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España España · Sevilla
Críticas de Seldon
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Críticas 245
Críticas ordenadas por utilidad
8
24 de septiembre de 2014
35 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empecé a ver esta serie con una mezcla de curiosidad, expectativas (al fin y al cabo es una producción de la HBO, lo que casi siempre garantiza calidad) y ciertos reparos (que algo se anuncie como “el nuevo trabajo del creador de Perdidos”, no necesariamente juega a su favor, y eso aunque no te llevaras un chasco monumental con el final de Perdidos). Y cuando acabé de ver el episodio piloto pensé que esta serie podía tanto ser una de las mayores genialidades de la HBO como convertirse en uno de los fiascos y tomaduras de pelo más grandes de la cadena.

Un buen día de 2011 (creo recordar que es el 14 de octubre en la serie) a escala global, en todas partes, simultáneamente, sin previo aviso, personas que estaban haciendo sus actividades cotidianas, en un instante desaparecen sin dejar rastro. En todo el mundo, una de cada 50 personas se ha desvanecido repentinamente sin explicación y sin dejar rastro.

Un arranque potente y original ¿verdad? Bueno, pues la originalidad de verdad es que la serie no va de explicar que les pasó o porqué les pasó a ese 2% de la población mundial. La serie se desarrolla tres años después (es decir, en nuestro presente, en 2014) y lo que trata es la repercusión de esa misteriosa “partida”, lo que trata es lo que les pasa a los que quedaron atrás (los leftovers del título).

A través de unos cuantos personajes, vemos como la sociedad ha quedado profundamente tocada, más tocada de hecho de lo que se podría pensar teniendo en cuenta que el 98% restante de la población sigue allí, pero con una sensación de vacío y de herida aún sin cerrar, y sobre todo sin ninguna respuesta. Mientras algunos luchan por pasar página y seguir viviendo, otros no pueden. Se organizan congresos sobre los desaparecidos, movimientos religiosos, gente que escribe libros sobre sus expreincias, chalados con teorías visionarias y conspiranoicas,...

Los que desaparecieron lo hicieron completamente al azar, en todo el mundo, de todas las edades (desde ancianos a punto de morir a fetos en el útero de sus madres embarazadas) y de todas las clases soculaes (uno de los desparecidos fue el propio Papa Benedicto XVI, así que ya sabéis porqué tenemos al papa Francisco).

El protagonista principal es Kevin Garvey, un padre de familia que se esfuerza por mantener una aparente normalidad con su hija adolescente Jill (que ha pasado de ser una estudiante de diez a una chica problemática, contestataria y que parece pasar de todos) mientras trabaja como jefe de policía de su pequeña ciudad: Mapletown.

Hay personajes como el revernedo Matt, que que investiga a los desaparecidos, buscando a delincuentes, estafadores, gente que engañaba a sus mujeres o que se jugó apostando el dinero para los estudios de sus hijos,... y los desenmascara editando carteles y contando cómo relamente no eran tan buenas personas. Eso sí, cabreando de paso a mucha gente, familiares incluídos, que no sabían como eran sus seres queridos.


Hay gente trabajando para el gobierno, elaborando completos censos de desaparecidos y entrvistando a sus familiares, haciéndoles largúisimos test con preguntas que aparentemente nada tiene que ver, buscando patrones, trantando de averiguar lo que tenían en común.

Hay una mujer que perdió a toda su familia (su marido y sus dos hijos) en la “partida”, que luego descubrió que su marido la engañaba con la profesora de los niños, y que ahora de vez en cuando se pone un chaleco antibalas y contrata a gente para recibir un disparo y sentir por un momento -supongo- lo que debe ser abandonar el mundo como hizo su familia.

<sigo en el spoiler por falta de espacio>


Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2014/09/the-leftovers-tiene-algo.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
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9
30 de septiembre de 2014
34 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos referencias se viene inmediatamente a la mente después (e incluso antes) de ver La Isla Mínima: True Detective, la magnífica serie de la HBO, y el caso de las niñas de Alcasser. Puede que ambos casos los parecidos sean más superficiales que otra cosa, pero desde luego están ahí.

La Isla Mínima cuenta el la desaparición de dos niñas de un pueblo y su investigación por parte de un par de policías de caracteres opuestos.

Y ya desde el principio de la película, con espectaculares e inverosímiles (por lo poco vistas) tomas aéreas, queda claro que el paisaje, el entorno va a ser un personaje más de la película, y que esos engañosos y laberínticos paisajes que nos muestran son una especie de metáfora de la historia que nos van a contar.

