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España España · Madrid
Críticas de Wanchope
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Críticas 199
Críticas ordenadas por utilidad
2
14 de octubre de 2010
39 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando estamos viendo una película y nuestra mente no deja de tentarnos con pensamientos relacionados con cualquier otra cosa, resulta aparente que se trata de un indicio bastante elocuente sobre que, muy probablemente, el film en cuestión es incapaz de captar y retener nuestra atención, sensación más que justificada si cuando por fin lo consigue, por contra, en vez de sumergirnos en la narración nuestra mente se dedica a reformular todo aquello que ve en pantalla de una manera más aleatoria, caprichosa y fortuita, pero sumamente más interesante que la (falsa) realidad impresa sobre el celuloide.

Eso sucede con esta insípida 'Di Di Hollywood', una producción totalmente fallida ya desde su propia concepción, una pseudo continuación de la ya de por sí más bien floja 'Yo soy la Juani' y segundo capítulo de una futura trilogía sobre la mujer y el éxito que amenaza con concretar la versión más rancia de un Bigas Luna en la inopia, y que deviene en un film acartonado que no hace más que provocar la más atroz de las desidias. Resulta difícil tomarse en serio una producción tan artificiosamente hueca que, llegado a un punto, y sumando dos de sus elementos más notorios como son el gusto por el inevitable erotismo per se de Bigas Luna con la presencia como protagonista de una actriz tan de buen ver como escasa de recursos como es Elsa Pataky, parece que sustenta su único interés entorno a sí, finalmente, la cámara permitirá que en pantalla asome o no el pezón de la intérprete...

"Es raro que hagan falta. Si hicieran falta, Hollywood tendría muchas más escenas de cama, y no las tiene. No porque ofendan a los ultraortodoxos, sino porque por lo general, interrumpen", declaraba recientemente Leonor Watling, opinión que complementaba con un "Es como los punteos de guitarra de todas las canciones de los 80, que siempre hay, no falla". No podía estar más de acuerdo, al menos en lo que concierne a las "escenas de cama", algo extensible a los desnudos eminentemente femeninos, y una de las lacras de una cinematografía que, mayormente, parece empeñada constantemente en focalizar en el sexo y sus variantes cualquier recurso o arista dramática de un relato cualesquiera por mucho que en la mayoría de los casos uno tenga la sensación de gratuidad vouyerística. Cierto es que resulta un tanto injusto para con "otros" que no debieran darse por aludidos, pero lo uno no quita lo otro, y existe una anticuada corriente del cine español en clara decadencia y con un modelo de producción totalmente obsoleto que parece no haber sabido (o no haber querido) adaptarse al siglo XXI, siendo Bigas Luna uno de los cineasta que parece mantener intacto un nombre ganado años atrás que en los últimos hubiera merecido mejor suerte que vivir de las rentas como si no pasara nada de nada.
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Wanchope
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2
17 de junio de 2010
42 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que una película como 'La venganza de Ira Vamp' sea "técnicamente" mala no debería suponer sorpresa alguna para nadie. Porque lo es, bastante además, pero no deja de ser algo tan previsible y premeditado que, por otro lado y en función de la posible efectividad de su a priori buena voluntad, también podría ser perfectamente perdonable aunque para ello tengamos que dejar al margen alguna que otra consideración básica y fundamental del séptimo arte. A 'Ira Vamp' se la ve venir desde lejos, y al igual que esta sucesión de sketches nunca ha pretendido ser una película, el espectador tampoco debiera pecar de ingenuidad y esperar lo contrario. Lo importante es el número y volumen de las risas, no más.

Partiendo de esa base la nueva producción del infame Álvaro Sáenz de Heredia, advertencia intrínseca sobre que el resultado no será para nada memorable más bien todo lo contrario, no pretende ser más que una simple y disparatada distracción gracioseta cuyo parecido con una película de verdad sea pura casualidad, y de la que no cabe encontrar nada más que una sucesión inagotable de chistes, diálogos y tonterías varias dentro de un sinsentido argumental que sirve de mera excusa para dejar vía libre al humor que en pantalla les toca desarrollar a Josema y Flo. Acoso y derribo no obstante fallido ante una balanza que se inclina sin duda alguna hacia el lado en el que menos gracia hacen sus payasadas fílmicas, y que deslucen por completa una "venganza" un tanto rancia y verdaderamente estúpida... pero en el mal sentido.

