Es una comedia muy disfrutable que sin pretensiones aborda temas diversos con mucha soltura y desparpajo desde las relaciones de pareja hasta un jucio por asesinato, tod ello con muchos gags que funcionan a la perfección y le dan un rato divertido y pasajero a quién la ve. Todo esto contando con dos intérpretes ideales como el gran Joe Pesci ( graciocísimo en las escenas con el juéz) y una fantástica, muy suelta e hilarante Marisa Tomei, que con Oscar en mano por su frescura y talento bordó a su Lisa, un personaje entrañable.

Que Joel Schumacher es un director bastante mediocre, que busca el impacto directo y nada mas que ganar dinero con sus films, es tan cierto que como Cate Blanchett es una de las intérpretes más dúctiles y maravillosas de la actualidad, que colma la pantalla y engrandece a películas.
En este film se juntan... el resultado es correcto... pero exiguo... pasa y uno tiene la sensación de que no queda mucho.... osea un film comercial sin más en el que la denuncia social aflora... funcionando en tramos y en otros no.
La historia de la reportera Veronica Guerin es bastante atractiva... eso es cierto, así como también tuvo un impresionante coraje y muchos cojones ( huevos se dice en mi país) para hacer todo lo que hizo. Quizás en el valor de ella, resaltado en este film, resida la mayor carga drmática, el de mostar que Veronica se jugó por sus ideales y su afan de cambiar.
Sensacionalista en muuchas escenas que Schmacher no escatima dureza y a la superficialidad en pos de mostrar todas las miserias posibles de un barrio irlandés y el ámbito de los zares de la droga.
Lo unico que sobresale sin dudas es la presencia magnética de la Blanchett (también son dignos los secundarios de Brenda Fricker y Ciaran Hinds), a estas alturas razón valedera de ver un film que no busca más que una comercialización y una llovida de premios, que nunca vinieron ( Cate Blanchett ni siquiera fue nominada al Oscar), en fin una muestra más del poder de mediocridad de este director que busca el impacto directo y olvida a veces las reglas del buen cine.

Este film es el alegato que todo argentino que no quiere que regresen los militares al país debe ver, aqui no se retrataran los conflíctos, las torturas, los centros clandestinos, ni siquiera se ambienta en esos años. Sino se situa ya en la democracia, en donde se creía estabale a un país, pero que nunca se imaginó que había un después del horror, de ese después, quizás más doloroso, habla este maravilloso y necesario film.
En la comodidad burguesa está Alicia, una profesora que quiere su profesión y no descuida a su familia, en especial a su pequña hijita. Su vida transita normalmente, hasta que el reencuentro con una amiga le comienza abrir los ojos sobre lo que pasaba en esos años de la Dictadura, en lo que ella, esposa de un militar, no sufrió ningún tipo de pérdidas ni sobresaltos.
Cada vez más Alicia no sólo indagará en su marido, sino en su pequeña hija, adoptada por aquellos años.
El compromiso de Puenzo con esta historia es notable, el acercamiento a una historia tan accesible como dura, los misterios de la cotideaneidad que expone en la vida de este matrimonio y los cambios súbitos, se notan y vaya si se notan....
Con tiempos en los que se recuerda permanentemente esos años horrorosos, el film fue el que de alguna manera mostró al mundo una parte del Proceso, y lo mostró con tal calidad que se convierte en emblemático. El Oscar incluido y ma´s que merecido.
Guión fuerte, lleno de emoción y sinceridad, compromiso del director y rubros técinos buenos no hacen más que reforzar esto.
A los actores no se les puede objetar nada, basta verle los ojos de la maestra de Norma Aleandro, en quizás su más poderosa actuación y la que más conmueva, no se le pude despegar los ojos a esta gran artista; al igual que el extraordinario Hector Alterio, eclipsado por Alendro en este film, pero de notable presencia escenica. Mención aparte a los secundarios de Hugo Arana, Patrico Contreras, Chela Ruiz y Chunchuna Villafañe (ambas se llevan las escenas más emocionantes) y la pequeña Analía Castro, cuya última escena se la llevan quienes vean está imponente película, una de las mejores formas de repudiar a los militares y uno de los mejores films de la historia del cine argentino.

A partir de un suceso ocurrido en víperas de la Revolución Francesa, protagonizado por la Condesa La Motte, el famoso cardenal De Rohan y la degollada María Antonieta, se propone aqui contar esta hazaña llevada a cabo por una mujer que en apariencia intenta recuperar la memoria de su familia.
El film de Charles Shyer tiene bastantes puntos buenos en primer lugar es que el film es llevadero, no se torna pesado y cuenta muy a la americana un escándalo que hubiese sido más tedioso con franceses verdaderos. En segundo lugar el elenco es muy bueno aunque algunos personajes resulten artificiales y poco necesarios. Y por últimos una ambientación realmente encomiable, que resulta lo más logrado del film.
La intriga de este collar es un poco artificiosa en momentos y dá la sensacion de que la profundidad está ausente en casi todo el metraje, en especial en las razones del accionar de los personajes.
La excelente Hilary Swank hizo un notable esfuerzo por dotar de esa credibilidad y hondura ausente de su Condesa, y puedo decir que el valedero su trabajo. Pryce, Cox y Walken estan sobrios, Baker y Brody desdibujados y Joely Ricahrdson hace esfuerzos enormes para convencer en su maltrartado rol de María Antonieta.
Entretenida, aunque la superficialidad sea una falla devenida de una dirección muy poco inspirada de Shyer, que ni siquiera intentó dar un vuelo a una historia más que rica e interesante.

He aquí uno de esos film que si bien me gustan, te dajan un sabor raro, no sabes realmente si te gustó su historia o el envoltorio. Aqui el envoltorio es excelente, pero la trama se dispersa, se diluye y pierde el rumbo.
La falla es que la historia no es fija, sino que hay varias cosas que le pasan a Charlotte, comenzando desde su alistamiento para ser mensajera con el fin de así encontrar a su amado al conoció solo una noche (!!). Por supuyesto eso se olvidará y empezará un tiempo de tensión, en el que Charlotte deberá darse maña para continuar con su trabajo y mantener la relación con dos niños y un hombre.
Cada èscena que pasa, pareciera que se olvida de las otras y ahi reside la falla, que se propone contar mucho y se termina contando muy poco.
Esto no es problema de los impecables rubros ténicos, que consiguen una muy buena ambientación. Tampocom es problema de la maravillosa Cate Blanchett ni de los efectivos Billy Crudup y Michael Gambon. Sino de la ambición de la directora que se dejó llevar demasiado por lo que le ofrecía el libro original.
Irregular, pero muy efectivo y correcto.