No es que Alberto Rodríguez, el director, copie el argumento de True Detective, pero la coincidencia superficial si que está ahí. Sin embargo, Louisiana no es Sevilla, los pantanos que forma el Mississippi no son las marismas del Guadalquivir, ni True Detective es La Isla Mínima. Aquella es más perfecta, más redonda, pero esta tiene personalidad propia, y como tal debería ser juzgada y valorada, sin comparaciones para bien ni para mal.

La ambientación y el toque local están magníficamente conseguidos: aquí los personajes no beben bourbon, sino ginebra, no escuchan country sino a Baccara en la discoteca del pueblo y no van a un club de stripteas frecuentado por camioneros, sino al puticlub. La recreación de un tiempo (la transición, las huelgas, los viejos métodos y actitudes que se resisten a desaparecer...) y un lugar (un pueblo dejado de la mano de Dios, todavía en el subdesarrollo, los jornaleros del campo para la cosecha,...) está muy bien conseguida, y no sólo porque logren ser verosímiles enseñando los modelos de coches correctos para la época (si no sabéis cual es la diferencia entre un Dos Caballos y un Dyane 6, aquí la aprenderéis), sino porque consiguen una atmósfera opresiva, pesimista, de desesperación. Mujeres resignadas, jóvenes sin futuro que quieren abandonar el pueblo para tener uno, ferias de pueblo con sus casetillas para tirar con la escopeta de plomillos, jornaleros itinerantes que llegan para la cosecha y que se marcharán con ellas, obreros en huelga,...

Hay que reconocerles tanto a Javier Gutiérrez como a Raúl Arévalo que están magníficos en sus papeles de los dos policías tan –aparentemente opuestos- pero decía antes que el ambiente, el pueblo, marisma, es otro personaje más. El uso del paisaje como un recurso está muy conseguido, la lluvia, la marisma, persecuciones nocturnas por caminos de tierra,...

El resto de los actores me gustó menos, la verdad. Nerea Barros no está mal, pero no me la acabo de creer interpretando a la madre de las niñas. Y el papel de Antonio de la Torre como el padre y el barquero del pueblo no le da mucho para lucirse.

Luego está Jesús Castro, Quina, que repite exactamente el mismo personaje de El Niño, el chulito guaperas del pueblo, aunque aquí es un secundario, y que no se si es que no da para más y es que lo han encasillado o que simplemente no da para más y se limita a hacer de si mismo. También repite (de El Niño), Jesús Carroza, que ya es un secundario habitual de las películas de Alberto Rodríguez: aparecía en 7 Vírgenes, y también en Grupo 7. Pero aquí su papel de Guardia Civil local es tan corto que la verdad es que es difícil de juzgar.

Siempre es de agradecer que el cine español se atreva sin complejos con películas de género, y este director parece que va lanzado. Esta es una película policiaca, de cine negro más que un thriller, Es una película oscura, son prestamistas, con traficantes de droga, de abusos y de extorsiones, no sólo sexuales (esas son las más evidentes que se muestran), sino también de los poderosos, los caciques del pueblo contra los más humildes (que sólo se insinúan, apenas se dibujan). Creo que por el tema, y por la coincidencia de las niñas, las quinceañeras misteriosamente desparecidas, recuerda bastante el caso de las niñas de Alcasser. Por eso y por más cosas que dejo para el spoiler.


Si te ha gustado y quieres leer más, pásate por: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/10/la-isla-minima-las-comparaciones-son.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
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4
6 de febrero de 2013
30 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinopsis A: (no os preocupéis, en esta sinopsis no hay ningún spoiler ni os voy a desvelar nada de la trama que no hayais podido leer en cualquier crítica de un periódico o de la web)
Hushpuppy es una intrépida niña de 5 o 6 años que vive con su padre en lo que él califica como el lugar más bonito del mundo: La Bañera. En plena naturaleza y en armonía con ella, comiendo lo que pescan o los pollos que crían, en el sur del mundo, en la parte húmeda del mundo, lejos de la fea civilización con sus humos, sus prisas, sus refinerías,... y separados de ella por el muro, que construyeron los que viven al norte, en la parte seca del mundo, donde temen al agua. Pero los habitantes de La Bañera no la temen, y Hushpuppy sabe que, inevitablemente, cuando los casquetes polares se deshielen, el agua subirá y subirá, y antiguos animales semi-mitológicos ya desaparecidos, como los uros, volverán a aparecer en el mundo.

