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España España · Las Palmas de Gran Canaria
Críticas de Luis Alberto Serrano
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Críticas 38
Críticas ordenadas por utilidad
3
4 de septiembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A nadie se le escapa que al ir a ver una película de los Hermanos Cohen vamos con las expectativas en alto. Es como si cada peli que hacen tuvieran que pasar un examen. Su tipo de cine es tan particular que no se puede ver una de sus películas sin evaluar toda su filmografía. Si no has visto ningún film de ellos, quizás te parezca ridículo. Eso le pasó a la persona que me acompaño a verla.

La cinta es absurda, pero no mucho más que "El gran Lebowski" (1.998) de la que soy un devoto admirador. La trama nos cuenta, en formato de metacine y homenaje real a todos aquellos productores de los estudios del Hollywood dorado, el día a día de un gran estudio de producción de la época. Habla de la vida de esos productores que trabajaban en 10 películas a la vez y que resolvían problemas de una, de otra, de sus actores, de sus promociones y mil cosas más. Cómo refleja bien esta película: "vivían en un sin vivir".

Quizás es lo único que me entretuvo durante las dos horas que dura. Ver, con envidia, como se puede trabajar en varios proyectos de cine a la vez me cautivó. Ojalá algún día me pase. Pero las tramas de este guion están demasiado desestructuradas como para darle coherencia al relato. Eso es lo que más me sorprendió. De verdad que adoro el cinismo y el estilo de los Cohen, pero aquí me parece que se les escapó el agua de las manos por entre media de los dedos. Quisieron contar tantas cosas, para darle ese carácter claustrofóbico y estresante al protagonista, que las tramas secundarias hicieron que la principal (el secuestro de una de las mayores estrellas del estudio en medio del rodaje de una versión de una película de romanos) se quede floja hasta el punto que parezca una trama secundaria más.

Además, le resta mucho ritmo el que algunas de las tramas secundarias no tengan nada que ver con la principal. De hecho algunas de ellas sobran. La película sin el personaje de Scarlett Johansson y su enredo del embarazo sigue siendo la misma película. Conclusión: sobra. Esto, más el poco interés dramático que se le da al secuestro, hace que los puntos de giro sean flojos. No hay tensión. Han secuestrado a la gran estrella, interpretado magistralmente por George Clooney, y no hay drama. Todos siguen haciendo su vida como si nada. Realmente vi demasiados personajes mal dibujados, con reacciones que, para mí, no reflejan una realidad. Creo que esa es la diferencia con "El Gran Lebowski" donde, ahí, los personajes si tienen acciones coherentes con sus personalidades.

Al final queda una película bastante aburrida, que no te engancha nada más que por los decorados de Nancu Haigh, ganadora de un Óscar por "Bugsy" (1.991) y la fotografía muy cuidada a cargo de Roger Deakins, nominado nada más y nada menos que 13 veces. Este año lo fue por "Sicario" (2.015), pero tiene otras nominaciones por "Cadena Perpetua" (1.994), "Fargo" (1.996), "No es país para viejos" (2.007), "Skyfall" (2.013) y varias más. Tiene momentos muy logrados en los números musicales (aunque a mi parecer un poco largos) y que reflejan, con notoriedad, ese cine del Hollywood de los años 50.

Muy destacable el casting. Un lujazo. No está al alcance de todos poder tener un elenco como este. Encabezado magistralmente por Josh Brolin y George Clooney, el resto de personajes secundarios están a la altura de este ejercicio de cine negro. Citemos lo brillantes que están Scarlett Johansson en el papel de la actiz ligera de cascos, Elden Ehrenreich en el actor que no sabe hablar, supergenial Ralph Fiennes que hace de un director agobiado, los "dos" papeles de Tilda Swinton, el guaperas Channin Tatum que me gustó más en "Los odiosos ocho" (2.016) y, como siempre, Frances McDormand.

