Nos encontramos de nuevo ante un nuevo revisionado de un film de terror, pero no uno cualquiera, sino de la mismísima ‘La profecía’ de 1976, aquel film dirigido por Richard Donner, que, últimamente, nos ha dejado un regalito como ’16 calles’.
En este caso nos encontramos ante la versión de un director (John Moore) que, aparte de dirigir otro remake como ‘El vuelo del Fénix’, poco más ha hecho.
Queridos compañeros cinéfilos y, por qué no, también frikimaníacos, las comparaciones son odiosas, pero es inevitable. Cuando se dispone a hacer una crítica de un remake, es totalmente obligatorio, qué se recomienda mejor? Supera la anterior? Nos da un visionado diferente? En mi caso, lo voy a dejar igual, este remake me gustó y por varias razones. El director John Moore creo que acertó de pleno al rejuvenecer a los personajes, tanto Liv Schreiber y Julia Stiles, ellos les dan más vida a los personajes e includo diría que conectan mejor con el niño. Sólo cabe recordar que el gran Gregory Peck ya tenía 60 años, y, hombre, mucho pego no daba para el personaje y Lee Remick pasaba de los 40 pero la diferencia de edad era notoria. Gran acierto también de escoger a Mia Farrow (ay qué mala malosa, si es que en el fondo aún sigue teniendo ese mono de aquella semilla).

La banda sonora de Marco Beltrami respetando la original de Jerry Goldsmith nos envuelve y nos hipnotiza, quedándome con una escena que aún me sigue amedrentando: Damien en su patinete dando vueltas por los interiores de la casa en busca de su madre, la música te explica como si te hablara de qué es lo que va a pasar, exultante, hasta su destino final…..
Más bien hasta ahora, tenemos originalidad poca salvo el reparto ya mencionado y algunas escenas conseguidas. El terror sigue latente, Damien sigue paso adelante ante sus propósitos, alguien podrá pararlo? Su mismo padre como en el original?
Las investigaciones del padre de Damien, nos da a conocer parajes que no habíamos visto antes y que se hacen interesantes para saber del origen del Anticristo.
Lamento que se tenga que recurrir a los cuatro sustos de siempre lo que le quitan calidad al film, (no estamos en una slasher movie) ya que en el film lo que buscamos son respuestas aunque nefastamente inevitables, pero que siempre nos pueda dar un halo de esperanza ante los desastres de la naturaleza que tan bien nos explican al principio del film y, que ello, indirectamente nos traiga el Mal.

El 9º pasajero

Nos encontramos ante una peli (se podría pensar que en otra más) contra el régimen del Tercer Reich dentro de su mismo país, unos hechos que acontecieron en Febrero de 1943, o sea, dos años antes del término de la cruenta guerra. Un grupo universitario contrario al régimen de Adolf Hitler denominado ‘La rosa blanca’, dos de los cuales, que son hermanos, distribuyen panfletos en una universidad con el propósito de levantar o despertar conciencias explicando las barbaries del régimen por Europa. Son descubiertos y llevados a prisión. En este lugar empieza verdaderamente la cuestión del film, empiezan los interrogatorios, las amenazas, las mentiras que llevan a las verdades, y finalmente el miedo que lleva a la valentía. La prota del film, Sophie Scholl, pasa de ser una chica adolescente con ideales a ser una chica madura en todos los sentidos, en muy pocos días va viendo la vida pasar de manera fulgurante, va viendo el destino inevitable que se acerca con una injusticia insultante, déspota, cruel.
‘Sophie Scholl. Los últimos días’ viene a ser un documento más que un film, nos explica cómo pasaron los tres últimos días, queridos compañeros cinéfilos, a través de interrogatorios interminables, tres jóvenes rebeldes con mucha causa, acentuando personalmente y en primera línea a esta pobre mártir.
Cabe destacar, de alguna manera, el juicio y digamos que a grito pelado por parte del omnipotente juez, que sufren los tres jóvenes y su posterior sentencia. La interpretación de Julia Jentsch (‘Los edukadores’) es magistral, es el peso total de la película o el documento en sí, actriz berlinesa que, después de ‘El hundimiento’ (que, casualmente también estuvo nominada al Oscar a la mejor peli extranjera) nos confirma como actriz de primera línea de su país natal Alemania.

El 9º pasajero

Jaume Balagueró nos introduce de nuevo entre dos mundos, el de los vivos y el de los muertos. La oscuridad sigue siendo la gran protagonista, sobretodo muy bien proyectada durante las escenas de la 2ª planta del hospital, esa fotografía tenue que nos sumerge en una fragilidad idéntica a la de los personajes y al film en general.

Después de sus dos films precedentes ('Los sin nombre y 'Darkness') me pregunto cuál es la diferencia entre ellas tres, naturalmente incluyendo esta última 'Frágiles', me ha costado pensar una respuesta y creo que es que las dos primeras no tenían un buen final o poco esperanzador y, en cambio, ésta tiene un halo de esperanza pero a medias.