Sinopsis B: (esta sinopsis cuenta exactamente lo mismo, que la anterior, ni un detalle adicional de la trama, pero desde otra óptica, que puede que adoptes en cuanto empieces a ver la película)
Hushpuppy es una inconsciente negrita de 5 o 6 años que vive con su padre, enfermo, borracho, y con ciertos brotes de mal genio que casi rozan el maltrato en una isla de una zona pantanosa e inundable de marismas (probablemente en algún lugar de la costa de Louisiana, cerca de Nueva Orleáns), llamada Isla Charles Doucet, pero a la que sus habitantes llaman La Bañera. Los moradores de La Bañera, una panda de sin-techo, medio borrachos, e inadaptados sociales a la que nadie en su sano juicio dejaría que se acercase una niña de 6 años (mucho menos que la criasen) viven en chabolas de madera y chapas, comiendo los pollos que crían, o el marisco y los peces que atrapan en la marisma. Y, a diferencia de sus civilizados vecinos al norte del dique que contiene las aguas de las inundaciones, no temen a la inminente tormenta que se acerca y amenza con dejar toda la zona, sus chabolas incluidas, bajo las aguas. No necesitan, ni quieren ser rescatados ni evacuados.

Si al ver la película crees que la descripción que mejor se ajusta a lo que has visto se corresponde con la Sinopsis A, esta, amigo mío, es tu película. Te gustará te parecerá mágica, trascendente, poética, filosófica, incluso ecologista.

Si al ver la película crees que la descripción que mejor se ajusta a lo que has visto se corresponde con la Sinopsis B, probablemente pensarás “¿Pero esto que es lo que es?”. Verás una película pretenciosa, vacía, aburrida en algunos momentos pese a no durar más de hora y media, llena de buenrrollismo, y con un toque de perroflautismo bastante marcado.

Digamos que será la película ideal para amantes del cine te Terrence Malick, la música de Manu Chao y Mano Negra y los simpatizantes de los movimientos en defensa de los pueblos indígenas.

Básicamente esta es una historia que mezcla miseria, exclusión social y demás elementos de la dura realidad del entorno con el realismo mágico que proporciona la visión de los ojos de la protagonista, la pequeña Hushpuppy.

En el fondo, no es más que la historia de Vive como quieras de Frank Capra, pero transplantada a un pantano de Louisiana en nuestros días.

En cualquier caso ss una mezcla extraña, y probablemente si ninguna de las dos sinopsis de parece del todo correcta, sentirás que la película se queda a medio camino de todo. Si logras entrar en el juego y ver la película con los ojos de la niña, te parecerá mágica y poética, pero si no... puede llegar a resultar cargante, acabarás un pelín harto de tanta voz en off que pone en boca de una niña de 6 años reflexiones tan profundas que podrían haberse sacado de los espesos textos de un filósofo del siglo XIX, te preguntarás que puñetas pintan (y que significan) esos jabalíes cornudos atiborrados de esteroides hasta las paletillas, etc.

La mayor virtud de la película es sin duda su protagonista. La verdad es que la niña está impresionante, toda una fuerza de la naturaleza. Y luego todos los accesorios que se le deberían dar por supuesto a una película ahora que el cine ha cumplido más de un siglo de vida: ambientación, paisajes, fotografía espectacular, etc.

Y probablemente su mayor defecto es que se toma demasiado en serio a si misma, casi como si pretendiera ser un tratado de filosofía natural, y de cómo vivir en armonía con la naturaleza, de una vuelta a las raíces y los orígenes (bueno, pasando por alto el pequeño detalle de que algunos tengan lanchas fueraborda, armas de fuego o que cocinen con gas). Y tampoco ayudan demasiado la omnipresente música de piano subrayándolo todo, ni una cámara temblorosa que no para quieta y que en algunos momentos llega a irritar bastante.

En fin, un experimento interesante y curioso, cine independiente norteamericano fuera de la corriente normal del cine comercial y carne de premios en múltiples festivales (echadle un vistazo a su palmarés) y que a mi me resulta particularmente difícil de juzgar: supongo que según tengas el día la puedes juzgar como muy mala o muy buena; yo lo dejo en la mitad: regular nada más.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2013/02/bestias-del-sur-salvaje-la-negrita.html
Seldon
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7
22 de junio de 2017
43 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mediados de los 80, la canadiense Margaret Atwood decidió escribir una especie de fábula, una distopía, en la que, en un futuro relativamente cercano los Estados Unidos han sido sustituidos por un estado absolutista, una dictadura militar de corte teocrático llamado la República de Gilead.

En el mundo imaginado por Margaret Atwood, las mujeres tienen asignados unos papeles muy concretos y son divididas en clases (casi como castas) y obligadas a seguir un estricto código de conducta y de vestimenta.