No sé si les pasó factura a los hermanos Cohen el haber estado trabajando los guiones de "Invencible", la película dirigida por Angelina Jolie o para Steven Spielberg en el guión de "El puente de los espías" por el que estuvieron nominados al Óscar. Tampoco me encantó ese guion en particular ya que lo vi demasiado plano y monótono. En esta película es todo lo contrario, tiene un exceso de tramas que la convierte en un producto disperso.

Y a ver, de comedia te ríes más bien poquito. Si quieren comedia negra, deberían haber visto "La maldición del escorpión de jade" (2.001) o "Balas sobre Broadway" (1.997) del maestro Woody Allen. De todas formas, es muy valorable todos los guiños al cine de la época, mezclandolo con la búsqueda de comunistas y la caza de brujas en que se convirtió Hollywood.


Valoración: ABURRIDA

@luisalserrano
Luis Alberto Serrano
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8
7 de marzo de 2022
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
              Reconozco que me esperaba algo más de esta película, pero, aun así, me gustó. Pienso que, cuando el cine independiente llega a los grandes premios, es por que tiene virtudes. Esta historia las tiene, pero también tiene defectos. Creía que iba a ser mi favorita para ganar el Óscar y me da pena que no lo sea. El guion es fresco, divertido, me atrevería a decir que hasta original y un punto disruptivo. Aunque, a medida que avanzan los minutos te das cuenta de que lo que solo es original son algunas de las secuencias que, por absurdas, te perecen divertidas.

            Ese es uno de los riesgos cuando realizas un producto artístico. Si coqueteas con el absurdo, a algunas personas les puede parecer ridículo. A mí, en esta cinta, a ratos. La primera cosa que no me encajó fue la diferencia de edad entre los protagonistas. Y es importante, porque es un de las tramas centrales de la historia. No me la transmitieron. Ella sí me pareció una chica de 25 aniñada, pero él no me pareció un niño de 15 en ningún momento. Y no es por su aspecto físico, que pudiera haber pasado por esa edad, si no por el desarrollo de sus acciones en la película. Empieza bien, un niño de 15 años puede ser estrella de la televisión, pero no me creo, de verdad, que fuera capaz de crear empresas de un día para otro. Esto me parece, más bien, una necesidad del guionista para que las piezas encajen que una realidad.

            Lo que está impecablemente conseguido en esta película es la trama principal de relación amor-odio infantiloide de la pareja de protagonistas. No hay que perder de vista que la historia está ambientada en los primeros años de la década de los 70. La pubertad era más inocente que la de hoy en día. La manera en que se acercaban o se alejaban, jugando sus fichas cada uno de ellos, la hemos vivido todos (y cuando digo todos, es todos) en nuestra juventud. Por eso se nos hace tan familiar la historia y nos encantan los personajes al vernos reflejados, de alguna manera, en su forma de reaccionar.

            Otro aspecto a destacar es el título. “Licorice Pizza” es como si fuera una pizza de regaliz que es como se llamaban en la época a los discos de vinilo. Son las canciones que van sonando durante la película (seguramente Paul Thomas Anderson aprendió de la vida a través de las canciones de los discos que tenía en la casa. Como casi todos nosotros). Bowie, Paul McCartney, Chuck Berry, Sonny & Cher y un largo y acertado etcétera van poniendo los ingredientes a esa pizza a medida que los personajes van sintiendo emociones.

            Para finalizar, hablar del equipo actoral. Me encantó Alana Haim en su personaje. A veces da la sensación de ser “tontita” y otras muy lista. Logrado con mucha naturalidad. Que sepan que tiene una banda de música con sus hermanas “Heim”, como su propio apellido. De hecho, ellas son sus hermanas en la película (y los padres, también son los reales). Cooper Hoffman debuta en el cine con esta película. Y que les digo, que para ser la primera vez, es muchísimo más que digno. Tuvo buen maestro, porque es hijo de Philip Seymour Hoffman, ganador del Óscar (por “Capote” (Bennett Miller, 2005)) . Y mención para el elenco de secundarios de lujo: Sean Penn (brillante, como siempre), Bradley Cooper (exagerado, para mi gusto), John C. Reilly (¿disfrazado de Herman Monster?), Tom Waits (demasiado histriónico). Ya los quisiéramos nosotros en una película. Además, podemos ver a Sasha Rebeca Spielberg (hija de…), Ray Nicholson (hijo de…) o a George DiCaprio (padre de…).

