Tanto a esta película como a "Cristal oscuro" (ambas de los 80 y de Jim Henson) les he puesto un 8. ¿Por qué? Entre otras muchas cosas, porque ya va a ser muy difícil, por no decir imposible, que se vuelvan a rodar películas infantiles y/o de fantasía como éstas, en las que todo (los decorados, las marionetas, los espacios) son artesanos y de verdad. La informática será infinitamente más rápida y menos costosa, pero es muy complicado que de un resultado que posea el encanto y la magia de films como "Dentro del laberinto".

Ah, y además, las dos películas mencionadas en el primer párrafo son entretenidísimas y resultan aptas tanto para un niño como para un espectador adulto exigente.

Es una pena que se nos haya ido el genial Jim Henson y no ha prácticamente ningún director que haya recogido su legado.

PD: Y por si fuera poco, en "Dentro del laberinto" se puede ver a Bowie de malo, embutido en mallas, con el pelo cardaro y cantando canciones con un montón de marionetas de coro. ¿Se le puede pedir más a una película?

El que esta película tenga un 8,1 de nota me hace pensar que en esta media tan alta hay un porcentaje nada desdeñable de esnobismo.
Es indudable que este film (realizado por el cineasta soviético Dziga Vertov) ha sido muy influyente, en cuanto a técnicas de montaje sobre todo, en el cine posterior, y que es fácil que incluyan su visionado en cualquier asignatura universitaria sobre la historia de cine (es fue mi caso). Sin embargo, también es facil deducir, tras verlo una vez, varias cosas:
1) Que "El hombre de la cámara" es un tostón infumable para casi cualquier espectador actual es también indudable. De hecho, verla hasta el final cuesta una barbaridad.
2) Que, tal vez por curiosidad cinéfila, es fácil que esta película se puede acabar viendo. Lo que dudo es que alguien repita tras haberla visto una primera vez.
3) Précisamente por su influencia y por el merito de algunas técnicas que el director usa en pleno año 29, le he puesto un 4. Si no es por eso, tendría aún menos nota.

1º) El personaje del gafapasta dueño del videoclub está muy exagerado.
2º) Para ser un corto realizado por el que fue director de Celda 211, es bastante casero y artesano tanto en el aspecto visual como en el técnico.
3º) Puesto a escoger una película de Tarkovsky como ejemplo de peli con la que quedarse frito, podrían haber escogido casi cualquier otra antes que "La infancia de Iván". Ésta dura sólo hora y media y, para ser del director ruso, tiene bastante buen ritmo y una trama sencilla.

Al menos para compensar estos tres defectos nos encontramos con un corto que tiene cierta gracia y que, sobre todo, ofrece al espectador varios nombres de directores de cine poco conocidos sobre los que investigar.

Efectivamente, esta miniserie de seis episodios fue creada por los dos responsables que harían un par de años después esa obra maestra que es The Wire. Al tratar temáticas parecidas (en ambos casos se habla, aunque con distintos puntos de vista, de las zonas marginales y los problemas de drogas en la ciudad de Baltimore) The Corner puede ser considerada como el hermano pequeño o el paso previo a The Wire.
En mi caso, y creo que es lo más corriente al menos en España, yo descubrí The Corner tras haber visto The Wire. Lo cierto es que, además de ser un gran epílogo para las cinco temporadas de ésta, es una gozada y un hallazgo ver a muchos de los que acabarían siendo actores de The Wire haciendo de drogadictos, en un registro totalmente distinto.
También hay que decir que, al centrarse en las vivencias durante un año de una familia desestructurada y con problemas de drogas entre sus miembros, es más seria y no tiene ese sentido de humor tan especial de The Wire. Sin embargo a pesar de su dureza, inevitable por el tema que trata, sus creadores tienen gran habilidad y maestría a la hora de evitar, casi siempre, el exceso de melodramatismo. No quiero ni pensar en que se podría haber convertido The Corner si llega a ser rodada por un director español tipo Fernando León de Aranoa o similares.

Si fuera solamente por lo que es la serie en sí, probablemente la debería calificar con un par de puntos más. Sin embargo, como he puesto al comienzo de mi crítica, con esta serie no puedo ser objetivo. Ello se debe a que por culpa de "Salvados por la campana", tuve que aguantar el apodo de "Scrich" durante gran parte de mi infancia, y todo por tener el pelo como éste personaje. Aunque a día de hoy me acuerdo y me lo tomo con humor, esta es mi pequeña y particular venganza, jeje.