Están las esposas, la cúspide de la pirámide aunque para ellas también rigen prohibiciones como las de leer o escribir libros, que visten siempre de azul (aunque en la serie de TV a mi casi me parece más verde, pero bueno).

También están las Martas, mujeres que no pueden tener hijos, bien por su edad, bien por ser estériles (recordad que la esterilidad es un serio problema en este mundo), que están destinadas a ser sirvientas dedicadas a las tareas del hogar: cocinar, limpiar... Las Martas visten de un verde apagado

Y también están las criadas (que dan título a la serie) que también son sirvientas asignadas a las familias de los comandantes, vestidas de rojo, pero estas –a diferencia de las Martas- si son mujeres probadamente fértiles, que pueden tener hijos.

Por último están las tías, mujeres no fértiles, no casadas y normalmente de cierta edad que visten de color marrón, las únicas a las que se permite leer, y cuya función es adiestrar a las criadas.

Por supuesto no toda la población vive así: esto está reservado para los jerarcas del régimen, los Comandantes y sus familias. El resto (los hombres de clase social más baja, tienen esposas que deben cumplir todos los papeles (esposa, Marta, criada) a la vez, a las que se denomina “Econowives” en el original.

Y estas son las mujeres “legítimas”, las clases socialmente aceptadas. Además están las no-mujeres (las solteras por decisión propia, las lesbianas, las monjas, algunas viudas, las criadas que no han logrado concebir hijos, y en general las mujeres “disidentes”) que son ejecutadas o exiliadas para trabajar en las llamadas colonias (áreas rurales, agrícolas, con fuerte polución). Y por último las Jezabels, las prostitutas, bien las que ya eran profesionales antes, bien las que se han visto forzadas a ello para eludir ser declaradas no-mujeres.

Pero el meollo de la historia (y la razón del título: El cuento de la criada) viene del papel de las criadas (o las doncellas, según la versión). Su “trabajo” es tener hijos, y se considera casi sagrado, una bendición. El problema es que no es voluntario, claro, es obligado: la historia cuenta las vivencias de una de ellas, que es capturada cunado intentaba escapar con su familia a Canadá.

Una vez “entrenadas” por las tías en los llamados Centros Rojos, cada criada una es asignada a un comandante durante un periodo de servicio de unos meses: vivirá en su casa hasta quedarse embarazada, tener un hijo y entregarlo a la familia A partir de aquí pierden su nombre, pasan a denominarse con el nombre del comandante que tengan asignado en cada momento. La protagonista se llama Defred (Offred en el original) porque ahora está asignada al comandante Fred Waterstone. Literalmente se “de Fred” (“of Fred”) en el original. De la misma forma que otras criadas son Degeln/Ofglen (“de Glen”), Dewarren/Ofwarren (“de Warren”), etc. Y como una propiedad que son, cambian de nombre cada vez que cambian de comandante.

Aunque rodeada de una parafernalia y una liturgia místico-religiosa, su papel no es otro que el de ser úteros andantes: son reproductoras, están ahí para tener hijos. Cada mes, en sus días fértiles, tiene lugar “la ceremonia” en la que se tienden de espalda sobre el regazo de la esposa que la sujeta, mientras el comandante intenta hacer lo suyo. Todo muy aséptico y muy ceremonial: Nadie se desnuda, ni la criada ni la esposa ni el comandante, por supuesto el comandante no toca ni acaricia a la criada (aparte de penetrarla, claro). Esto también está justificado bíblicamente por el pasaje en que Raquel, que no podía darle hijos a Jacob, le ofrece a sus dos criadas para que le den un hijo. Pero por mucha justificación bíblica que tenga, no es de extrañar que no sea muy agradable para la esposa, no digamos ya para la criada, claro.

El problema es que en Gilead las estériles son sólo las mujeres, se presupone que los comandantes no tienen problemas de esterilidad, por lo que si una criada no puede quedarse embarazada después de varios periodos de servicio (a pesar de ser probadamente fértiles, bien por las pruebas que les han realizado, bien porque ya han tenido hijos antes) tienen “un pequeño problemilla”.

En general os puedo decir que la serie es mejor que la película. No os puedo decir por qué pero es así. Y eso que la película tenía buenos actores (por ejemplo Rober Duvall interpretaba al comandante Fred Waterstone). En la serie, la protagonista es Elizabet Moss (la secretaria de Mad Men), y también aparecen gente como Joseph Fiennes o Samira Wiley (de Orange is the New Black). Una cosa que me gustó mucho es cómo utiliza la música: mezcladas con la banda sonora más sinfónica, hay canciones pop o rock para realzar ciertos momentos, como Don’t You (Forget About Me) de los Simple Minds, o White Rabbit de Jefferson Airplane (en el episodio en que una alucinada Defred es llevada a uno de los prostíbulos donde conoce la existencia de las Jezabels).