En aquel episodio de Los Simpson, cuando aun eran de lo bueno lo mejor, en el que Homer ayudaba a Mel Gibson a remontar un remake de 'Caballero sin espada' que, segun el propio Homer, resultaba de lo más aburrido, en un momento dado a este se le ocurría acelerar toda una escena a lo Benny Hill simplemente porque "esas cosas le hacen gracia a la gente". En 'Ira Vamp' tenemos una escena del mismo estilo y con el mismo fundamento, y que viene a reflotar la misma idea que ya de por sí deja patente todo el subgénero "movie / como puedas": cualquier tontería apreciable por el ojo u oído humano es susceptible de tener algo de gracia aunque sólo sea por la disposición del público a una inercia causada por la acumulación de gags.
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Wanchope
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7
2 de julio de 2022
35 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
'La lista final' es la clásica historia de "unos malparidos" que cometieron el grave error de meterse con el tipo equivocado. Un hombre experimentado en el arte de matar que al igual que le ocurría a Denzel Washington en 'El fuego de la venganza', se siente obligado por las circunstancias a pintar su obra maestra. Le pueden llamar John Creasy como le pueden llamar John Wick. Puede ser Charles Bronson como puede ser Bruce Willis o Liam Neeson.

Pocos se resisten a interpretar a uno de estos "vengadores" que se toman la justicia por su mano, como en este caso un Chris Pratt sin muchas ganas de contar chistes. Su James Reece es uno de esos personajes que alimentan la ilusión por un Celebrity Deathmatch en el que se enfrentase con no sé, Frank Castle por ejemplo. El sueño húmedo de todo macho al que le gustaría ser el más chulo del barrio e imponer su ley sin que nadie pueda con él.

Y así a lo largo de ocho episodios de una hora de duración, el primero de ellos, el que establece el tono y el estilo dirigido por Antoine Fuqua, director que ha hecho carrera aportando templada dignidad a este tipo de historias. Como a las dos entregas de 'The Equalizer' de las que 'La lista final' bien podría ser un reflejo al no ser, exactamente, una producción de acción como tampoco lo eran aquellas. No al menos así, sin más como lo podría ser 'Shooter: El tirador'.

En 'La lista final' la violencia es seca y sus escenas de acción, dispersas por todo el metraje, son cortas pero efectivas. Quirúrgicas. Predomina la maceración del drama filtrado a través de unas balas que no quieren que se sienten vacías o gratuitas. Aunque lo puedan ser, dentro de una historia que a grandes rasgos no se aleja de lo habitual de este tipo de relatos, por más que este contada con tan buen nervio como para poder hacernos los sorprendidos.

No deja de ser tan elemental como eficiente, siendo un repaso al manual del género tan elegante, consecuente y respetuoso que uno se deja llevar, como tantas otras veces a lo largo de ocho episodios, que más que episodios se sienten como una antología de ocho películas a lo largo de las que la historia evoluciona, llegando a parecer distinta aunque en suma sea la misma... siga siendo la misma de siempre: La de cometieron un grave error.

Y aún así vuelve a entrar, tal cual y como si fuera nuestro primer día. Aún sin hacer chistes Chris Pratt se vale para sostener el peso del relato, a lo largo de sus ocho horas con el apoyo desinteresado de caras amigas como las de Taylor Kitsch, Constance Wu, Jai Courtney, Riley Keough o Jeanne Tripplehorn. Por su parte Fuqua marca un camino que brilla por la aplicada y discreta seriedad de su nula apariencia televisiva y la inteligente dosificación de la acción.

'La lista final' es, en resumen, lo que cabe esperar. E igual que 'Reacher' funciona en la medida que lo convirtió en un éxito para Lee Child, funciona a la medida en la que lo ha hecho para Jack Carr. Es buen cine (seriado) de "venganza" que, dentro de lo que claramente es una ficción, se siente lógico y creíble. E incluso auténtico de manera tan vergonzosamente disfrutable que a uno no le extraña que haya una masacre en Estados Unidos cada semana.
Wanchope
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6
28 de mayo de 2010
38 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una de esas películas de las que uno no tiene muy claro que decir, especialmente porque dudo de que merezca la pena intentar extenderse unas líneas de más en una cinta cuya cachonda sencillez no reviste más misterio que el disfrute de un absurdo disparate. Más parecida a un extenso e irregular sketch de algun programa de humor televisivo, estos 100 minutos de metraje son una sucesión de ideas antes que un relato propiamente dicho, ideas eso sí adornadas con mucho humor negro y ácido, y un particular mimo especial para el recuerdo de "aquellos maravillosos ochenta" que la hacen propicia, especialmente, para todo aquel que tuvo algo de voz en la década prodigiosa.