            Diré que es una película entretenida. Para mí, no pasa mucho más de eso y que no llega a otras obras de su director como las obras de arte "Boogie Nights" (1997) o “Magnolia” (1999); o como “Pozos de ambición” (2007) y “The Master” (2012). Y, aun así, lo mismo puede dar la sorpresa con el Óscar al mejor director en su tercera nominación en esta categoría.

@luisalserrano @MiPropiaLuna
Luis Alberto Serrano
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6
4 de marzo de 2022
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
              El cine es arte, pero también es entretenimiento. Esta película hay que saber seleccionarla, a la hora de verla. Quizás, el fondo y la forma están muy bien combinados, pero el ritmo pausado típico en la narrativa cinematográfica oriental no es para todos los públicos. Aquí está perfectamente justificado por los perfíles psicológicos de los personajes. Las largas conversaciones y, sobre todo, los silencios nos presentan los estados anímicos del director teatral Yûsuke Kafuku (Nishijima). La muerte tan repentina de su esposa (Kirishima) lo sume en un mar de dudas, inseguridades y miedos. Esta película habla, sobre todo, de eso, de soledad, desamor, dolor y miedo. Y ahí, podemos decir que es una gran película.

            Pero dura tres horas. No estamos acostumbrados a metrajes tan largos. Aquí juegan en contra ese exceso de diálogos en plano contra plano (y que, al ser dentro de un coche son ineludiblemente en primeros planos). Si a las conversaciones les unimos los silencios en los que mostrar la lentitud con la que la mente del protagonista procesa todo el dolor y las incertidumbres que lleva dentro, se entiende que el público en general se haya aburrido mucho. A mi me aburrió. Tenía ganas de que terminara. Quizás no elegí el mejor día para verla o que el exceso de secuencias en los que se ensaya la obra de teatro y los largas que son, me sacaban de la trama principal.

            Esta película es una adaptación mucho más que libre del Relato de mismo nombre escrito por el autor japonés Haruki Murakami, eterno candidato al Premio Nóbel de Literatura. Está recogido en su libro de relatos cortos “Hombres sin mujeres” (2014). Seguramente me encantaría más leerlo que ver esta película por la cadencia en sí de cada medio. La literatura es más pausada y reflexiva. El cine lo puede ser, pero no estamos acostumbrados a que lo sea. Este film parece plano, pero no lo es. Las conversiones de los estados anímicos de los personajes, genera ritmo narrativo. Las conversaciones del director con uno de los actores en el coche, por ejemplo, dará nuevas dimensiones al protagonista para disipar sus dudas y lograr entender la relación con su esposa y el amor que le tenía.

            A mí, personalmente, el personaje que más me ha gustado es el de Oto, la chica que hace de chófer (Miura). Pese a su juventud, tiene mucha experiencia en la vida por haber vivido situaciones límites. Su apertura para hablar de ellas sin tapujos irá consiguiendo que su jefe se empiece a abrir y a contar sus reflexiones y sus lagunas.

            No creo que parta como favorita a ganar el Óscar a la Mejor Película a pesar de los premios en el Festival de Cannes. Pero sí la veo firme candidata ser la ganadora a la Mejor Película en Habla no Inglesa, como ya sucedió en los Globos de Oro.
Luis Alberto Serrano
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6
18 de enero de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca he sido de los de "luchar contra la corriente" porque desgasta mucho, pero tampoco de los de opinar cómo los demás si no creo en ello. Eso me pasa con esta película. Yo sabía que venía avalada por los premios, por el boca a boca y por la recaudación de taquilla. Todo un éxito. Pero yo, y lo digo consciente de que me rebatirán el tema por las redes sociales, me aburrí bastante.

