Porque no hace falta hacer una película porno para contar esta historia, se puede ser más demoledor incluso desde la concreción, desde la sutileza, y aquí Mélanie Laurent, que se vislumbra en cada plano, logra con una maestría arrolladora contar exactamente lo mismo, y sin necesidad de difuminar el contenido con fuegos fatuos que distraigan su prodigiosa narrativa. Una fuerza poderosa contenida, que al explotar se expande de forma desmedida, y cala hasta lo más hondo del alma humana. Obra maestra, de extraordinaria fotografía. Impecable. Impoluta. Brillante.

"Orígenes" no es una película redonda, como lo era "Otra Tierra", tal vez porque aquí no está Brit coescribiendo y codirigiendo (de forma oficiosa) como sí lo hacía en aquélla. No obstante, el bueno de Mike demuestra una genialidad innata en dos escenas magistrales que ningún otro director podría haber filmado mejor, además de mover la cámara en ciertos momentos como un vals celestial realmente cautivador. Sin embargo, el ritmo es tan irregular que malogra el resultado, y los originales diálogos no son plasmados con la suficiente convicción, amén de dos escenas que sobran descaradamente y que originan un equívoco argumental innecesario, en un desarrollo por otro lado excesivamente previsible.

Lo mejor: cuando el director consigue que te identifiques con el protagonista de tal forma que creas lo que él cree y sientas lo que él siente.

Lo peor: esas dos escenas que sobran.

La verdad es que Nolan siempre quiso ser feriante, y tener una atracción titulada "Los misterios del sonido", para poder así explayarse a gusto en el que es en definitiva su campo, y maravillar de paso a la gente con la asombrosa percepción de los detalles más nimios.

Por lo que se refiere a la película, excelentes interpretaciones (Caine está de Oscar) para un peñazo repleto de petulancia, principalmente ejemplificada por McConaughey en un constante alarde de superioridad sobrada, y cómo no por Nolan, que marea con su discurso prosaico la narrativa de la historia. Nolan combina con desatino un rebuscado rigor científico y una lectura de parvulario, reiterando de tal manera ciertos elementos que hacen que la trama sea previsible (esas entrevistas sobran). Las irrisorias reminiscencias de "2001" provocarán parodia segura.

Lo mejor: la parte de Spielberg, y todas las emociones, muy bien conseguidas.
Lo peor: lo absurdo, cansino e ilógico del desenlace. Y Damon, que no convence en absoluto.

166 minutos que pasan volando, metáfora significativa, pura maestría. Linklater crea vida, y sentimos que es real, que formamos parte de ella, los vemos crecer a la vez que crecemos, sus recuerdos son como los nuestros, y sus experiencias, compartidas.
Obra maestra total y absoluta. Lección de cine, lección de vida.
Me encanta cuando los directores de cine toman conciencia de que también ellos son capaces de contribuir para cambiar el mundo a mejor.

He sentido la necesidad de volver para descargar este dolor que me atormenta, esta sombra que pesa sobre mí como un fatal augurio de una terrible desgracia que ha de venir, y no dejo de repetirme: cuando llegue la afrontaré como mejor pueda, pero el miedo me invade, un miedo terrible, miedo a la muerte.

Esta película, que es magistral en todos los sentidos, sublime en la representación de los hechos que cuenta, falla para mi gusto en que no ofrece ningún atisbo de luz, no hay esperanza en esos dos personajes abocados a un destino inexorable del que, por más que se esfuercen, no pueden huir. Y he ahí sin embargo su mayor acierto, el ser metáfora perfecta de la existencia humana, ya que la vida, aunque no nos lo parezca, es un suspiro, que apenas nos damos cuenta se nos escapa, efímera como la luz de las luciérnagas.

Después de ver "Camino" estuve una semana malo, ahora intento recuperarme, sanar de nuevo mi alma rota, hecha pedazos por la realidad brutal. Somos unos privilegiados, debemos dar gracias por lo que tenemos y no discutir por tonterías, lo único importante es el amor y la familia.