Eva es un film realizado con precisión, lleno de detalles, no deja nada al azar. La factoría de ESCAC y Escándalo Films ya comienzan a hacer grande el cine de ciencia ficción en España y en la ópera prima de Kike Maíllo se respira un aire de madurez y sobre todo de calidad en todos los aspectos.

Eva, la primera mujer después de Lilith según la Bíblia. Eva es origen, aunque en este caso el dador de vida sea un científico joven con una capacidad enorme aunque un tanto asocial. Daniel Bruhl en el papel principal regresa a casa para acabar su gran proyecto, un robot infantil que sea emocionalmente humano. Esto le llevará a establecer un vínculo muy fuerte con su sobrina a quien no conocía, ya que según parece ella es una niña rutilante i díscola, creativa y especial.

El tema principal es el de las emociones y el de las relaciones personales. La robótica es un pretexto para tratar las carencias y la apatía de algunos humanos. Quizás las frustraciones lleven a la necesidad de buscar perfección más fuera que dentro de uno mismo. Necesidad de buscar paz dejándose llevar por aquello que nos es lo más ajeno y descuidar lo propio. Ciencia ficción en España pero con contenido social como gusta en este país. El cóctel ofrece la posibilidad de ver algo diferente, futuro y a la vez muy presente.

La estética retro unida a tecnología futurista le dan otra vuelta de tuerca a este film que pretende alcanzar la atemporalidad y que seguramente la consiga. La música muy bien trabajada, con unos tempos muy bien estructurados y además con temas internacionales como por ejemplo Space Oddity de David Bowie permiten que Eva sea un film universal exportable a otros países.

Una fotografía excelente, un bso impecable, grandes actores y un director capaz de mezclar Spielberg con una radiografía de la sociedad actual al más estilo film español.

Reconzco que nunca me gustó la idea de que un súper hombre, norteamericano para más inri, estuviese tan bien considerado por lectores de cómic durante tanto tiempo. No me gusta la idea de transfigurar la idea nietzscheana de übermensch convirtiendo la capacidad de configurar nuevos valores e ideas en un súper cachas guaperas lanzarayos capaz de salvar a toda la humanidad.

Dicho esto, siempre he considerado las críticas como una receta médica. Cuando un paciente va a su médico de cabecera sabe si éste médico le sirve y cúales son sus características. Del mismo modo, cuando alguien tiene una duda sobre si ver o no un film y acude a un crítico, ya sea profesional o amateur, se centra en buscar a alguien capaz de descifrarle según sus gusto que lo que lee del crítico le servirá, o no, para decidir. Advierto que lo que encontraran aquí es un crítico que a cualquier cómic o película de superman le pondría menos de cuatro (A excepción de All Star Superman). Esto ya es una pista de por donde van los tiros.

Superman, Zack Snyder y Christopher Nolan. Supongo que hay que ir a ver el film y voy. Dos de las terceras partes de este trío me resultan muy agradables. La tercera es la incógnita que sólo se resolverá yendo a ver "El hombre de acero."

A grandes rasgos me parece una buena película de acción. Sin embargo en su guión contiene fallos y elipsis debido al interés de hacer un proyecto mastodóntico. Superman Super Star más que All Star. Hay situaciones que se resuelven de manera no justificada (como por ejemplo el hecho de que Louise Lane se atreva a pasar por un precipicio de hielo como si fuera una cabra montesa. Con lo fácil que hubiese sido armar el guión de un modo más sencillo). En otra situación, por ejemplo, el enemigo en lugar de destruir el arma que puede acabar con él se decide a machacar a humanos desviándose injustificadamente de su objetivo real.

La primera parte de la película se vertebra bajo un matiz sicológico en el que Clark Kent se busca a sí mismo. No diré como Jesucristo, quizás sea obvio. Me referiré al Zaratustra de Nietzsche porque él también es el übermensch. De hecho Clark lee filosofía, lee a Platón que curiosamente desarrolló una teoría política similar a la que se practica en Krypton. Realmente me gusta, porque lo importante de un sobre humano para el filósofo nacido en Röcken no es la fuerza física, sino su capacidad de generar nuevos valores y de afrontar las dificultades. La confianza, valor que en una sociedad en plena crisis se desintegra, una figura como Karl-El puede volver a resucitar.

La segunda parte ya es otra cosa. Espectáculo puro con una Louise Lane, a mi gusto odiosa, una mezcla de paparazzi empecinada con una dignidad moral inmaculada, y con un ejército norteamericano también inmaculado. Porque una y otra vez, y aquí va mi crítica al personaje, Superman afronta los problemas de los yankees que merced a estos filmes se deleitan en su afán de levantar una y otra vez sus paranoias de invasión. Los Estados Unidos permanecen unidos por la posible tragedia que sería una invasión enemiga. Nolan, en este punto habría podido hacer virar al personaje hacia otras direcciones. No lo ha hecho y eso le roba muchos puntos de calidad.