     En el argumentario de las razones pondré en primer lugar al guión. Quizás la historia es demasiado simple y evidente. El amor se cruza en una pareja entre un músico de jazz frustrado y una aspirante a actriz. Los sueños de cada uno entran en conflicto con la relación de pareja. Y con esto acabo de explicar la película. Para mi gusto, demasiado simple. Quizás, lo que la pudiera haber hecho más atractiva, es la forma de contar esa trillada historia. Hacer un musical con ella, quizás, sea lo más acertado que podría haber pasado. Los musicales siempre funcionarán. 

     Uno de los principales problemas que vi son los puntos de giro. No son contundentes. No hay grandes sobresaltos y la película fluye como agua mansa. La pretensión de hacerla tan dulce (a mi me empalagó en varios ratos) le cortó la posibilidad de dotarla de más drama, más conflicto, en definitiva: más tensión. Nada que ver con la anterior película de su director, Damian Chazelle, "Whiplash" (2014) ganadora de 3 Oscars en la que la tensión y los giros bruscos son el principal atractivo de la cinta. 

     A este joven director le seguiré el camino. Me parece inquietante lo que ha logrado en tan poco tiempo. Recuerdo que escribió el guión de "Grand Piano" (2013) de Eugenio Mira protagonizada por Elijah Wood y producida por nuestro amigo canario Adrián Guerra. Su siguiente proyecto fue dirigir "Whiplash", una película que ya he visto tres veces (y las que me quedan). Ahora, se eleva con una producción que estará muy presente en la noche de los Oscars (aunque puede ser una de las grandes derrotadas). No perder de vista a este director, eso lo aseguro desde ahora.

     Esta película ha ganado premios en todo el mundo y, sobre todo, esos 7 Globos de Oro (Mejor película, director, actriz, actor, guión, banda sonora y canción "city of stars"). Buen reclamo para inundar los cines y que esté recaudando de la forma en la que lo está haciendo. 

     La música, imprescindible en este genero, está a cargo de Justin Hurwitz, el amigo de Damian y que van de la mano en esta aventura. La banda sonora es de lo mejor de la película, sin llegar a destacar. Pero la canción "city of stars" es una de las verdaderas candidatas al Óscar, porque se te queda pegada y porque pocas veces una canción es parte tan importante de la trama de la historia. Dos horas al día durante dos meses ensayó Ryan Gosling para tocar el piano sin necesidad de doble de imagen. Todo un logro.

     Lo que si me pareció muy destacable es la interpretación de los actores. Un Ryan Gosling brilla con un papel que le pega como anillo al dedo por su belleza natural. Otra cosa es Emma Stone. Me volvió a enamorar. Su recital de gestos y miradas le valió la prestigiosa Copa Volpi en el Festival de Venecia y un huequito en mi corazón. Ya me impresionó en el papel de adolescente introvertida que hizo en la película "Birdman" (2013) de Alejandro González Iñárritu por la que ya estuvo nominada al Óscar. Quiero ver más trabajos suyos. Me encanta. 

     Y para finalizar, me sorprendió que los números musicales están rodados en plano-secuencia. Es obvio que esto es un valor añadido porque el que la cámara sea parte de la coreografía es una trabajo tan duro que es de significar con todo el riesgo que eso conlleva. Yo emplee este sistema en una obra que se llamaba "A propósito de Bernarda Alba" y me tendrán que pagar mucho para volver a hacerlo. El problema de la cámara libre moviéndose es que le resta realismo, porque el espectador deja de serlo para convertirse en algo que vuela y, este efecto, te saca de la emoción de estar viviendo la escena. El primer número musical en el atasco está perfectamente sincronizado de movimientos pero penosamente iluminado. Aun así, les tuvo que costar sangre, sudor y lágrimas porque les quedó brillante.