En cualquier caso, recomendable, así que os la recomiendo.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2017/06/el-cuento-de-la-criada-nolite-te.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
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7
20 de junio de 2015
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece a que a la todopoderosa HBO le están saliendo algunos competidores en esto de producir series de TV. Uno de los más destacados de esos competidores es Netflix, que está jugando a todos lo palos: series dramáticas serias, series más ligeras, series de género,... de todo un poco.

Sense8 no creo que pase a la historia por ser una de esas series sesudas, reposadas y que goza del favor de crítica y público, y tampoco creo que pase a la historia como una serie modesta y de culto. Pero la verdad es que no se le puede negar que es sumamente entretenida, que no es poco. Y además supone la incursión en la televisión de los hermanos Wachowski, que son sus creadores y que dirigen más de la mitad de los episodios.


No sabría muy bien dentro de que género encuadrar esta serie, porque aunque en teoría es ciencia ficción, la verdad es que tarda bastantes episodios (como 7 u 8) en demostrarlo: antes bien podría ser del género fantástico, y desde luego de acción, bastante acción.

El título es un juego de palabras en si mismo: pronunciado en inglés sonaría como sensate, que viene a significar “consciente”, pero el 8 es intencionado, porque ese es su número de protagonistas.


Sense8 cuenta las historias entrelazadas de 8 personajes distribuidos por otras tantas ciudades de 4 continentes. Ocho personajes que aparentemente sólo tienen una cosa en común: son sensibles los unos a los otros. Están conectados de alguna manera, de forma que, aun sin conocerse ni haber oído nunca hablar los unos de los otros, de vez en cuando, uno de ellos puede sentir lo que siente el otro, ver lo que ve el otro. Por ejemplo, en una escena uno de los personajes, que escucha música con unos auriculares puestos empieza a oír los golpecitos que da otro de ellos a medio mundo de distancia. O bien oye los truenos y la lluvia de una tormenta cuando en su ciudad brilla el sol y en el cielo no hay ninguna nube.

Claro que esto es sólo al principio, poco a poco empezarán a establecer contacto –virtual- entre ellos, a “visitarse”, podrán verse y hablarse, y ver y hablar lo que ve el otro como si estuvieran junto a él aunque físicamente estén separados por miles de kilómetros.

Y así poco a poco comenzamos a conocer las vidas de todos ellos y su pasado a medida que sus propias vidas se van entrelazando y van siendo conscientes los unos de los otros y de que forman una especie de grupo (un cluster como lo llaman en la serie). Porque, con un poco de práctica, van descubriendo que pueden sentir lo que los demás sienten, saber lo que los demás saben y adquirir las habilidades que los demás tienen. De hecho lo que empieza siendo simplemente “visitas” a los otros y conversaciones con ellos, acaba convirtiéndose en que unos pueden “asumir el control” del otro, meterse dentro de él y hasta actuar como actuarían ellos, cosa a la que la serie saca bastante partido, sobre todo en las escenas de acción.

Curiosamente entre los personajes secundarios tenemos a Jonas Maliki (al que interpreta Naveen Andrews, el iraquí de Lost) otro “sensate” que contacta con ellos para advertirles del peligro que corren y de que los están buscando para eliminarlos, y que será quien les vaya revelando información sobre su origen y su condición. Y también aparece brevemente Daryl Hannah, en el escueto papel de la misteriosa Angel (Angélica). De hecho la serie empieza justamente con su suicidio, cuando se ve desesperada y atrapada, y tras hacerle prometer a Jonas que “cuidará de ellos”.

La verdad es que aunque pueda parecer una serie típica no trata temas típicos, sino que se mete en harina con cosas como la multiculturalidad, la política, la sexualidad (y la homosexualidad, o la transexualidad), la religión, etc. Probablemente te gustará si te gustan series como Utopía, o mejor aún Orphan Black, a la que creo que se parece más.

Y sobre todo hay que reconocerle que los doce episodios de la primera temporada son francamente muy entretenidos, con un ritmo y una realización ágiles (sobre todo las escenas en las que interactúan unos con otros) con escenas de acción bien dosificadas, cierto sentido del humor (sobre todo la historia del actor Mexicano) y en la que casi ningún episodio aburre (salvo quizás uno, creo recordar que el noveno).

A ver que tal la continúan en la segunda temporada...
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2015/06/sense8-la-serie-de-los-wachowski.html#
<< no se cuenta gran cosa en el spoiler, pero por sia acso>>>
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