificioso y falso, encarnado en el papel de sus sobrevalorados protagonistas y en el amor de cartón piedra.
Y miren que lo he intentado. Pero este clásico me repele. No puedo evitarlo.

A bajo cero estoy yo, y no es porque en Dakota del Norte haga un frío del copón. Es porque esa es la temperatura que me contagia la peliculilla.
El humor negro de los Coen sinceramente a mí sólo me cuajó en “El gran Lebowski”, porque lo que es en alguna otra, pues me hace poca gracia. Y aquí ninguna.
No me pone demasiado ver a Frances McDormand poniendo todo el rato cara y voz de alelada, que no sé si los Coen lo han hecho de esa manera a propósito para meter alguna clase de sello friki personal o si porque la poli auténtica era así. Y lo peor es que la mayoría de los personajes ponen las mismas caras de alelados. Tampoco me ponen muchas escenas tontas que no vienen a cuento, como la del tal Mike que quiere ligar con la poli, o las anodinas conversaciones de relleno. En general el toque friki que planea desastrosamente termina por arruinar el resultado. Si no hubieran puesto al principio lo de que el argumento está basado en unos hechos reales y que esos hechos sucedieron, a lo mejor me lo habría tomado con más ligereza. Pero no, así que… esta peli me parece un insulto a mi inteligencia, a mi paciencia y a mi temple, y desde luego si lo que pretendían los Coen era ridiculizar la estupidez humana, lo consiguen con creces.
Lo malo es que la película también se me hace estúpida, no sólo mucha de la gente que sale en ella. En fin, yo también lo soy por haberla aguantado hasta el final XD.

Yo qué sé cuánto hace que vi esta mierda, y no sé si llegué a terminarla, que no lo creo. Eddie, colega, a veces has elegido algunos de los papeles más lamentables que se han ofertado en toda la historia del cine, y no sé muy bien por qué lo has hecho, ya que no creo que lo hicieras precisamente porque anduvieras escaso de fondos. Con lo que cobráis los actores renombrados de Hollywood, me da a mí que no fue por eso. Entonces, ¿es que creías que era un papel interesante, o divertido, o yo qué demonios sé? Porque vamos, hijo mío, qué cosa más machista, sexista y gilipollas esta peliculilla de tres al cuarto. Chico, después de intervenir en productos como éste ya no hay quien levante cabeza. Lo único que te ha salvado desde entonces ha sido ponerle la voz a Asno de la película Shrek. Y, aún así, ganas millonadas. Este mundo está al revés, decididamente.