Sin dar muchos rodeos podríamos decir que la cinta es, como su título bien ayuda a intuir, tan estúpida como absurda, y en la que lo de menos es la lógica del por qué o el sentido del cómo. Resumiendo, de una simpleza y ligereza tontorrona que asusta… pero he aquí que, nada que objetar, ya que como en todo si esto se hace lo suficientemente bien como para darle la vuelta a la tortilla, aunque sea un bien cogido con alfileres, con una gamberrada tan divertida como esta no hay reparo alguno en pasar por alto su cuestionable calidad como película para elevarla a la categoría de “título simpático”. Usease, dicho de manera poco fina, un pedo que da gusto oler.

Dejando al margen la lógica interna del relato más allá del chascarrillo, y que brilla tanto por su ausencia que al mismo tiempo apenas se la echa de menos, la cinta plantea una variante al manido tema de los viajes en el tiempo en clave de comedia sin responsabilidad civil alguna, de moraleja fácil y por supuesto, poco seria. Una especie de 'Regreso al futuro' chabacano y casposo para melancólicos ochenteros que superan ya la treintena. Un relato fácil, predecible y sin complicaciones al que para nada hay que tomar en serio e ideal para ver en grupo, y al que se entregan en cuerpo y alma sus protagonistas quiénes aguantan el embite con carisma, buena cara y algun que otro golpe.
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Wanchope
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1
14 de enero de 2011
27 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que 'La daga de Rasputín' fuese una película mala es algo que debería sorprender a muy poquitos, por no decir más bien que a nadie con un mínimo de idea. Es una de esas películas a las que no se les pide ser buenas porque no tienen ninguna necesidad de serlo, casi ni tan siquiera de aparentarlo. Si ya de por sí el primer film era más bien flojo como película, o al menos eso es lo que mi memoria alcanza a recordar del mismo, ¿por qué esperar otra cosa distinta de esta su tardía secuela? Ahora bien, 'El oro de Moscú' era una película más bien floja, sí, pero divertida. He aquí el quiz. Y es que lo dicho, a una película de este estilo no se le piden estrellas en una crítica, sino risas en una platea. ¿O no?

Así que para juzgarla consideremos más oportuno concederle el privilegio de partir de la base de que es una mala película, y que lo es por propia voluntad e iniciativa. Pues bien, aun así la película logra decepcionar hasta las expectativas más escasas, y aun dentro de sus auto impuestas limitaciones artísticas en proporción es igualmente mala. Sí, tal y como suena, es aun peor de lo que parece pues es mala incluso para ser mala, todo un (des)mérito que haría las delicias de cineastas tan considerados para con el séptimo arte como Uwe Boll. Pero no es sólo que sea tan mala que incluso duele, no, es que además no tiene ni esa puñetera gracia que al menos consiga justificar de alguna manera la mediocridad expuesta en pantalla.

Nada más acabar de ver la segunda (¡¿y última?!) película de Jesús Bonilla me surgieron en la mente dos títulos de películas próximas a estrenar, 'Carne de neón' y 'Secuestrados', dos películas españolas que un servidor tuvo oportunidad de disfrutar en su primera incursión en aquello que llaman el Festival de Cine Fantástico de Sitges. Y lo cierto es que las dos son películas muy interesantes, recomendables, cuanto menos merecedoras de una oportunidad bien hermosa y para nada gratuita. ¿Y por qué este pensamiento? Pues porque me dio por calcular cuantos espectadores caerán en las redes de esta "daga" y lo pagarán con cualquiera de ellas escudándose en su misma denominación de origen. Y es una lástima que el termino "españolada" no caiga en desuso por culpa de producciones como 'La daga de Rasputín', una "españolada" en toda regla que, digámoslo bien alto, alimenta la voz de aquellos que le niegan el pan al que debería ser nuestro cine. Y con razón. Hace ni un mes se estrenó 'Don Mendo Rock ¿La venganza?', y aunque no he tenido el gusto me consta de oídas que es más o menos harina del mismo costal y tan poco merecedora como esta "daga" de ser reconocida con un Goya por su brillante contribución a la cinematografía española.
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Wanchope
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