     Pueden ir a verla pero no vayan con la expectativa de que van a ver un clásico del cine musical. Poner esta cinta a la altura de "Cantando bajo la lluvia" (1952) de Santely Donen y Gene Kelly o el "Mago de Oz" (1939) de Víctor Flemming y más, aunque se haya rodado en los mismos estudios es una indecencia. Además, yo me quedo con "Grease" (1978) de Randal Kleiser mil veces.

PD: Me calcaron la secuencia del beso en el cine del videoclip que hice con mis alumnos "Lágrimas de amor" con el grupo Espacio Libre.



​Valoración: BUEN TRABAJO PARA UNA HISTORIA DEMASIADO SIMPLE

@luisalserrano
Luis Alberto Serrano
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6
20 de marzo de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De verdad hacía falta un “remake” de Wide Side Story? Tenía mucha expectación por ver esta película. De todos es conocido, porque lo he dicho en muchas entrevistas, Spielberg es uno de mis maestros y lo admiraré siempre. Era arriesgado hacer una revisión de un clásico de la historia del cine. Te pone en el disparadero de las comparaciones. Aun así, yo esperaba que fuera a asumir algunos riesgos más. No quise ver la versión original para no caer en esta trampa. Sí les diré que nunca me gustó la versión de Jerome Robbins y Robert Wise cuando intenté verla hace muchos años y eso que ganó 10 Óscars. Y nunca le di una segunda oportunidad. A la de Spielberg, les aseguro que tampoco se la voy a dar.

Valoro cosas, como el vínculo de las imágenes al cine de los años 60/70 en los que Spielberg ha pretendido homenajear imitando ese tecnicolor imperante en la época y el “look” que da el rodarla en decorados fabricados. También, los movimientos de cámara tan Spielberg en los que las cosas fluyen sin darnos cuenta y que, en esta película, ha sabido combinar con planos coreografiados entre cámara y bailarines. Esa parte, impecable. De maestro. Lo mismo que el cuidado de los detalles. Emocionante la elección de Rita Moreno que hace el papel de Anita en la versión de 1961 (y que le valió el Óscar a la Mejor Actriz de Reparto) y que interpreta a Valentina en esta nueva versión, como homenaje merecido a esa estatuilla que ganó. Esta es la magia que emociona del cine.

Este año, también está nominada al Óscar Ariana DeBose por ese mismo papel de la hermana de Bernardo, líder de la banda de puertorriqueños. Que yo recuerde, solo Marlon Brando y Robert De Niro han conseguido el Óscar por encarnar al mismo personaje, por el papel de Vito Corleone en la saga de “El Padrino”. Para mí, ella ha sido lo que más me ha gustado de la película. Normal que esté nominada. Aunque no le veo posibilidades, lanzará su carrera más allá de los papeles en musicales que ha interpretado hasta ahora. Esa mirada que tiene le va a valer más de un contrato en el futuro. El resto del elenco, no hay nada que destacar. El casting no lo considero acertado, del todo.

En principio, no me creo a la pareja protagonista. No me transmiten ese amor ciego que los atrapa. Creo que el guion tampoco les ayuda a ello. Me pasó como con “Titanic” (James Cameron, 1997) en el que tampoco me creí el amor entre Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Y si “el amor”, que es la trama central de la historia, no te la crees; pues, el resto, se tambalea. Ansel Elgort (Tony) y Rachel Zegler (María) han sido elegidos más por sus logros en los musicales de Broadway que por sus dotes interpretativas y el resultado final lo nota. Eso, unido a que sus acciones/reacciones en la película no están bien tratadas en el guion y que la trama de amor es casi un elemento secundario, los deja a una deriva que hace que no se emocione el espectador. Yo, con lo fácil que soy, no lo conseguí ni una vez.

El fracaso de taquilla demuestra que no hacía falta esta producción. Costó 100 millones de dólares y recaudó sólo 74. Lo dejo ahí, técnicamente impecable (con los planos midiendo siempre que no se encabalguen los actores y manteniendo los encuadres con maestría), pero artísticamente superable. Y, si no vas a mejorar la versión que había, entonces ¿para qué?
Luis Alberto Serrano
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