La película trata de una historia de amor fraternal pero que por un soplo mínimo de aire se puede romper debido a su fragilidad, al igual que sus personajes, la niña Maggie y la enfermera Amy (Calista Flockhart o Ally McBeal para los amigos) que respiran fragilidad por todos los poros ante la situación adversa. Elena Anaya la encuentro bastante desaprovechada ante un personaje clave que conoce la fragilidad de la historia desde un buen principio.

Tiene un buen final (sorpresa) con un argumento más que aceptable y una banda sonora bien dirigida en los momentos álgidos de la historia.
No llega como llegó 'Darkness', bebe un poco de los clásicos pero Balagueró sigue manteniéndose en primera línea. Ahora toca esperar su episodio 'Para entrar a vivir' perteneciente a la saga 'Películas para no dormir' que se estrenará en Tele 5 en el 2006.

Sin más, os recomiendo este film con buen ambiente de terror y unos pocos sustos.

El 9º pasajero

Cinco jóvenes adolescentes están dispuestos a pasar un fin de semana de farra dirigiéndose a un local en mitad del desierto. Naturalmente, hacen parada en una cafetería misteriosa donde también hay un motel asimismo lúgubre y posiblemente abandonado. A partir de ahí empiezan las apariciones y los asesinatos…..
Partiendo de esta premisa, los frikimaníacos podemos pensar ‘bueno, otro más pal saco’ y, queridos compañeros, pues no os voy a engañar, es así. Pero salvo algunas pequeñas excepciones, el principio de ‘Reeker’ es fulgurante, apetitoso, apunta buenas maneras para luego, casi de repente, ir diluyéndose cayendo en un ‘dejà vu’ (sobretodo el final del film) ya que si pongo referencias de otros films perdería toda la gracia.

Típica peli slasher, o sea, con sus sustos (aunque no muchos) y su dosis alta de maquillaje tirando a gore.
Otro punto importante, al menos para mí, es darle un buen mérito al director Dave Payne (director hasta ahora de productos más bien de serie B) que, con cuatro duros contados, o sea, poquito dinerín, haya podido realizar un film de este talante, bastante superior a algunos remakes del género que nos están invadiendo y que pocos , pero que muy pocos, se salvan de la quema. Por eso a David Payne le doy un voto de confianza.

Del reparto, que es prácticamente desconocido, destaco pero como dato, a Michael Ironside (‘Los inmortales II’, ‘Starship troopers’, ‘El maquinista’ e innumerables series de TV), actor secundario más bien en roles de malo maloso, pero que aquí es uno más del montón.

Film sin grandes pretensiones para fans del género y frikimaníacos en potencia.

Valoración: 5/10.

El 9º pasajero

Grbavica es un barrio de la capital de Bosnia, Sarajevo, donde transcurre la historia de una madre (Esma, brillantemente interpretada por Mirjana Karanovic) con dos trabajos para poder llevar adelante su vida con su hija Sara sin padre. Esconde un gran secreto, pero un secreto hacia su hija, un secreto que produce mentiras para ocultar un dolor insoportable e interminable. Acude a reuniones de autoayuda pero sin hablar, sólo escuchar, el dolor es tan profundo que no encuentra el momento de hacerlo.
De nuevo, nos encontramos ante otra peli contundente sobre esas malditas consecuencias de lo que fue una guerra, la guerra de Bosnia en este caso, donde los derechos humanos se hacen trizas, pedazos que se convierten en nada y, lo que es peor, ante la mirada de reojo de los demás países, sabiendo lo que estaba pasando y sin mover un ápice insignificante de ayuda, cuando más adelante sí se hizo pero demasiado tarde.

20.000 es el número aproximado o calculado del total de mujeres violadas en el transcurso de la guerra, creando incluso la vergonzosa e infame definición de centros de violaciones y Esma fue una de esas mujeres, fue de unas tantas que tuvieron que parir a su hijo/hija y engañarles diciéndoles que su padre fue un ‘shahid’, o sea, un mártir de guerra en la cual este hijo/hija pueda sentir un gran orgullo familiar. Pero toda mentira desvanece y, finalmente llega la verdad, y cómo decirla, y cómo expresarla. Todo al final tiene que salir mis queridos compañeros cinéfilos, es muy duro pero posiblemente sea lo mejor.
Este film trata de todo esto, lo que sí un servidor encontró que la narrativa flojeaba fue la relación que entabla con un compañero de trabajo, no acaba de definirse en ninguna escena y la encontré inadecuada por la manera de cómo se estaba tratando.
Tan contundente como el premiado film en los últimos Goya ‘La vida secreta de las palabras’ de Isabel Coixet con el mismo trasfondo, sólo silencio, sin banda sonora, casi como viniendo de un mundo feérico y también diría con ciertos parecidos a la última ganadora de la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián ‘Optimistas’, notable film que nos hacía mirar la parte digamos alegre de las consecuencias de una guerra pasada.

La directora Jasmila Zbanic consiguió el Oso de Oro para su film en la última Berlinale, merecida, sobretodo, para no hacernos olvidar lo que pasó durante aquellos años y que, desgraciadamente, pueda seguir en un futuro muy cercano en otros países y nosotros poner la mirada de reojo.

El 9º pasajero