Superman me resulta tan Súper que creo que es difícil darle una historia sin que sea excesivamente ruidosa. Quizás si hubiera durado una hora menos habría ganado mucho. Nuestro redentor ha regresado sin calzoncillos por encima de los pantalones y con una "S" que ya no significa Super sino "esperanza". Espero que la próxima, si la hubiese, sea menos espectacular y un poquitín menos fantasma.

PS: Las frases célebres sólo son útiles si añaden algo importante o novedoso, sin embargo se convierten en inútiles si no se introducen de manera sutil y aquí también falla un poco "El hombre de acero."

Más de 20.000 cuadros, la mayoría de ellos acuarelas componen este film entretejidos informáticamente para animar un mundo submarino lleno de nostalgia y de belleza. Con esta obra Miquelanxo Prado se acerca al mundo del cine a través de la pintura y de las historias de marineros gallegos en las que es posible escuchar ecos del cómic del dibujante gallego "trazo de tiza". Belleza, melancolía y una música de postín en el fondo del mar, esto es De profundis.

Alfonso Cuarón es un director que apuesta por la sencillez de las tramas y por la belleza formal de sus realizaciones. Es evidente que Gravity nos sumerge en una odisea espacial y que nos convierte en astronautas por unas horas. Nos deja sin aliento al mismo que Sandra Bullock se queda sin oxígeno en su "escafandra", nos emociona ver la Tierra desde el espacio exterior y nos aterra cuando los personajes se acongojan. Podría haber sido un film maestro, y lo es en cierto modo. Sin embargo "Gravity" apuesta más que por el thriller por el cine de acción y la espectacularidad de va quitando puntos al film.

Durante la primera hora se mantiene la acción incesantemente y la atención del espectador es altísima. Sin embargo, llegado a cierto punto, la exageración constante de conseguir el objetivo en el último suspiro consiguen que los "cinespectadores" nos relajemos sabiendo más o menos lo que va a ocurrir y esperando que la situación se repita. Gravity intenta fusionar el minimalismo del guión con el espectáculo y quizás le falta un tanto de relax en algunos puntos para que la acción no nos machaque y nos haga perder de vista la intención del film. Sentir la imposibilidad de vida en el espacio exterior.

La música y la fotografía son bellísimas y en algunos momentos aterradoras. El plano en el que Sandra Bullock se pone en posición fetal y una cuerda hace de "cordón umbilical, la nave de "vientre materno", es de lo mejor en cuanto concepto en Gravity. Ciertos procesos mentales que experimenta la astronauta se me antojan inverosímiles simplemente porque en ciertos momentos la película es de acción total y los personajes de acción no suelen tener reflexiones sensitivas y tan sencillas, que no simples.

A destacar que si esta película fuera "alien" el alienígena serían los escombros que las diferentes estaciones espaciales han ido dejando a lo largo del tiempo y que demuestra que no hay peor enemigo para el hombre que él mismo, ni tampoco mejor amigo.

La nueva saga Star Wars nacía con una problemática difícil de concluir de manera satisfactoria. Partiendo de una base, el capítulo VII que no era otra cosa que un pastiche de las películas IV y V y siguiendo con un capítulo VIII que jugaba a contar chistes excesivos y a estirar la trama hasta tornarla aburrídisma, pero sobre todo jugaba con el espectador al trampantojo (haciéndole trampas constantemente), era muy difícil que la nueva saga terminara bien.

Cabe decir que J.J. Abrams es un artesano del séptimo arte, pero no un artista. Los fuegos artificiales tanto del capítulo VII como del capítulo IX eclipsan sus carencias de guión que muestra una suturas difíciles de ignorar Es por ello que el espectador al sumergirse en la sala disfrutará de la pirotecnia sin poder ponerse a reflexionar con los desaguisados que le legó el anterior capítulo y que intenta solventar y lo hace de una manera bastante mediocre (entendiendo el término en sentido literal).

Las interpretaciones son en general bastante planas. Incluso el gran Adam Driver está bastante desaprovechado. Mención especial a Mark Hamill que parece más un integrante de Los Chunguitos que un maestro Jedi retirado. C3PO es el mejor personaje de este capítulo y lo es con diferencia. Aunque esto no es nada negativo puesto que C3PO equilibra los momentos de tensión con dosis de humor asperger.

La música de John Williams, sin embargo, junto al montaje, salvan esta película que lo único que podía hacer era intentar corregir el Monstruo de Frankenstein que implican sus dos predecesoras.

Star Wars Episode IX es un producto que acaba de la mejor manera posible una historia que nunca debería haber sido contada y en la zona spoiler se intenta argumentar porqué.