Si te das cuenta de que en una peli de Batman:
1 - Batman no hace nada hasta pasada media hora de película.
2 - Catwoman nunca debío salir en la película. Está muy mona, y todo eso, pero es un personaje chorra y sin sentido.
3 - Tim Burton lleva repitiendo sus recusos de goticorro una vez, y otra, y otra... ¿a nadie le parece mal? O sea... ¿no sabe hacer otra cosa? A veces queda bien (como en Eduardo Manostijeras, o en la primera "Batman", pero ya se pasa).
4 - ¿Por qué Tim Burton puede incluir multitud de chorradas en su peli y eso se debe a que es un genio excéntrico, pero cuando lo hizo Joel Schumacher en Batman y Robin hizo una basura de película? Yo no creo que disten tanto una de la otra.
5 - ¿Por qué Catwoman y el Pingüino odian a Batman? ¡Si Batman no hace nada hasta la última media hora! Está en su casa comiendo panchitos. Imagino que le odian porque son malos, y ya está.
6 - Y lo más importante: ¿Batman está tan loco que tiene un cacharro dispuesto para contrarrestar cada uno de los disparatados planes de sus enemigos? O sea, Batman piensa: "Construiré este aparato que controla las mentes de los pingüinos, no vaya a ser que algún día aparezca un tipo que envíe pingüinos a radiocotrol armados con misiles".

También tiene sus cosas buenas, pero son menos y más aburridas de enumerar.

Cada segundo del metraje me maravillaba un poco más que el anterior. Sólo quería saber qué había en esa cinta. Quería verla, sentirla... o al menos eso es lo que sientes viendo la película.
Se me ponía la carne de gallina oyendo las descripciones de los pases de esa película. El mismísimo infierno que nos esperaba en "Le Fin Absolue Du Monde".
Y entonces... llega el final. La mayoría de las veces da más miedo lo que se intuye que lo que se ve, ahí es donde Carpenter mete la pata.
Aún y así, esta es una impresionante resurrección de John Carpenter, del que después de sus últimos trabajos ya empezaba a dar por perdido y su regreso a su estatus como genio del terror.
Esta película es la mejor de Masters of Horror, por una sencilla razón: Tú también quieres ver.

En mi opinión nos encontramos ante una de las críticas más ácidas e irónicas que se han hecho al totalitarismo y al patriotismo exacerbado típico de los Estados Unidos. Sarcástica, cruel, y al mismo tiempo divertida, trepidante y con un sentido del humor desenfadado y basado en los excesos.
Habré visto esta película más de cincuenta veces, y a reconozco como una de las películas más entretenidas, hilarantes, trepidantes y a la vez críticas y llenas de humor inteligente que he visto.
A los adictos a la adrenalina y la acción descerebrada, no les decepcionará, pero si buscas algo más, sólo tienes que rascar un poco la superficie y ves que esta película lo tiene de sobra.
No es la mejor película que he visto, pero probablemente sea una de las que más he disfrutado.
Simplemente genial.

Ha ocurrido cientos de veces en la historia del cine. Una historia original y un planteamiento interesante, pero que es desaprovechada por director y guionista que podían haber sacado mucho más partido de la situación que nos propone.
En ocasiones tiene momentos que ponen alto el listón, pero realmente posee muchos más elementos que hacen flaquear una película que tenía potencial para haber sido una obra maestra.
¿Quién sabe? Puede que algún día alguien haga un Remake (total, hoy hacen remakes de todo, esta caerá) y ese Remake haga justicia a un film que tenía todos los elementos para ser mejor y acabó pifiandola. Pero lo dudo.
Al menos, me parece una original historia de ciencia ficción. Sólo por eso ya merece la pena verla.

Bud y Terence. Sus películas son como un microcosmos.
¿Qué son todas iguales? Claro.
¿Que son cutres? Sin duda.
¿Que son realmente divertidas? Lo son, y mucho.
Nadie da los golpes tan bien como Bud Spencer. Ni Chuck Norris, ni Van Damme, ni Seagal.
Porque aquí no sólo ves peleas y tortazos. Aquí esas peleas y tortazos están tomadas a guasa.
Cuando veo una película de Terence y Bud sé lo que voy a ver. Y sé que voy a reírme con sus capulladas. Y sobre todo con sus peleas. Porque al final, una película de ellos es sólo una excusa para ver a Bud Spencer dar hostias a mano abierta y a Terence Hill a dar palizas mezcladas con acrobacias.
Aquí está mi infancia. Y me siento orgulloso de seguir disfrutándo con estas películas cada vez que las revisiono. Porque es imposible hacer películas más alegres que las de estos dos tipos.
Sus películas son casi un fenómeno social. Y a mí me atraparon.
¡Podrán contar conmigo hasta el final!