La gente se salía del cine mientras yo trataba de disimular torpemente los gordos lagrimones que me recorrían la cara. No podía comprender que hubiera personas capaces de ignorar, o incluso detestar, el soberbio espectáculo, el tropel de fuertes sensaciones lanzado directamente desde la pantalla al corazón del espectador. Es por ello que pensaba que quizá fuera que simplemente se salieran porque no podían resistir tanto dolor...

Y es que el cine de Trier no admite la indiferencia: se ama o se detesta.

No es de extrañar que 2001 tenga tantos admiradores como detractores, pues a pesar de sus grandísimas virtudes, tiene un fallo monumental.

En el apartado virtudes, es la única película de ciencia ficción verosímil que conozco. Los increíbles –para la época– efectos especiales que muestran el comportamiento de los objetos y las personas en situación de microgravedad, son perfectamente verosímiles y no tiene nada que ver con “La guerra de las galaxias“, por poner un ejemplo, donde las naves braman o hacen maniobras cerradas en el espacio vacío, y también viajan de sistema en sistema en breves espacios de tiempo, todas ellas situaciones sencillamente imposibles. En ello, se ve la mano de Arthur C. Clarke, que dota a la película de la misma coherencia científica que tiene su obra literaria.

Por otro lado, está la fascinante historia de intriga que subyace entorno a HAL, digna del mejor Hitchcock y que, para mí, es lo mejor de la película... y de lo mejor de la historia del cine.

Además está la extraordinaria musica de los Strauss, que enmarca de forma genial las escenas, de forma que se ha convertido en parte inseparable de ella en nuestra memoria colectiva: ¿Alguién que haya visto la pelicula y no recuerde los compases iniciales de "Así habló Zarathrusta"?

Pero es que la trama básica: la historia de los monolitos NO SE ENTIENDE, y a partir de la llegada a Júpiter todo se convierte en un sinsentido psicodélico.

No vale decir que hay que leer el libro. La historia debe ser autocontenida y que no se entienda significa simple y llanamente que no está bien contada.

Aún así, creo que las virtudes pesan mucho más que este gran defecto, lo que hace que sea una de mis películas favoritas.

<< ... recuerdo una canción que me enseñó mi programador...>>

La primera película que he encontrado sin ningún voto y sin ninguna crítica. La están poniendo ahora mismo en la 2 y -evidentemente- es mala como la carne de pescuezo. Pero no me he resistido a auparla por unos instantes a lo más alto de los rankings. Espero que Gianfranco Baldanello, quienquiera que sea y dondequiera que esté, sepa apreciar el detalle.

:^P

El mexicano Alejandro Gonzáles de Iñárritu, que ya diera muestras de su saber hacer con la notable "Amores perros", confirma su clase con esta estupenda producción del lado norte de la frontera.

El montaje es caótico: parece como si se hubieran tirado las escenas sobre una mesa y se hubieran montado según caían. Esto obliga al espectador a realizar un esfuerzo extra para conseguir seguir la trama y, según parece, esta era precisamente la intención del creador con tan extraña forma narrativa.

La historia en si, es similar a la de "Amores perros", con tres personajes unidos por un trágico accidente de tráfico. Esto se convierte en un duelo interpretativo entre los tres excelentes actores que les dan vida.

En esta época de decadencia en la cinematografía hollywoodiense, obras como esta se convierten en una bocanada de aire fresco.

Esta cinta independiente es el extraordinario estreno de un John McNaughton, que, curiosamente, una vez en la vereda del cine comercial, solamente ha producido obras mediocres o, directamente, malas.

Yo calificaría este film de hiperrealista, pues las actuaciones y los crímenes son tan creíbles que la sensación de desagrado, horror y rechazo extremo invade al espectador durante todo el metraje. Pero la cinta consigue impactar, sobre todo, por la ausencia de cualquier tipo de ética o moralidad en el asesino: cuando creemos atisbar en él un mínimo de humanidad se encarga de escupirnos en la cara que no, que él solamente es un asesino sistemático.

Es de las películas que te dejan sin palabras cuando terminan, permanecen dando vueltas en la cabeza durante días y se recuerdan toda la vida.

Es, en definitiva, buen cine.