Cinéfilo y francófilo como me considero, he esperado a los cincuenta y tantos años para ver mi primera de Goddard (y ahora entiendo por qué!), siempre me dio pereza o no encontraba el momento, y además no es frecuente dar con esta clase de “delicatessen” en tv en abierto. Aún así, que no se diga, le daré una oportunidad a ‘À bout de souffle’ (y sólo a ella) cuando la pasen en la 2, la Otra o el programa de Garci.

Pero Pierrot es un sinsentido petulante e insufrible, donde todo es arbitrario y absurdo, con dos personajes que son un par de perfectos gilipollas, un Belmondo empanao y una Anna Karina tan guapa como insoportable. Entre las múltiples e inconexas escenas que más vergüenza ajena provocan, destaco la pantomima que ambos hacen sobre la guerra de Vietnam, jaja me parto.

Quizá en su momento Pierrot fuera transgresora y tal, pero vista ahora no tiene un pase; suscribo plenamente la crítica de Casandra en Filmaffinity.
Sólo me quedo con los coches tan chulos, el zorrito y los bellos paisajes del sur de Francia, no es mucho, verdad?

La premisa es interesante y con posibilidades, tampoco nada del otro mundo; en realidad toma prestadas ideas de otros filmes no necesariamente mucho mejores como ‘La rosa púrpura de El Cairo’, que me gustó en el cine pero no creo haya envejecido muy bien, y sobre todo ‘El show de Truman’ que ya me pareció un poco bluff en su estreno.

Después de un tramo aceptable y entretenido que explota las típicas paradojas de protagonistas fuera de su medio habitual, la película pierde fuelle y se entrega a un mensaje moralista muy obvio y elemental sobre las bondades de la apertura de mente y el ansia de libertad (colorido, sentimientos, sexo, libros, arte, …) frente al oscurantismo y el pensamiento reaccionario; todo ya muy visto y con frecuencia mejor contado.

Eso por no hablar de las múltiples incongruencias del mundo ‘Pleasantville’ que guionistas y director no se toman la molestia de explicar: parece que si asumes el nada creíble punto de partida, ya todo puede ser igual de arbitrario.
Pero lo peor de todo, tratándose de una comedia amable, es la falta de chispa y de risas. Estas últimas propiciadas casi en exclusiva por el personaje de una excelente Witherspoon, tal vez lo mejor de la película aunque el resto del gran reparto está casi a su altura: Maguire, Macy, la siempre imperial Allen, Daniels, Walsh…

En definitiva decepcionante, mis expectativas eran bastante más altas, inducidas por el buen arranque y por las críticas generalmente positivas en FA.

Tal vez mi mayor problema con ‘Venganza bajo cero’ sea que, inducido por su sinopsis y el título original, me había montado una película (valga la expresión) totalmente diferente: una en la que gran parte del metraje, o al menos su clímax final, se centraba en una frenética persecución a los mandos de una quitanieves, premisa que me seducía bastante. Pues nada que ver. A partir de ahí mi frustración va en aumento.

A cambio, me encuentro con una típica historia de venganza entre cárteles de droga rivales, en la que a veces el propio Neeson queda descolocado y al margen, y ahí la película pierde enteros. Pero ése no es el peor de sus pecados, además desaprovecha lamentablemente a la siempre (y todavía) excelente Dern.

Es cierto que hay sentido del humor negro, que está rodada con esmero y estilo (quizá demasiado), que Denver, las Rocosas y la nieve son un aliciente original en el género, y que ofrece bonitos paisajes (alguno probablemente pasado por retoque digital).
Pero en conjunto va de más a menos, con un final reiterativo y anticlimático, y se acaba pareciendo demasiado a sus obvios modelos (Tarantino, los Coen, Guy Ritchie) y a sus muchos imitadores (así a bote pronto me viene a la cabeza ‘Nadie’).

Ya puestos en el sub-subgénero ‘Liam conduce y reparte estopa en la nieve’, prefiero con mucho la algo posterior y peor valorada ‘Ice road’, más básica y mecánica, pero muy competente, eficaz y entretenida.

Película interesante con nombres de prestigio y talento y con el aroma del buen cine clásico inglés, pero que no explota todo su potencial y arroja resultados más bien modestos.
Entre sus varias paradojas, las escenas de combate están muy bien rodadas pero rompen el ritmo, y parecen casi más un relleno o distracción de lo supuestamente principal, la curiosa historia de amor y destinos trágicos en torno a su enigmática protagonista.

Sin embargo esa historia queda fría y desdibujada, y quizá en el fondo lastrada por la que debería haber sido una de sus mejores bazas, el magnetismo de la inigualable Sofia Loren (aquí al principio de su estrellato internacional). Con su sola presencia eclipsa a dos buenos partners, y hasta llegas a preguntarte si el filme tendría sentido o atractivo sin ella.
Y para colmo ese final que yo, sencillamente, no acabo de pillarlo.

Alucino con que esta película tenga un 6 en FA y por ejemplo Deep Blue Sea solamente un 4’4. En fin, cosas que pasan.
Pues engañado por eso y por las para mí incomprensibles buenas críticas de los profesionales, desperdicié hora y media en ver esta serie B perfectamente prescindible, que es un refrito de otras varias pelis bastante mejores.
Guion flojísimo, efectos especiales muy mediocres, y personajes y actores desconocidos con los que no empatizas. No es, en absoluto, ni lo suficientemente divertida ni lo suficientemente terrorífica.
Recomiendo no perder el tiempo con ella.